Espada Lobera "Palencia en el 2012"



  Los aniversarios siempre tienen dos caras, por un lado nos recuerdan lo que fuimos e hicimos, pero por el contrario, también nos recuerdan lo que ya no somos y lo que hemos dejado de hacer. Quizá por esta segunda razón, en esta época que nos ha tocado vivir, de cierta dejadez, cansancio y poca perspectiva de futuro, preferimos pasar de puntillas por nuestras propias onomásticas individuales, y si cabe, aún más por las que recuerdan los hechos (especialmente los gloriosos) que acometieron nuestros antepasados.

  Este año 2012, conmemoramos los octavos centenarios de la Batalla de “Las Navas de Tolosa” y de la fundación de la Universidad de Palencia (primera de España). Dos acontecimientos fundamentales y que marcaron el futuro de España, y si me apuran el del occidente cristiano. Más, teniendo en cuenta lo comentado anteriormente, nos tememos que nuestros políticos e instituciones volverán a pasar de puntillas y ladeados para no molestar sobre dichas conmemoraciones. Eso sí, supongo que con el segundo centenario de “la Pepa” (del que no discuto su importancia histórica), podemos llegar a tener un serio problema de sobredosis propagandística.

  Pero no seamos negativos, los aniversarios están ahí, y merecen ser celebrados convenientemente por quienes recuerdan con orgullo a sus héroes. Nosotros desde la A.C.T. Fernando III el Santo tenemos motivos para ello, tanto en nuestra condición de españoles como de palentinos. Me explico, en la gloriosa Batalla de “Las Navas”, en la que el rey de Castilla Alfonso VIII derrotó totalmente a los ejércitos almohades, nuestra tierra estuvo representada por un gran contingente de milicias ciudadanas al mando del obispo Tello Téllez, además de por las mesnadas nobiliarias de los Girón y los Téllez. Fue tal la importancia de la participación palentina en tan “magno” momento, que el propio monarca condecoró a la ciudad con la cruz que todavía hoy porta orgulloso el escudo palentino. De la Universidad palentina, decir basicamente, que fue la primera de España, que estuvo en Palencia, y que sus artífices fueron el rey Alfonso VIII y el obispo Don Tello Téllez de Meneses. Posteriormente, y tras la unión de Castilla con León, fue perdiendo importancia hasta desaparecer en beneficio de los estudios salmantinos.

  Está suficientemente dicho, que un pueblo que aspire a ser libre debe ser devorador de conocimientos, y su propia Historia debe de ser el primero de ellos, especialmente para que seamos conscientes de cual debe de ser nuestro papel durante nuestra temporal estancia en este mundo. El conocimiento fomenta la unión, el esfuerzo y la sana ambición en pos de un mundo mejor. Por ello, es tan importante que estos gloriosos recuerdos de nuestra Historia no pasen desapercibidos, y especialmente no pasen desapercibidos entre los más jóvenes. Si no es así, y seguimos por este camino de pervertir e ignorar nuestra propia Historia, nuestra civilización estará condenada a la desaparición. Nos lo enseña la Historia….

20/01/2012
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo