Ante la actual situación socio-política
que vive España, y con el peligro en ciernes que supone un gobierno a partir
del próximo lunes liderado por el aspirante a tirano que ocupa La Moncloa, quién a buen
seguro seguirá imponiendo junto a sus cómplices (marxistas, liberales y
separatistas) leyes aberrantes así como auspiciando la desintegración de lo que
queda de España: así las cosas entiendo que a pesar de la desconfianza que cualquier partido político actual nos pueda generar, toca hacer un esfuerzo y dar un voto de confianza a la
única organización política de corte patriótico que ha conseguido movilizar a
millones de españoles en las últimas décadas.
Por eso este año voy a votar, cosa que casi
nunca he hecho y que en principio me produce verdadero rechazo, y acción además
a la que nunca he dado demasiada importancia teniendo en cuanta la facilidad
con que hoy en día se manipula sin rubor alguno y de manera grosera a las
masas. Pero lo dicho, esta vez voy a votar por primera vez con ciertas ganas, y
lo voy a hacer sin tener nada que ver –en lo que a afiliación o colaboración directa
se refiere- con el partido al que voy a apoyar, e incluso a pesar de que en mi
concepción tradicional del mundo entiendo como necesaria la supresión total de
la nociva partidocracia revolucionaria; pero dicho esto, y recordando
nuevamente la gravedad de la situación en la que se encuentra actualmente nuestra
Patria, hay que reconocer que el papel desempeñado por VOX desde hace algún
tiempo -queramos o no, único dique político actual frente a la destrucción de
España- en defensa de unos mínimos imprescindibles (defensa de la unidad de
España y del derecho a la vida del no nacido, freno a la inmigración ilegal,
lucha frente a la ideología de género e ingeniería social en sus principales variantes, defensa de
la propiedad privada y actitud combativa frente a la nefasta ley de la memoria
histórica) hacen que me parezca cuanto menos necesario intentar ayudar a su
éxito, que al menos mientras sigan plantando cara a la ignominia, será el
nuestro. Votaré incluso aunque me repugne que buena parte de sus miembros
procedan del sistema, e incluso de que VOX, aunque quizá sea por táctica política, defienda incluso el liberalismo
y el propio Régimen del 78.
Y es que además, ya causa hartazgo aguantar
que mientras la anti-España no cesa de imponer a diestra y siniestra su
terrible ideología, haya organizaciones que se dicen contrarrevolucionarias mientras
en realidad se muestran en permanente inacción a la espera de no se sabe qué. En
definitiva, casi nada positivo se ha conseguido en décadas, y la realidad nos
ofrece un solar –salvando excepciones naturalmente- muchas veces más casposo que
ilusionante en el que casi nadie apoya a quienes en verdad intentan reaccionar
(y sé de lo que hablo). Así que llegados a esta situación límite, personalmente
me conformo con que Abascal -a quien conocí personalmente en el año 2012 durante
los actos conmemorativos celebrados en Las Navas de Tolosa por el VIIIº
Centenario de la gloriosa Batalla- y los suyos al menos defiendan desde ciertos
puestos de poder los mínimos imprescindibles antes apuntados. Y si no lo hacen,
entonces será cierto que son lo mismo que los demás y nada habremos perdido -pues casi nada nos queda- por intentarlo.
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.
2 comentarios:
Yo también le hubiera votado si no hubiera renegado de la bandera del Aguila y de otras muchas cosas de nuestro del Generalísimo.. Seguiré fiel a mis principios y seguiré sin votar a nadie. Otra cosa que tampoco me gusta de Vox es su pasado y de dónde procede.. También les gusta el"plagio" intentando emular en alguna oraratoria al que fue, sin DUDA, un gran líder, D. Blas Piñar (Q. E. D.)
Vaya un nivel...el águila ¿es la supervivencia de España, no? Pues nada, a morir por ella.
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