Con motivo de la
publicación del poemario de Antonio Moreno Ruiz “Clamores de un Español”, la ACT Fernando III el
Santo ha aprovechado para realizarle una entrevista, en la que además de hablar sobre la obra en sí,
analizamos las causas que han llevado a España a la degradada situación cultural y moral
que hoy día padece.
Antonio Moreno Ruiz,
nacido en la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación en 1981, vive
desde hace varios años en Perú. Es Licenciado en Historia (con especialidad americana)
además de profesor y traductor de lengua portuguesa. Ha publicado cinco títulos
desde 2010, Los poemarios” ¿El amor es un embuste de
poetas?” (Editorial El Taller del Poeta – 2010), “En voz alta” (Editorial
Poesía eres tú – 2011), “Cosas de mi Andalucía” (El Taller del Poeta, 2013),
“Clamores de un español” (Amazon, 2014) y la novela “Pasión Llanera” (Editorial
Círculo Rojo – 2011).
ACT Fernando III el
Santo – Antonio, con “Clamores
de un Español”, tu cuarto poemario, reivindicas de alguna manera tanto las
grandezas como las miserias de España, como fuente de sano Patriotismo. ¿Qué
razón te ha inspirado a realizar esta obra en este preciso momento?
Antonio Moreno – Así
es. La razón principal yo creo que se puede inspirar en la rebeldía ante la
falta de amor propio y el desconocimiento de nuestra historia, de nuestra
esencia. España es el único país del mundo donde el adjetivo “españolista” es
despectivo, es que es de locos…
Con todo, no he escrito el libro en “clave política” por así
decirlo, pues hay poemas inspirados y dedicados a figuras de nuestra historia
muy diversa. Poetas como Gabriel Celaya o Miguel Hernández, que no pueden ser
acusados precisamente de “fachas”, salen a relucir, por ejemplo. Puedo hablar
del desastre del 98 como puedo hablar del color de los olivos o de los
almogávares. He tratado de abarcar lo máximo posible en poco más de noventa
páginas dedicadas íntegramente a nuestra patria.
ACT Fernando III el
Santo – ¿Como definirías el
poemario “Clamores de un Español”?
Antonio Moreno – Como un poemario que tiene distintas
composiciones, pues aunque predominan formas de cuartetos o coplillas, también
hay tercetos y versos libres, pero todo convergiendo hacia un mismo fin, y
expresado a corazón abierto. En la reseña de Amazon expongo que “es un poemario que, de principio a fin, reúne un
patriotismo hispánico tan autocrítico como sincero y ardiente, buscando la
esperanza futura en el virtuosismo de las esencias tradicionales a través de unos
versos que mezclan la lírica y la épica, las gestas y las tragedias, el terruño
u el universo”. En verdad lucho contra la leyenda negra pero no con leyenda
rosa, sino dentro de los términos más realistas posibles. Nuestra Historia
tiene un conjunto de gestas y tragedias que debemos conocer y valorar para
aprender y construir un futuro mejor. Pero por desgracia, al perder la
conciencia colectiva, y al inculcarnos desde la más tierna infancia un absurdo,
injusto y embustero complejo de inferioridad, hemos perdido toda idea de
grandeza, y los valores básicos de nuestra gente son ninguneados, pisoteados, para
acto seguido, estar regodeándonos en penas.
“Clamores de un español” es un grito por la justicia histórica
y por el amor a la patria, por la comunidad de origen, por la tierra de los
antepasados. Es un trueno contra la oscuridad del presente y un anhelo por un
futuro mejor.
ACT Fernando III el
Santo – ¿Consideras que la
situación de falta de amor a la
Patria es un problema español, o por el contrario es una
enfermedad generalizada en occidente?
Antonio Moreno – En
efecto, es generalizada en occidente, sobre todo desde la irrupción del
progresismo, la herencia del llamado “marxismo cultural”, que curiosamente (o
no…) se ha dado con mucha más virulencia en los países capitalistas. Álvaro
D´Ors advertía ya en los años 80 que mientras que la brutalidad del comunismo
podía dar mártires, el capitalismo no producía más que herejes y pervertidos.
No obstante en España, todo pseudo-patriotismo que ha querido ir acompañando a
la modernidad, necesariamente ha supuesto un brutal rechazo al pasado, a
suponer que todo en España estaba mal y que la única forma que había de hacer
un “país nuevo” era denostar y enterrar el pasado violentamente. Así, antes que
la izquierda, el liberalismo había allanado el terreno. Y es que la izquierda
no arraiga sino allá donde el liberalismo ha dejado su nefasta semilla.
Mientras que en algunos países hispanoamericanos levantaban estatuas a
conquistadores y virreyes, el masón Castelar decía que el imperio español había
sido un inmenso sudario de sangre. Luego llegó el socialista Pablo Iglesias
diciendo que su objetivo era la supresión de la iglesia, el ejército y la magistratura.
El jacobino Manuel Azaña decía que había que acabar con la falsa historia
propagandística de una monarquía católica imperialista. Así, los
revolucionarios rojos recogieron el testigo de los liberales, cuyo problema ya
empezó en el acomplejamiento que se experimentó en España con la Ilustración. en el
siglo XVIII, lo cual censuraba el gran patriota José Cadalso, el cual decía en
sus excelentes “Cartas Marruecas”:
“..la generación
entera abomina de las generaciones que le han precedido. No lo entiendo.”
“Por lo que toca a las
ventajas morales, aunque la apariencia favorezca nuestros días, en la realidad,
¿qué diremos? Sólo puedo asegurar que este siglo tan feliz en tu dictamen ha
sido tan desdichado en la experiencia como los antecedentes.”
“Concédete cierta
ilustración aparente que ha despojado a nuestro siglo de la austeridad y rigor
de los pasados; pero, ¿sabes de que sirve esta mutación, este tropel que brilla
en toda Europa y deslumbra a los menos cuerdos? Creo firmemente que no sirve más
que de confundir el orden respectivo, establecido para el bien de cada estado
en particular.”
A diferencia de los quejitas y auto-flageladores que van desde
la generación del 98 a
Pérez-Reverte (con todo el talento literario que tienen, que no lo niego), José
Cadalso murió intentando recuperar Gibraltar para España. Era autocrítico pero,
al igual que Gaspar de Jovellanos, amaba profundamente a su patria y estaba
dispuesto a dar la vida por ella, cosa que no hacen los que tanto nos hablan de
progreso y demás palabritas que ya sabemos cómo se traducen en la realidad. Y
ese patriotismo tan tradicional como autocrítico de Cadalso y Jovellanos la
verdad es que me ha inspirado bastante a la hora de elaborar este poemario.
Hay que pensar, asimismo, en cómo los revolucionarios
españoles apoyaron el secesionismo en Hispanoamérica, mientras que los realistas
americanos vencían las batallas solos, pues luego personajes como Morillo o La Serna desbarataron toda su
obra, pactando la separación de la monarquía con la oligarquía criollo-mestiza
y el imperialismo británico.
Creo, volviendo a la raíz posible de todo esto, que en la Ilustración se gestó
un divorcio entre una élite ilustrada-neoclásica y un pueblo barroco que luego,
tras la falta de autoridad que sufre el pueblo ante la invasión napoleónica,
intenta ser aprovechado por los liberales, que se ven frustrados cuando el
pueblo español acoge como libertadores a los Cien Mil Hijos de San Luis. Toda
esa propaganda se vuelve rencor, y al no obtener el fervor popular, se
transforma en la gestación de un auto-odio cuyo ridículo trágico hoy padecemos.
Es curioso, pero se da un paralelismo muy interesante con
Rusia, gran nación a la que primero los señoritos liberales afrancesados y
luego el leninismo le inyectaron exactamente el mismo veneno antipatriota.
Luego vino el padrecito Stalin y no tuvo más remedio que hacer una suerte de
patriotismo paralelo, como en España lo intentó el Frente Popular en la Guerra. Pero ya era
tarde.
El caso de la izquierda alemana es similar en cuanto a
agresividad antipatriótica. Lo que pasa es que en Alemania ya había calado una
suerte de nacionalismo estatalista. En España y en Rusia, sin la figura de la
monarquía y la vocación imperial, espiritual y federativa, heredado de la
tradición romana, ha sido imposible crear nada paralelo.
ACT Fernando III el
Santo – La España actual, no cabe duda
de que padece innumerables problemas, de los cuales, la amenaza de secesión en
algunas de sus regiones sea ahora mismo el más grave. Pero tampoco podemos
olvidar que estamos a la cabeza en abortos y divorcios, corrupción o fracaso
escolar por poner unos simples ejemplos. ¿Cuales crees que son las razones
principales que han llevado a España a esta situación?
Antonio Moreno – Mmmm buena pregunta… En verdad creo que forma parte de lo que venimos hablando, es toda una reacción en cadena. Puede ser la consecuencia de malas políticas aplicadas desde hace mucho tiempo. La cosa está en que siempre había una resistencia espiritual y social fuerte. Al perderse casi por completo la espiritualidad, quedando muchas veces como vano recurso “folclórico”, y en muy buena medida gracias a un clero acomodaticio y traidor, que desde los años 50 se estaba entregando o bien a liberales o bien a marxistas y está consiguiendo lo que el Frente Popular no pudo, lo demás ha ido cayendo como un castillo de naipes. Nuestra constitución histórica ha sido la defensa de la fe y de la corona, si el español no tiene esa guía, no tiene nada. Y otros aprovecharán el inmenso vacío…
ACT Fernando III el
Santo – ¿Crees que España, y me
refiero a su alma, es recuperable teniendo en cuenta como ha penetrado el
mensaje modernista en todas sus instituciones y capas sociales?
Antonio Moreno – Por supuesto que es recuperable. Mientras hay vida hay esperanza, y la fe mueve montañas. No obstante fácil no es, y si no somos conscientes de los terribles problemas que nos acucian, y de cómo hemos de trabajar con cabeza las cosas, entonces sí que nunca saldremos de esta. Veo demasiada obcecación y poco espíritu realista y constructivo, y eso acaba cansando. No obstante, sí que se puede.
ACT Fernando III el
Santo – Cambiando de tema, ¿Cómo
ves el actual panorama cultural español?
Antonio Moreno – Sencillamente desolador. Salvo Aquilino Duque, Juan Manuel de Prada, algunas obras históricas de Carlos Canales, Miguel del Rey y Fernando Martínez Laínez, y muy poco más, como Valle-Inclán expuso en “Luces de bohemia”: Yo nunca leo a mis contemporáneos. No me gusta casi nada de lo que leo. Me siento más identificado con Alexander Solzhenitsyn, quien fue insultado en
No me las doy de gran entendido, pero en España es la misma
administración la que premia el mal gusto. Hace poco en el Perú, un
pseudo-artista que estaba marginado por la ínfima calidad de sus trabajos y por
apoyo al terrorismo de Sendero Luminoso, ha sido financiado por el Centro
Cultural de España. La aberrante exposición consistía, entre otros, en
presentar a Santa Rosa de Lima como un travesti. Así se comprende el desierto
cultural que nos azota.
En pintura, sin embargo, también hemos de citar como
honrosísima excepción al maestro Augusto Ferrer-Dalmau, de cuyo arte me serví
para elaborar la portada de “Clamores de un español”. Creo que el arrojo del
piquero retratado por el gran catalán expresa a la perfección mi propósito.
ACT Fernando III el
Santo – Desde un lugar tan
querido para los españoles como es Perú, la Nueva Castilla. ¿Cómo se siente
hoy en día lo que Ramiro de Maeztu llamó la Hispanidad ? ¿Sigue
habiendo una relación fraternal con la Madre Patria ?
Antonio Moreno – En el Perú, como toda Hispanoamérica, por desgracia ha calado bastante
La ventaja con la que se cuenta aquí es que tanto indigenismo
ha supuesto una indigestión a la que está siguiendo una reacción intelectual
interesante. Mucha gente ya se cuestiona los fastos de los bicentenarios de las
independencias, y el peruano sabe escuchar y tiene interés por aprender, al
contrario que muchos de nuestros compatriotas, quienes todo se lo toman por lo
personal y acaban chillando y presumiendo de sabios a la primera de cambio.
Hay que tener en cuenta que la historiografía crítica para
con las independencias parte de Hispanoamérica, mientras que en España nada se
hace. No hace mucho que se nos han ido dos figuras como el argentino José
Manuel González y el colombiano Luis Corsi Otálora, cuyas obras las publicó la
editorial argentina Nueva Hispanidad, santo y seña de buenos trabajos. Pero
fijémonos en que si no fuera por el colombiano Pablo Victoria, nada se sabría
en España sobre Bernardo de Gálvez, Blas de Lezo o las brutales matanzas de
Bolívar. El peruano José Antonio Pancorvo acaba de publicar “Demonios del
Pacífico Sur,” una excelente novela que aborda el tema. Asimismo, el
historiador Francisco Núñez del Arco, de cuya amistad me honro, está haciendo
una gran labor a través de su presidencia del Instituto Ecuatoriano de Cultura
Hispánica. Y parece que este mensaje va calando poco a poco, a pesar de la
propaganda artificial. Hay mucha curiosidad sobre el tema e incluso ya algunos
“indigenistas clásicos” admiten sus exageraciones. En cambio, no podemos decir
lo mismo de España, donde la propaganda antihispánica parece cada día mayor.
Aquí seguirá el chavismo y sus adláteres, pero esta corriente hispanista crece,
y cuestión de darle cuerpo y de apoyarla con toda consideración por parte del
patriotismo español de bien. Creo que tenemos un deber moral en ello. Y es que
pienso que la batalla por la
Hispanidad se librará en América antes que en España. Los
ingleses ya lo entendieron, y desde el XVIII andan diciendo que “a España hay
que vencerla en América y no en Europa”.
ACT Fernando III el
Santo – Para finalizar, ¿puedes
adelantarnos alguno de tus próximos proyectos?
Antonio Moreno – Pues
mi próximo proyecto es una novela sobre la mafia napolitana en Sevilla, que
D.m. pronto verá la luz también a través de Amazon. Asimismo, sigo colaborando
con las revistas “Raigambre”, “La Razón Histórica ”, y con el diario digital “El Contemporáneo”.
En el 2013 dejé perfilados varios proyectos poéticos y novelísticos que irán
saliendo mientras que el cuerpo aguante y Dios lo permita.
ACT Fernando III el
Santo – Muchas gracias Antonio, y en el común amor a la Patria y a nuestra Santa Tradición te deseamos el mayor de los éxitos
tanto con este reciente poemario, así como en tus futuros proyectos.