Durante el viaje, pudimos visitar la capilla de San
Fernando, que se encuentra en el paraje de Valparaíso, muy cerca de donde durante
más de seis siglos estuvo enclavado el monasterio de Santa María de Valparaíso,
construido en época del Rey Santo. Desgraciadamente, y tras la desamortización
de Mendizábal, apenas quedan ruinas; no obstante, pudimos ver algunas joyas que
guardaba el monasterio, gracias a la buena disposición de Don Jeremías, párroco
de Pelas de Arriba. Entre estas joyas que pudimos contemplar, destacan la
figura de San Fernando que en su momento se encontraba en el monasterio, y que
hoy día se encuentra en la
Iglesia de Peleas de Arriba, también cabe destacar algunas
piedras románicas que gracias a la diligencia del párroco se han ido rescatando,
una imagen mariana antiquísima (y según nos dijeron venerada en la zona desde
tiempos inmemoriales), y una reliquia de propio rey San Fernando que guarda Don
Jeremías, como no puede ser de otra forma, como el mayor de los tesoros.
Posteriormente, nos desplazamos hasta Salamanca, donde en el
Regimiento de Ingenieros Nº 11, tuvimos el honor de poder ver una maravillosa
escultura de Fernando III el Santo (Patrón del Regimiento de Ingenieros), obra donada
por el escultor salmantino Venancio Blanco al Regimiento.
Don Manuel González Jiménez, en su obra “Fernando III el Santo, el rey que marcó el destino de España”, nos narra así las circunstancias que rodearon el nacimiento del rey Fernando III el Santo:
Del matrimonio entre Berenguela y Alfonso IX de León
nacieron cinco hijos: Leonor, que murió pronto; Constanza, que fue monja en Las
Huelgas de Burgos; Berenguela, que casó con Juan de Brienne, emperador de
Constantinopla; Fernando III y Alfonso de Molina. Fernando fue el tercero en
nacer. Todo parece indicar que su nacimiento se produjo al inicio del verano de
1201, tal vez hacia el 24 de junio, en un descampado cercano al monasterio que
posteriormente se llamaría de Valparaíso, en el término municipal de Peleas de
Arriba, provincia de Zamora. Lo insólito del acontecimiento explica el
sobrenombre de Montesino con el que la gente conocería al futuro rey de
Castilla y León. Sobre la fecha exacta de su nacimiento nada más podemos decir.
La crónica latina de los reyes de Castilla se limita a afirmar, a propósito de
la proclamación de Fernando III como rey de Castilla el dos de julio en Valladolid,
que por entonces Rex
autem dominus Fernandus incipiebat agere sextum decimum annum, es decír, acababa de cumplir los dieciséis años.
Desde la ACT Fernando III el Santo, agradecemos al Regimiento de Ingenieros Nº 11 de Salamanca, al Ayuntamiento de Corrales del Vino y a todos los que de una u otra manera han colaborado en el éxito de la jornada.