Bien a los reyes está…amar a Santa María…pues en sus grandes desvelos…les acude luz y guía…. Estas palabras de Alfonso X el sabio, nos recuerdan la gran devoción que desde siempre se ha manifestado a Nuestra Señora, la Madre de Dios, por parte del pueblo español, y muy especialmente por parte de sus mejores reyes.
Y es que la Madre del Cielo ha estado presente en nuestros corazones desde siempre. En cada momento histórico crucial de nuestra historia, nuestra Santa Madre ha aparecido en nuestra tierra ofreciéndonos su amor. Si nos remontamos a los primeros tiempos del cristianismo, nos encontramos con su primera bendición a España, apariciéndose al apóstol Santiago el Mayor, en el famoso Pilar de Zaragoza. Años después, en un momento especialmente grave, volvió a aparecerse de forma crucial en la Cueva de Covadonga, inspirando a Don Pelayo y sus tropas en la decisiva batalla frente a los infieles. Y como no, ante los graves momentos que vivimos hoy en día, Nuestra Señora volvió a asistirnos con su aparición en Fátima ante los tres pastorcillos.
El rey San Fernando, como todos sabemos, amaba profundamente a la Madre de Dios, y sin ese amor, no se puede entender la grandiosidad de su reinado. El rey, siempre recto, siempre justo y siempre bondadoso, se acompañó a lo largo de su reinado de la “Espada Lobera” y de Nuestra Señora en el arzón o Virgen de las Batallas. Imagen parece ser que regalada por su primo el rey San Luís de Francia. La espada y la imagen de Nuestra Señora constituían su altar personal durante sus duras campañas frente al infiel, inspirándole fuerza y amor en su afán de justicia cristiana.
Algunas otras imágenes de la Virgen de las Batallas son también veneradas en otros lugares de España. Quizá la más relevante, sea la conocida como Virgen de Arlanza que aunque la tradición nos dice que acompañó al Conde Fernán González, no es posible, pues está datada a principios del S. XIII. Esta imagen, de unos treinta centímetros de altura y repujada en cobre, fue realizada en Limoges, probablemente en el mismo taller que la que portaba San Fernando. La Virgen de Arlanza fue recuperada en el año 1997, pues había sido sustraída del propio monasterio de Arlanza tras la desamortización y pasó más de un siglo en manos privadas en el extranjero.
Otras Imágenes de la Virgen de las Batallas, las tenemos por ejemplo en la localidad palentina de Autillo de Campos, lugar donde fue coronado rey de Castilla San Fernando, y que probablemente tenga relación con la figura del propio rey santo, ya que también es del S. XIII. En Guadalajara también se venera una imagen reconstruida de la Virgen de las Batallas de los años cuarenta, pues la original donada por el rey Alfonso VI en el S. XI fue quemada junto con otras imágenes por la furia roja durante la guerra civil.
Como conclusión, decir que la imagen prototípica de la Virgen de las Batallas, responde al modelo iconógrafico de Virgen como sedes sapientiae, es decir, trono o sede de sabiduría. Se la representa sentada en un trono, en posición mayestática, sosteniendo al Niño, que es la figura central y principal que encierra en si la Sabiduría Sagrada y por ello muestra una actitud de bendecir, lleva el Libro de las Revelaciones y en su corona aparece el símbolo de la Cruz.
1 comentario:
Gracias Luis por recordarnos la permanente bendición de Nuestra Señora a España y la oración de San Fernando con su espada Lobera y la imagen de la Señora... imponente!! Así se reza en España, así se reina en España.
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