![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhfn4l28ZgRVENgOVBzrZtVvodPg7xQKftiPzfjQcLQrxjjq_OGfkXFQkmzTV-iDaVDaGmvG-w008uCHkPeUgvZ9BrNzZ7WmDvR5sa7oe8i3w06vyx4h9d7_NTBRaYTLgLiCNBXUrFI_BkfPTJt2PLCV3wqsXcPB_o9HLNtcox4oXOK0tirX5c2cTm02rq/w492-h318/campanas-claustro.jpg) |
Campanas recuperadas en el claustro de la Catedral de Santiago de Compostela |
Hízose la entrega de Córdoba en 29 de Junio, día de los
Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, en el año de 1236. Como el Santo Rey
don Fernando, ni atribuía a su valor las victorias, ni quería para sí el
aplauso de los triunfos, mirando solo a los aumentos de la Religión, hizo enarbolar
una cruz en lo más eminente de la mezquita mayor, y en inferior lugar sus
estandartes, dando el primer triunfo de sus victorias a la
Fe. Consagró aquella mezquita, que era de
las más principales que tenían los moros en España, en la Iglesia Catedral, y señaló por
su primer obispo a Fray Lope, monje de Fitero, monasterio situado en las
riberas del río Pisuerga. Acordóse el Santo Rey don Fernando, que doscientos y
sesenta años antes habían los moros hecho traer en hombros de cristianos las
campanas de Santiago hasta Córdoba, y les obligó a que con el mismo afán las
restituyesen; venganza tan templada, como religiosa, pues midió la satisfacción
con el compás del agravio, sin concederle nada a el enojo.