Palentinos ilustres; Antón de Carrión (S. XVI)


  Como en todo acontecimiento memorable de la Historia de España, en la Conquista del Perú también participó un palentino. Fue este, Antón de Carrión, uno de los héroes que bajo el ilustre nombre de los “trece de la fama” acompañó a Francisco Pizarro en su segunda expedición, negándose en la Isla del Gallo a retroceder, y así ser participe en el descubrimiento y conquista del inmenso Imperio Inca peruano.

Placa conmemorativa en Carrión de los Condes
  No son muchos los datos que tenemos de nuestro ilustre paisano, pero de lo que sabemos, podemos concretar que era un hidalgo natural de la localidad palentina de Carrión de los Condes, y que probablemente acudió a América sobre el año 1520. Una vez allí, colaboró fielmente con Pizarro en sus expediciones llegando a alcanzar el grado de alférez mayor. Una vez de vuelta a Panamá, tras la odisea peruana, las crónicas nos recuerdan que defendió la Conquista ante las acusaciones de desobediencia, y que finalmente, tras ser reconocidos los héroes, fue condecorado con el título de Caballero de la Espuela Dorada, al igual que todos sus compañeros hidalgos que formaron parte de los “trece de la fama”.

"Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere", Francisco Pizarro traza la raya en la isla del Gallo que encumbró a los trece de la fama.
 La Historia nos recuerda que Francisco Pizarro inició la Conquista del Perú en 1524 con 112 hombres y cuatro caballos en un solo navío. Sus socios Diego de Almagro y Hernando de Luque se quedaron en Panamá con la misión de contratar más gente y salir posteriormente con ayuda y víveres. A finales de septiembre de 1526, cuando habían transcurrido dos años de viajes hacia el sur afrontando toda clase de inclemencias y calamidades, llegaron a la Isla del Gallo exhaustos. El descontento entre los soldados era muy grande, llevaban varios años pasando calamidades sin conseguir ningún resultado. Pizarro intentó convencer a sus hombres para que siguieran adelante, sin embargo la mayoría de sus huestes eligieron regresar a panamá. Allí, en la Isla del gallo, se produce la acción extrema de Pizarro, de trazar una raya en el suelo obligando a decidir a sus hombres entre seguir o no en la expedición descubridora. Tan solo cruzaron la línea trece hombres: los “trece de la fama”, o los “trece caballeros de la Isla del Gallo”.


  Pizarro y los “trece de la fama” esperaron en la isla cinco meses por los refuerzos prometidos, los cuales finalmente llegaron de Panamá en barco enviados por Diego de Almagro y Hernando de Luque, al mando de Bartolomé Ruíz. Allí encontraron a Pizarro y los “trece” hambrientos y acosados por los indios. Inmediatamente, Pizarro, sin dudar, mandó poner rumbo hacia el sur con el objetivo de conquistar cuanto antes el Imperio Inca. En el momento en que Pizarro, al mando de 168 hombres llega a tierra peruana, se encuentra con que los incas se encuentran metidos de lleno en una “guerra civil” por el dominio del Imperio. Así, en un principio, Pizarro se pone del lado de Atahualpa en la guerra, siendo recibidos los españoles por el inca de forma amistosa. Pero al poco tiempo, parece ser que por el desprecio de Atahualpa a una Sagrada Biblia, los españoles se levantan contra el inca, haciéndole prisionero y ejecutándolo posteriormente. Una vez muerto Atahualpa, el desconcierto de los indios fue aprovechado por los Pizarro y sus hombres para hacerse con el poder y convertir al salvaje pueblo inca en hijos de la Monarquía Católica Hispánica.

20/02/2015
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo

Presentación del libro "España contra Cataluña, Historia de un fraude"


El miércoles 18 de febrero tuvo lugar la presentación del libro "España contra Cataluña, historia de un fraude" de Jesús Laínz en la Biblioteca Pública de Palencia.

En esta ocasión el libro de Jesús Laínz nos retrata con hechos y datos los posibles orígenes de la "antiespañolidad" actual que se respira en amplios sectores de la actual sociedad catalana, así como, éstos se basan en tergiversaciones y modificaciones de la historia de la relación de Cataluña con el resto de España.


Aunque son muchos los asuntos que preocupan a Jesús Laínz de los que , en su opinión, acechan y debilitan a España, quizá sean los movimientos separatistas los que más ha analizado. Así podemos encontrar en su biografía literaria libros que analizan este fenómeno que se arrastra desde al menos el desastroso S. XIX español. 


No había pasado una semana de la derrota de Cavite cuando La Veu de Catalunya afirmó que los catalanes "estamos clavados a una barca que hace agua; si queremos salvarnos hemos de aflojar las ataduras". Un siglo largo después, Oriol Pujol, ante el congreso de su partido de marzo de 2012, agradeció a su padre y a Artur Mas que hubieran enseñado a los catalanes "cómo superar los escollos y huir de estas aguas podridas que nos ahogan".
Entre ambas metáforas náuticas ha transcurrido un siglo de ingeniería ideológica destinada a convencer a los catalanes de que España es la eterna enemiga de Cataluña, de que todos los males vienen de ellay de que el único camino hacia la felicidad y la prosperidad es el de la independencia.
La culpa exclusiva de la España castellana por el desastre del 98, la condena de todo el pasado de España, la inferioridad racial de los españoles, la manipulación de la historia, la utilización de la lengua como arma política, la agitación del odio, la complicidad de la izquierda, la parálisis de la derecha y el recurso final al "España nos roba" son los temas principales de este trepidante repaso, tan riguroso como mordaz, por el problema más grave con el que se enfrenta la España del siglo XXI.





Fernando III el Santo, VIII Centenario de su proclamación como Rey de Castilla en Autillo de Campos (Palencia)


Reportaje sobre los actos conmemorativos del VIII Centenario de la Proclamación como Rey de Castilla de Fernando III el Santo en Autillo de Campos (1217-2017). Dicho evento, organizado conjuntamente por el Ayuntamiento de Autillo de Campos y la ACT Fernando III el Santo, cuenta con el apoyo de la Fundación Villalar y proyecta conmemorar los 800 años de la primera Proclamación de Fernando III como Rey de Castilla un 14 de junio de 1217.



Palentinos Ilustres; Reina Blanca de Castilla (1188-1252)


Doña Blanca de Castilla y San Luis en un códice medieval
  Fue nieta de la gran Leonor de Aquitania, hija del Rey castellano Alfonso VIII, esposa del monarca francés Luis VIII y madre de San Luis. Durante toda su vida se caracterizó por sus innegables dotes de gobierno y una personalidad a prueba de sediciones, conjuras y revueltas, lo que le permitió pasar a la Historia como modelo destacado de soberana medieval.
  Aquélla que fue llamada por sus coetáneos “la Reina buena y justiciera” nació a principios de 1188 en la ciudad de Palencia. Sus padres, los reyes Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet, tuvieron una extensa prole que llegó a contar 17 hijos, de los que algunos fueron monarcas en los países más influyentes del momento.
  En el caso de Blanca, su destino quiso unirla al destino de Francia. Un acuerdo entre el soberano galo Felipe II Augusto y el monarca inglés Juan sin tierra facilitó el camino para que la infanta castellana contrajera nupcias con Luis, primogénito del Rey francés.
  La encargada de llevar a término este lance entre estados fue Leonor de Aquitania. Ella se encargó personalmente de seleccionar entre sus nietas a la candidata más idónea. La elegida fue Blanca, y juntas viajaron a Francia para cumplir con el matrimonio impuesto.
  Una vez en la corte, la joven se integró con absoluta normalidad en los ambientes palaciegos de su nueva patria. Desde los primeros instantes demostró una lúcida inteligencia que le permitía sondear con claridad meridiana el estado de las cosas en aquella Francia acuciada por difíciles problemas arrastrados desde tiempos atrás. A estos peligros se sumaba la incómoda herejía cátara que se propagaba por los territorios de Languedoc y del Midi, amenazando con ello la estabilidad de un reino muy limitado en sus marcas fronterizas.
  Blanca, esposa del heredero desde el 23 de mayo de 1200, no quiso permanecer en un segundo plano y participó _ tras la mayoría de edad de su marido_ en diferentes cuestiones del Estado, incluidas las guerreras. Así, acompañó a su esposo en las campañas victoriosas contra los ingleses, como en la Batalla de Roche-aux-Moines _librada en 1214_ que supuso para el valeroso Luis VIII el sobrenombre de “El León”. Mientras tanto, doña Blanca iba dando a luz un descendiente tras otro, hasta un total de 11 y, aunque cuidó personalmente la educación de todos ellos, sus desvelos se centraron en la intrusión de su primogénito, el futuro Luis IX.
  En 1223 fallecía Felipe II Augusto, siendo sucedido por su hijo Luis, si bien éste apenas pudo reinar tres años por causa de una inesperada muerte cuando contaba 38 años. Esta situación la dejó viuda y regente de un Reino confuso a expensas de diferentes peligros. Casi de inmediato, los nobles más reaccionarios se sublevaron contra la monarquía al no aceptar una Reina extranjera en su trono. Asimismo, los ingleses aprovecharon la circunstancia para tomar nuevamente posiciones en los territorios galos.
 Ella, lejos de amilanarse, se puso al frente de sus ejércitos y con gran tenacidad consiguió sofocar los núcleos sediciosos mientras sojuzgaba el ánimo de los cátaros, defendidos por el conde Raimundo VII de Tolosa, con quien _ gracias a un acuerdo matrimonial_ pudo resolver el problema planteado desde el sureste francés. Esto facilitó la anexión plena de esas tierras al cada vez más extenso Reino galo.
  Durante estos años, la regente Blanca fue testigo del esplendor del arte gótico. En compañía de su hijo favoreció oportunos mecenazgos que levantaron bellos santuarios, como Sainte-Chapelle, iglesia concebida para albergar las Santas Reliquias traídas de Oriente. También combatió con éxito movimientos religiosos dominados por la histeria, como la Cruzada de los pastorcillos.
  En 1234 casó a su hijo _el futuro Luis IX_ con Margarita de Provenza. Dos años más tarde le entregó el gobierno de la nación, tras cumplir éste la mayoría de edad. Todo hacía ver que ahora sí la vida pública de doña Blanca recibiría un aliviador respiro. Sin embargo, las inquietudes religiosas de su vástago le impulsaron a encabezar una nueva Cruzada contra el Islam, que acabó en un estrepitoso fracaso con la captura del propio monarca. Esto devolvió a la Reina madre a una forzosa primera fila de la política, desde la que siguió administrando buenas dosis de sabiduría y justicia entre sus súbditos.

Escudo de Doña Blanca de Castilla en la Sainte-Chapelle
  El 27 de noviembre de 1252 fallecía, sabiendo que su hijo había sido al fin liberado de su cautiverio. Su entierro se produjo en medio del dolor y el profundo respeto inspirado gracias a su deslumbrante carisma. Actualmente, los franceses la siguen considerando el mejor ejemplo de Reina capaz en un tiempo fundamental para la edificación de su historia como gran potencia europea.                                   

Biografía publicada por Juan Antonio Cebrián en El Mundo Magazine el año 2006

Vida de San Fernando: Sus últimas voluntades



Bien sabida es la importancia que dio siempre a la Reconquista de España el Rey Fernando III el Santo, pues su gobierno lo pasó casi por completo combatiendo al invasor sarraceno, siempre en cabeza de sus ejércitos, hasta casi expulsarlo de España. Algo que sin duda habría sucedido si el Santo Rey, hubiese vivido unos años más. Sirva no obstante como recordatorio de la obligación que se impuso Don Fernando en esta empresa como Rey de Castilla, las que fueron sus últimas voluntades, transmitidas en su lecho de muerte a su hijo el infante Alfonso, y que nos relata la hermana Mª del Carmen Fernández de Castro tras sus visiones en su magnífico libro “Nuestra Señora en el Arzón”

“Fijo, rico quedas de tierra et de muchos buenos vasallos, más que Rey en la Cristiandad seya; puña en facer bien et seer bueno, que bien has por qué; Señor te dejo de toda la tierra del mar acá que los moros del Rey Don Rodrigo de España ganado ovieron; en tu señorio finca toda: La una conquerida, la otra tributada; si en este estado que yo te las dexo las sopieres guardar, eres tan buen Rey como yo; et si ganases por ti más; eres mejor que yo; et si de esto menguas, non eres tan bueno como yo”

Otros tiempos... Mismos deberes...


Termina el año 2014, año que hemos dedicado a la figura del Rey Alfonso VIII de Castilla en el octavo centenario de su fallecimiento.. Valga de homenaje final recordar la arenga que se nos ha transmitido pronunció el Noble Rey al ejército cristiano aquel amanecer del 16 de de julio de 1212, en que la Civilización Cristiana venció al maligno invasor.

Ocho siglos después, nuestra obligación sigue siendo la misma que la de nuestros heroicos antepasados.


"Españoles, hemos marchado juntos, hemos sufrido juntos. Estáis aquí los de lealtad probada. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué luchasteis, les contaréis que vinisteis a defenderles a ellos y a los hijos de muchos que ni siquiera conoceréis en vuestra vida. Les diréis que luchasteis por vuestra fe y la suya, pues los enemigos de la Cruz del Señor no sólo aspiran a la destrucción de las Españas, sino que también amenazan con ejercer su crueldad en otras tierras de los fieles de Cristo y oprimir el nombre de cristiano. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos, mirándoos con admiración y agradecidos, os pregunten quién os guiaba en la batalla diréis que no era hombre alguno sino el mismo Dios de los ejércitos y por ello acudisteis jubilosos y sin temor al combate, pues si derramamos nuestra sangre podremos contarnos entre el coro de los mártires. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué, abandonándolo todo, recorristeis tierras inhóspitas para luchar les diréis que os negasteis, como vuestros antepasados, a que el invasor sarraceno os impusiera sus costumbres y las creencias de la maldita secta de Mahoma. Cuando quieran saber lo que sentía esta entrañable unidad guerrera al comienzo de este día de júbilo y de gloria, la palabra que vendrá incontenible a vuestra boca será la que ahora acelera nuestros corazones: ¡libertad!"

Un griterío ensordecedor surgió de las gargantas. Se repetían las invocaciones a Santiago, los castellanos, y a San Jorge, los aragoneses.
Cuando cesó la algarabía de la arenga, el ejército se puso en marcha, bajó el talud e inició el avance hacia el enemigo. En cabeza el señor de Vizcaya, don Diego López de Haro.

Palentinos Ilustres; Don Matías Barrio y Mier (1844-1909)




  Nació el día 10 de Febrero de 1844 en Verdeña (provincia de Palencia); su familia paterna era una de las principales del país; y la materna, cuya nobleza es antiquísima, procede de Asturias. Recibió la instrucción primera en las escuelas de Verdeña , Redondo y Cervera de Pisuerga, acabando de perfeccionarse en Toledo; y en cuanto a la segunda enseñanza, cursó de 1853 a 1854 en aquel Instituto el primer año de latinidad y humanidades, el segundo y tercero en el Colegio Politécnico de Madrid, y en Junio del 56 recibió el semigrado que por entonces se exigía para pasar a filosofía. En el año 1859 recibió en el Instituto de Toledo el grado de Bachiller de Artes. En dicha capital estuvo al lado de su tío don Celestino de Mier, Deán de aquella Santa Iglesia Catedral (Primada de las Españas), y desde el año 1859 hasta el de 1865 siguió en la Universidad de Valladolid los seis años de Leyes, obteniendo en todas las asignaturas las primeras notas.
  En el mes de Junio de 1865 se licenció el señor de Barrio y Mier en Derecho Civil y Canónigo; recibió la investidura de Doctor en la Universidad de Madrid el día 10 de Noviembre del año siguiente, y la carrera de Administración la siguió en las Universidades de Valladolid y Madrid, obteniendo también en ella el doctorado.
  Siendo todavía estudiante sustituyó nuestro ilustre biografiado la cátedra de Administración (Hacienda y Derecho Político comparado) en la Universidad de Valladolid.
  En las mismas Universidades de Valladolid y de Madrid cursó también todas las asignaturas de la facultad de Filosofía y Letras hasta alcanzar el Doctorado, como en las otras dos carreras ya anteriormente citadas.
  En los cursos de los años 1866 al 68 estudió en la Universidad de Madrid los dos primeros años de Teología, con nota de sobresaliente, y no continuó esta carrera por haberse suprimido en la Universidad, a consecuencia del destronamiento de Isabel II.
  Al mismo tiempo cursó en la Escuela especial los tres primeros años de la carrera diplomática, y en Junio del de 1869 recibió el título de Archivero-Bibliotecario.
  Tenía cursadas seis carreras, habiendo sufrido dieciséis ejercicios para la obtención de grados; ganó, previa oposición, multitud de premios ordinarios o de asignatura, tres extraordinarios de grado, recibiendo cuatro grados de Bachiller, cuatro de Licenciado y tres de Doctor.
  Es imposible un ejemplo mayor de aplicación e inteligencia, pues terminó el señor Barrio Mier tantos estudios cuando sólo contaba veinticinco años de edad.
  También se dedicó al estudio de las lenguas, de las cuales poseía cinco.
  Empezó a ejercer la Abogacía desde principios de 1866, hallándose, al efecto, inscrito en los Colegios de Madrid y de Vitoria.
  El día 16 de Noviembre de aquel mismo año (cuando aún no hacía una semana que había recibido la investidura de Doctor) fue ya nombrado Profesor auxiliar de la Facultad de Derecho en la Universidad de Madrid, y en 1.º de Diciembre siguiente empezó a explicar la Cátedra de Legislación comparada, en sustitución del señor La Serna.
  Cuando estalló la Revolución de Septiembre de 1868, fue separado de la Universidad el señor de Barrio Mier, y en el curso 1868 al 69 abrió una Cátedra privada de Derecho en unión del Doctor don Vicente Oliver Bico.
  En las Cortes de don Amadeo de Saboya fue por primera vez elegido Diputado por el Distrito de Cervera de Pisuerga, al cual vino representando después frecuentemente en el Congreso, y siendo el más joven de todos los diputados del año 1871, asombró al Parlamento el portentoso trabajo de su privilegiada inteligencia.
  Al constituirse la Mesa presidencial, fue elegido tercer Secretario. Habló por primera vez en el Congreso el día 9 de Mayo, impugnando el acta de don Servando Ruíz Gómez, candidato ministerial electo por La Vecilla, provincia de León.
 Poco después ganó en reñida oposición una Cátedra de Derecho en la Universidad de Zaragoza, y cuando empezó la última guerra civil, dando una prueba más de su amor a la Causa Católico-Monárquica, abandonó la Cátedra y la carrera que tan brillante porvenir le ofrecían, y se fue al territorio dominado por las armas carlistas en el Norte, ofreciendo sus servicios a don Carlos de Borbón y de Austria-Este, cuyo augusto señor le nombró Corregidor de Vizcaya; también fue Decano de la Facultad de Derecho de la Real y Pontificia Universidad de Oñate, cuya solemne inauguración tuvo lugar en Diciembre de 1874; excusando decir nosotros que ambos cargos fueron desempeñados con entera satisfacción de todos por nuestro ilustre biografiado.
  Terminada la guerra, emigró el señor Barrio Mier a Francia, y al regresar a España hizo oposiciones a una Cátedra de la Facultad de Derecho en la Universidad de Oviedo, y hará ya unos veinte años pasó, por oposición, a la Universidad Central explicando allí la asignatura de Legislación comparada, que es una de las del grupo del doctorado de Leyes.
  En vista de sus méritos y talentos, fue nombrado Consejero de Instrucción Pública a principios del presente siglo, y Decano de la Facultad de Derecho el año 1906. En estos elevados cargos cumplió siempre de una manera delicada su misión, dando una prueba de entereza de carácter, de celo y pulcritud en el desempeño del Decanato cuando hace pocos años se opuso a que el Gobernador Civil de Madrid, Marqués de Vadillo se personase en la clase que posee para explicarla mientras estuviese revestido de carácter de autoridad gubernativa, cargo incompatible con el de profesor según la ley. Aquel incidente dio mucho que hablar; y habiendo apelado dicho Catedrático ante el Ministro, éste dio la razón al Decano, como era de justicia. Con aquel motivo recibió el señor de Barrio y Mier muchas felicitaciones, no sólo de los carlistas, sino que también de otros elementos bien distanciados de la Comunión Católico-Monárquica.
  Cuando Don Carlos de Borbón nombró Delegado suyo en España al Marqués de Cerralbo y los carlistas entraron en su periodo de actividad extraordinaria en el terreno legal, en las primeras elecciones políticas que se presentaron, que fueron las del año 1891, fue nuevamente elegido diputado a Cortes por Cervera del Río Pisuerga, D. Matías Barrio y Mier, quien desde entonces hasta su fallecimiento ejerció casi siempre la Jefatura de la Minoría Tradicionalista del Congreso. En un periodo de diecinueve años, únicamente en una legislatura dejó de representar aquel distrito en las Cortes, si bien perdió la elección por muy pocos votos, teniendo el Gobierno que apelar a inveteradas malas artes para derrotarle.
  De su gestión como Diputado y Jefe de la Minoría carlista del Congreso, bien alto hablan los admirables discursos pronunciados por el señor de Barrio Mier en distintas ocasiones, todos ellos modelos de corrección y elegancia. Sus contestaciones a los discursos de la Corona forman una brillantísima ejecutoria parlamentaria, sobresaliendo en ellos la firmeza en la doctrina y la claridad en la exposición.
  Su oratoria, lejos de ser apasionada, era sencilla, apacible y razonada; su palabra era fácil y su lógica inflexible. Capitaneando en el Congreso nuestras valientes minorías agrando la fama de su nombre con sus notabilísimos discursos en defensa no sólo de nuestros ideales, sino de innumerables asuntos de verdadero interés para el país.
  El día 7 de Diciembre de 1899 fue nombrado el señor de Barrio Mier por D. Carlos de Borbón y de Austria-Este para relevar al Marqués de Cerralbo en el cargo de Jefe Delegado de la Comunión Católico-Monárquica. Durante más de diez años llegó a ostentar la alta representación de Don Carlos; y cuán bien supo cumplir los grandes deberes de su elevado y difícil cargo, demostráronlo las muchas pruebas de afecto y consideración que constantemente recibió de parte del Egregio Desterrado de Venecia, y las grandes simpatías de que siempre disfrutó entre los elementos tradicionalistas, que le querían  y respetaban por lo que valía por lo que representaba. Cuatro elecciones de Senadores del Reino y Diputados a Cortes tuvieron lugar durante el tiempo en que el ilustre Barrio Mier figuró al frente de la política del Carlismo.
  El exceso de trabajo, sin duda, le acarreó al Sr. De Barrio Mier una anemia y postración general que le condujeron al sepulcro, falleciendo cristianamente en Madrid el día 23 de Junio del año 1909. Su cadáver fue enterrado en Verdeña, su pueblo natal; el solemnísimo acto de traslado a la estación del Norte, en Madrid, fue presidido por D. Pablo Higes (padre espiritual del finado), por D. Carlos Barrio (hijo), por D. Bartolomé Feliú (como Jefe-Delegado de la Comunión carlista), por D. Eduardo Dato (como Presidente del Congreso de los Diputados), por los ministros de la Gobernación y de Gracia y Justicia (en nombre del Gobierno de Don Alfonso), por el rector de la Universidad Central, por el Padre Fray Bonifacio Aval, Agustiniano, por el Doctor Recondo y por D. Pedro Fernández Durán.
  Del numeroso acompañamiento que tuvo tan luctuoso acto recordamos a los generales carlistas Maldonado, Villar (D. Amado y D. Mario), González-Granda, Medina, Llorens y Solana; a los marqueses de Villadarias, de Tamarit, de Figueroa, de Ibarra, de Vadillo y de Valdivia; a los condes de Garay, de Rodezno, del Pinar, de Guernica y de Casa-Sola; a los Diputados carlistas Vázquez de Mella, Díaz Aguado Salaberry y Sanz; al Diputado integrista D. Manuel Serante; a personajes liberales de tan distintas ideas como don Segismundo Moret, D. Juan de la Cierva, D. Gumersindo de Azcárate, D. Faustino Rodríguez San Pedro, D. Rafael Maria de Labra y D. Bernabé Dávila; al Director de El Correo Español D. Benigno Bolaños, al Párroco D. Francisco Hernando Bocos, y tan nutridas como distinguidas comisiones del Congreso de los Diputados, de la Universidad Central, del Colegio de Abogados de Madrid y de otras muchas e importantes corporaciones. Los estudiantes de la Facultad de Derecho, con su estandarte al frente, rodearon el coche fúnebre como dándole guardia de honor.

Actual placa de la Calle Barrio y Mier de Palencia
   El Excmo. Ayuntamiento de Palencia acordó dar el nombre de Don Matías Barrio Mier a una de las calles de dicha capital, según tuvimos el gusto de leer en El Cruzado de Castilla el día 10 de Marzo de 1912.


Biografía publicada en "Políticos del Carlismo", por el B. de Artagan en el año 1913

Feliz Navidad 2014



  Con el tradicional “Vino de Navidad” que como cada año celebramos la víspera de Noche Buena, finalizan las actividades de la ACT Fernando III el Santo por este año.

  Un año, este 2014 que ya termina, en el que hemos mantenido el listón que nos habíamos propuesto, pero siempre con la idea de que se puede y se debe de hacer mucho más. Aun así, y como breve resumen, recordamos que entre otras muchas actividades, hemos contado en Palencia con conferenciantes de lujo como Javier Barraycoa, Andrés Barón y Guillermo Rocafort; hemos estado presentes en buena parte de España defendiendo y apoyando nuestros valores y tradiciones; se han dedicado diferentes actividades en recuerdo y homenaje al Rey de Castilla Alfonso VIII con motivo del VIII Centenario de su fallecimiento; y quizá lo más importante, hemos puesto en marcha los actos que conmemoran la Proclamación de San Fernando en la localidad palentina de Autillo de Campos en 1217. Además, nuestra Asociación se ha unido a la Federación Reconquista, para de esta manera tener mayor contacto y unidad de acción con otras asociaciones afines, así como hemos ampliado las secciones de nuestro blog.

  Queda dicho, tenemos mucho por hacer, pues en esta España de taifas y miserias varias, poco o nada podemos esperar que hagan quienes por ley debieran. Por ello encaramos el año 2015 con fuerzas renovadas, con la convicción de que es justo y obligado defender nuestra cultura, fe y libertades, que cada paso importa, y que el pueblo español acabará reaccionando y exigiendo la recuperación de los símbolos y tradiciones de la Patria (garantía de nuestras libertades) si todos nos implicamos en ello.


  Desde la ACT Fernando III el Santo deseamos una Feliz y Santa Navidad, así como un próspero y reconquistador año 2015.

Algo que todos nos preguntamos ¿Cómo entender nuestra denostación permanente?



  Parece que todo lo hicimos mal, como si genéticamente estuviésemos condenados a la falta de objetivos y a la ineficiencia. Criticamos nuestra empresa civilizadora en todos los continentes sin profundizar los acontecimientos. Lo que llaman saqueo era el intercambio que hacían los indios por manufacturas, gracias al uso del caballo y la herradura que compraban con oro pasaron de tardar 40 días a un día en sembrar una hectárea. De matarse y comerse unos a otros, los pueblos precolombinos se convirtieron en una civilización católica que unificó al continente en lengua y religión, y con la consiguiente civilización compartida. ¿Si hubo abusos? Siempre los hay entre los hombres, y cualquier argentino o español, sufre el saqueo de los actuales políticos que soportamos desde hace cuarenta años. Pero de la plata extraída solo se iba a España entre un 12% y un 20%, cuando los políticos actuales saquean hasta un 50% de los ingresos de todo productor, y muchas veces a sus propios bolsillos. Además, cuando se fundó Harvard, en indias ya había unas veinte universidades. Y CUANDO ESPAÑA SE FUE HABÍA 25 UNIVERSIDADES.

  Fuimos el imperio más grande, de forma transversal a los demás, de norte a sur, lo que no es un dato menor, pues esta condición es lo que nos convertía en el árbitro geográfico del orbe, y con una moneda universal que circulaba hasta en China, lo que nos permitió crear una economía global; el mal debía destruirnos para llevar a la humanidad al actual orden mundial. La geografía, la moneda y el Evangelio, son las causas que movilizaron a nuestros enemigos.

  Tan mal no lo hicimos, pues a pesar de que nos balcanizaron en más de veinte estados, no nos libanizamos en guerras sin fin entre estados, tuvimos muchas menos guerras internas que los europeos, gracias a compartir una fe y una lengua. El periodo de Cristiandad Hispánica caminó junto a la lengua y eso nos dio conciencia continental. Y eso es herencia de la Madre Patria. Que muchos hombres y mujeres del mundo consiguieran en esta tierra labrarse una vida, también lo fue. Como dijo Eva Perón, la leyenda negra se hizo para engañarnos, y se engaña al que quiere ser engañado.

  POR SER LOS PUEBLOS HISPÁNICOS, ÁRBITROS EVANGELIZADORES DEL PLANETA FUE QUE NOS DESTRUYERON, ESA ES LA CUESTIÓN CENTRAL, NO OTRA.

  Por eso amigos de Argentina, España, Guinea, Sicilia, Filipinas y de todo el mundo ibérico, las creencias fogueadas en ochocientos años de terribles luchas por la Reconquista no pueden ser olvidadas; dejemos de criticarnos, analicemos fríamente nuestros errores pero para poder valorizar nuestros muchos aciertos, busquemos ese sol que nos hermane para fundirnos en un espíritu común y refundar nuestra grandeza.

¡¡¡Ante la ingravidez de los desvalores de hoy, nuestra historia y tradición!!!

Patricio Lons
Periodista argentino

Colaborador en Hispanoamérica de la ACT Fernando III el Santo

Exposición "Alfonso y Leonor, Reyes de Castilla"




  Como colofón a las actividades que durante este año hemos dedicado a la figura del Rey Alfonso VIII de Castilla con motivo del VIII centenario de su fallecimiento, el pasado 13 de diciembre una delegación de nuestra Asociación visitó la exposición que en el Real Monasterio Cisterciense de Las Huelgas de Burgos ha patrocinado Patrimonio Nacional.

Sepulcro de los reyes Alfonso y Leonor de Castilla
  Ya en sí mismo, el Monasterio burgalés, debido a su condición de Panteón Real de Castilla, es un tributo a la figura de Alfonso VIII que gustaba de descansar en el lugar,  dotándolo así en 1187 de grandes privilegios. Aún podemos contemplar diferentes estancias construidas en el tiempo del Rey Noble, entre las que sin duda destaca el magnífico claustro románico. En 1199 ordenó el Rey que Las Huelgas fuese el Panteón de los Reyes de Castilla, siendo Alfonso VIII y su esposa Leonor Plantagenet, fallecidos con un mes de diferencia en 1214, los primeros reyes allí sepultados. Además de estos dos formidables sepulcros, también se encuentran allí los del Rey Enrique I, la Reina Berenguela (humildísimo), y el de numerosos infantes e infantas, entre el que destaca el de Don Fernando de la Cerda, que afortunadamente se libró del saqueo y destrozo con que la chusma revolucionario-napoleónica trataba nuestros símbolos regios.

Corona de los Camafeos
  La muestra conmemorativa que se encuentra en el antiguo locutorio, y se organiza en cuatro secciones: en primer lugar se exponen piezas relativas a la imagen y el poder real, y después se exploran, por este orden, la liturgia monacal, las artes suntuarias y las ceremonias regias. De todo ello destacamos la llamada “Corona de los camafeos” que sabemos fue utilizada por los Reyes de Castilla; Sancho III, Alfonso VIII, Enrique I, Fernando III y Alfonso X; la arqueta de los apóstoles; el antifonario de Las Huelgas (uno de los más antiguos y expuesto por primera vez); numerosos bordados realizados por las reinas Doña Leonor y Doña Berenguela; además de ropas utilizadas por el obispo Jiménez de Rada, Enrique I y el propio Alfonso VIII.

Almohada bordada por la Reina Doña Berenguela
  Sin duda una visita siempre recomendable para todo español la del Monasterio burgalés de Las Huelgas, que recordamos, fue construido casi en su totalidad por el Rey Fernando III el Santo, y que guarda en cada rincón, como ningún otro lugar en España, el sello personal del Santo Rey Don Fernando.

                            Alfonso y Leonor, Reyes de Castilla, VIII centenario