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Crónica de los actos organizados este año con motivo del aniversario de la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla



Por décimo año consecutivo se celebró en Autillo de Campos (siempre el sábado más cercano al 14 de junio) la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla.

Una amplia y variada programación durante toda la jornada sirvió para recordar que hace ahora 806 años, la reina Berenguela I de Castilla, que se hallaba refugiada en Autillo protegida por Gonzalo Rodríguez Girón -Mayordomo real de Alfonso VIII, Berenguela I y Fernando III-, de los insurrectos condes de Lara, cedió la corona de Castilla a su primogénito el infante don Fernando -de la que en justicia era poseedora tras la muerte accidental de su hermano el rey Enrique I en el alcázar episcopal de Palencia-: "a extramuros de la fortaleza, junto a la vieja ermita y bajo la protección de un viejo olmo de justicia; en presencia de prelados, ricos-hombres y pueblo llano", como nos recuerda la Crónica General.

Los actos que desde el primer año organizan la A.C.T. Fernando III el Santo de Palencia y el Ayuntamiento de Autillo de Campos, con el apoyo de la Diputación de Palencia y la Junta de Castilla y León, comenzó como es tradición con el acto homenaje junto al Olmo de la Proclamación. Una vez llegados los presentes en comitiva, y tras depositar sendas coronas de laurel junto al olmo; el presidente de nuestra Asociación recordó lo allí acontecido hace ocho siglos, así como la importancia que tiene conmemorarlo hoy en día. Luis Carlón recordó a los presentes que se trata de un acontecimiento tan importante como  singular; pues justo allí comenzó el glorioso reinado de San Fernando, durante el cual se reconquistaron para la Cristiandad Hispana entre otras plazas; los reinos de Sevilla, Córdoba, Murcia y Jaén. No menos importante fue la fundación de las universidades de Palencia y Salamanca, el inicio de la construcción de las catedrales de Burgos, León y Toledo, o el establecimiento del castellano en detrimento del latín como lengua oficial del Reino. También se hizo hincapié en que en el año 1230 Fernando III fue proclamado Rey de León en Benavente, juntándose ya para siempre las coronas de León y Castilla. El discurso terminó pidiendo a los presentes que fomente y se unan en  la idea de que la Festividad de San Fernando sea también la de Castilla y León, así como la de todas la regiones que pertenecieron a la Corona de Castilla; en detrimento de las actuales festividades que rezuman ideología y falsedad a partes iguales por los cuatro costados. Y es que al fin y al cabo, la unión de los reinos de Castilla y de León, fue el paso previo y definitivo para la futura restauración total de España, ya bajo el reinado de los Reyes Católicos.

Posteriormente, Rafael Bocero -presidente de la cordobesa Asociación Juvenil Gran Capitán- recitó un poema escrito para la ocasión por nuestro amigo Antonio Moreno Ruiz, que siempre tiene un recuerdo desde Sevilla para con este homenaje. Finalmente, se presentó un cuadro, obra del pintor manchego Javier Martínez Arenas, quién nos acompañó en Autillo, en el que queda reflejada para la posteridad la Proclamación tal y como la describe la Crónica General; entregándose por parte de nuestra Asociación unas copias tanto a los representantes de las entidades colaboradoras, como a los vecinos y visitantes que allí se encontraban. Tras el acto en el olmo comenzó la jornada propiamente festiva con la feria de alimentos, una conferencia sobre Isabel la Católica a cargo de doña Martha Vera, Cónsul de España en El Paso (Texas), quien vino acompañada de representantes del pueblo nativo americano de los Ysletas, y la tradicional representación teatral de la Proclamación de San Fernando a cargo del grupo teatral A ninguna parte.


SAN FERNANDO EN AUTILLO DE CAMPOS

-Antonio Moreno Ruiz

 

Bajo el cielo de la Tierra de Campos,
los trigales se mecen espléndidos,
con el aire castellano expandido,
para una fecha fundamental,

pues el catorce de junio del
año dos mil doscientos diecisiete,
fue proclamado el tercer Fernando,
como rey de Castilla, pudiendo afirmar,

la ley, la tradición y la adhesión,
de un pueblo al que muy bien comandaría;
desde difíciles y turbulentos inicios,
mas por un camino de heroísmo y santidad.

Fernando Tercero el Santo,
siempre presente en Autillo,
valgan dulzainas y banderas hacia
el olmo en honor a su perpetuidad;

el olmo sagrado de Castilla,
el olmo del recuerdo y la conciencia,
el olmo que la asociación que tu nombre
lleva, plantó para tan histórica dignidad.

Y valgan jotas palentinas y paloteos,
que bien vienen para el catorce de junio.
¡Sea siempre San Fernando conmemorado,

como emblema de nobleza y lealtad! 

Olmo de la Proclamación

                                                    ¡VIVA SAN FERNANDO!

Conmemoración de la Proclamación de Fernando III el Santo como rey de Castilla 2023


  El próximo sábado 10 de junio volveremos a conmemorar la Proclamación de Fernando III el Santo como rey de Castilla en la localidad palentina de Autillo de Campos. Y como todos los años, invitamos a todo aquel que quiera acompañarnos en una jornada tan señalada para nuestra Historia. Es obligado recordar que el rey San Fernando inició en este pequeño pueblo de Palencia -tras la cesión del trono por parte de su madre, la Reina Doña Berenguela-, su glorioso reinado en Castilla. Reinado que posteriormente se completaría a partir de 1230 con el reinado en León y los reinos reconquistados en Andalucía (Córdoba 1236, Murcia 1244, Jaén 1246 y Sevilla 1248), que conformarían con su unidad la Corona de Castilla y de León, germen fundamental y definitivo para la posteriormente completa restauración de España. Esta unidad política se mantuvo hasta la llegada de los regímenes revolucionarios, que en diferentes oleadas volvieron a fomentar el regreso de las nefastas taifas separadoras a España. 

  Por nuestra parte, y siempre con el ánimo de defender lo que nos une como nación (ni más ni menos que la más antigua de Europa), y aun reconociendo como es natural, la cultura y tradiciones propias de los diferentes territorios de España: reclamamos el reconocimiento de Fernando III como símbolo supremo, y por lo tanto el 30 de mayo como festividad natural; de todos los territorios que formaron parte de la Corona de Castilla, y con especial énfasis los de la actual Comunidad de Castilla y León, formada por buena parte del territorio más histórico y significativo de los reinos de León y de Castilla.

  Por ello, este año volveremos a recordar tanto la figura del rey Fernando III, como su legado, a las once y media de la mañana en el ya tradicional acto homenaje que junto al Olmo de la Proclamación realizamos anualmente. Y durante toda el día tendremos un completo programa de actividades organizadas por el Ayuntamiento de Autillo de Campos, que completarán la programación de una jornada histórica y de verdadero orgullo; el de en nuestro caso: ser leales palentinos, castellanos y españoles a nuestras libertades, historia y tradición.

Este año además podrás adquirir camisetas de la histórica jornada, banderas de San Fernando y otros recuerdos del 806 Aniversario de la Proclamación de San Fernando en nuestra caseta. Os esperamos en Autillo para celebrar lo que en verdad los castellanos y los leoneses debemos celebrar...






Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla 2019



Un año más, esta vez el próximo sábado quince de junio, Palencia celebrará en la localidad terracampina de Autillo de Campos la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla sucedida el catorce de junio del año 1217. Esta importante efeméride, que penosamente pasó olvidada demasiado tiempo, a día de hoy se puede afirmar que se ha convertido por derecho en una de las más importantes conmemoraciones histórico-culturales de la primavera palentina.

Contará nuevamente Autillo este año con la tradicional ofrenda en el Olmo de la Proclamación, así como la feria gastronómica, actuaciones musicales, la representación teatral de la proclamación y las ya habituales conferencias históricas. Además, para este año, y siempre con la idea de hacer progresivamente más atractiva la jornada, se ha decidido realizar algunos cambios en el formato de la jornada, de lo cual se encargaran los miembros del grupo de teatro palentino “a ninguna parte”, quienes prometen sorprender especialmente a los más jóvenes. Digno de destacar es que la Fundación Villalar colaborará a partir de este año con la organización de la conmemoración (al fin y al cabo fue el inicio de la unión definitiva de los reinos de Castilla y de León bajo una misma corona), uniéndose a los ya consolidados apoyos de la Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial de Palencia.

Sin duda nuestra tierra tiene un enorme y diverso patrimonio histórico-cultural del cual los palentinos deben sentirse orgullosos, pero para que esto suceda es fundamental conocerlo para así entre todos poder difundirlo. Es lo que se ha conseguido en Autillo, recuperando un hecho tan importante para nuestra memoria y patrimonio histórico como que Fernando III el Santo, seguramente el Rey más importante y simbólico de la historia de España, fuese proclamado en tierra palentina, gracias a la lealtad demostrada en aquel tiempo convulso a la reina Berenguela por nuestros ancestros. Por ello, desde la A.C.T. Fernando III el Santo, y con el compromiso permanente que tenemos en la labor de revitalizar nuestra historia, cultura y tradiciones; animamos a los palentinos a participar en los actos programados este próximo sábado en Autillo; así como a colaborar en la difusión y éxito tanto de esta conmemoración, como de todas aquellas que en nuestra provincia ayuden a redescubrir nuestro patrimonio e identidad.

Conferencia en Santander


El sábado dos de diciembre, el Presidente de la A.C.T. Fernando III el Santo, Luis Carlón, impartió una conferencia en el Centro Social Alfonso I de Santander, centrada en los actos organizados por nuestra Asociación con motivo del VIIIº Centenario de la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla en la localidad palentina de Autillo de Campos


La conferencia, -que fue organizada por la Asociación Cultural Alfonso I de Cantabria- contó con numerosa presencia de público, y en ella primeramente se abordó tanto el contexto histórico en que se encuadraron los hechos sucedidos en Autillo de Campos en la Primavera de 1217, como las vicisitudes pasadas hasta entonces en los reinos de León Y Castilla; acentuando por ello el conferenciante los trascendentales cambios que supusieron para el devenir virtuoso y victorioso de la Corona de Castilla, a partir  del inigualable gobierno del Rey San Fernando. Por otra parte, Carlón rememoró los esfuerzos llevados a cabo por nuestra Asociación durante los últimos cuatro años, hasta alcanzar llegar al catorce de junio de 2017 con todo preparado, para que el VIIIº Centenario de la Proclamación de San Fernando estuviese a la altura, que tan importante efeméride sucedida en Palencia, sin lugar a dudas merecía. 


Es nuestra obligación como españoles, la de conocer y defender nuestro legado histórico, y más aun en estos tiempos en que vemos como descarada y permanentemente se pervierte la verdad histórica con el fin de amoldarla a tal o cual pensamiento político modernista. Por ello, y finalmente, alentó Luis Carlón a que sean especialmente las asociaciones culturales patrióticas, las que asuman la responsabilidad de conocer, recordar y divulgar tanto la verdadera Historia de España, como también nuestra cultura y tradición.


Exposición "Fernando III y su Reinado, 1217-1252"


El viernes 10 de noviembre se inauguró en el palacio del Licenciado Butrón (Archivo General de Castilla y León) de Valladolid, la exposición "Fernando III y su Reinado", con motivo del VIIIº Centenario del Reinado de Fernando III el Santo en Castilla. A la exposición, que fue presentada por María Josefa García Cirac, Consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, acudió una representación de la A.C.T. Fernando III el Santo. Tanto García Cirac como los comisarios de la exposición reconocieron la importancia de la Proclamación de Fernando III en Autillo de Campos, agradeciendo el esfuerzo realizado por parte de nuestra Asociación y del consistorio autillano en la organización de los actos que durante estos últimos años se han ido realizando.
 
La exposición, dirigida por expertos medievalistas de cuatro universidades, y que cuenta con numerosos incunables, manuscritos y objetos del S. XIII, repasa la vida y obra del rey Fernando III; y confirma sin lugar a dudas que San Fernando fue proclamado Rey de Castilla en Autillo de Campos el 14 de junio de 1217, así como confirmado en Cortes en Valladolid el 2 de julio de ese mismo año. 

Desde nuestra Asociación hemos trabajado duro para que este hecho tan importante en la Historia de Palencia fuese reconocido, y sin duda el acto de hoy es el colofón a ese trabajo de cinco años de esfuerzo por Palencia y para Palencia. Por ello, aprovechamos este momento, en que termina el año del VIIIº Centenario, para agradecer a todos aquellos que han colaborado en el éxito de esta empresa, y especialmente a Carmen Fernández Caballero, entonces Diputada de Cultura, por su confianza y apoyo cuando iniciamos este proyecto, pues también hubo quienes desde puestos de responsabilidad se opusieron de forma rotunda (quizá por no ser idea suya); argumentando que lo sucedido en Autillo no era más que una leyenda. A día de hoy, podemos asegurar que lo que siempre defendimos desde la A.C.T. Fernando III el Santo, que no es otra cosa que: "Fernando III el Santo fue proclamado Rey de Castilla en tierras palentinas"; un comité de expertos de diferentes universidades, lo ha confirmado con absoluta rotundidad. 





¡¡¡VIVA SAN FERNANDO!!!

La Espada Lobera: "San Fernando y Palencia"

Artículo publicado por la A.C.T. Fernando III el Santo en El Norte de Castilla  (6/06/2017)
No hace aún mucho tiempo, la fecha del treinta de Mayo era una de las señaladas en el calendario litúrgico como de obligado precepto, siendo así que se sentía en cada rincón de España la figura del rey San Fernando, como símbolo indudable de justicia, generosidad y valentía. El  lema del Rey en vida, “De la Lealtad y la Nobleza” no fueron palabras huecas en su boca, sino el obligado deber de toda una vida, que ya desde bien joven prendió en su alma, en buena parte gracias al ejemplo que le inspiró desde muy niño su querida madre, la Reina Doña Berenguela. Ese fulgor guerrero y nobleza de espíritu que irradiaba el príncipe, fraguó ya desde joven en el amor con que le respondió su pueblo cuando aun vivía. Tanto nobles como plebeyos, que a su muerte, entendiéndose los principales benefactores de las virtudes humanas y divinas del Rey Santo, las asumieron decididamente como propias.
San Fernando fue sin lugar a dudas un Rey guerrero; y ya desde su Proclamación como Rey de Castilla en Palencia, el catorce de Junio de 1217, hasta su muerte en Sevilla el treinta de Mayo de 1252, debió hacer frente en muchas ocasiones por la vía armada a innumerables enemigos, siempre en pos de un mundo mejor. Su reinado –iniciado siendo casi un niño- comenzó con un conflicto que duró más de dos años frente a la levantisca familia Lara -en su tiempo la más poderosa de Castilla-, los cuales pretendían en unión del rey Alfonso IX de León usurpar el poder que legítimamente le pertenecía al joven príncipe. Tras pacificar el Reino, se embarcó con afán en el inigualable proyecto de la Reconquista de España; dejando a su muerte unificados ya para siempre los reinos de León y Castilla, además de consagrar para la Cristiandad las conquistas de los reinos de Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla, así como la alianza en condición de vasallaje del reino de Granada. Aun con este inmenso bagaje guerrero, no fue Fernando III simplemente un Rey cruzado. Debemos recordar como ejemplos de su labor política y cultural que las catedrales de Burgos, León, Toledo, Valladolid o Sevilla se inician en su tiempo; que se sustituye el latín por el castellano como idioma oficial del Reino, y que se traduce y actualiza el Fuero Juzgo. Además favoreció de manera importante el auge de las artes y las ciencias, siendo su hijo primogénito, Alfonso X el Sabio, un claro exponente de tan brillante bagaje cultural.
San Fernando fue canonizado en Roma por el Papa Clemente X el siete de Febrero de 1671, tras un larguísimo proceso. Realmente, sabemos que ya en vida, Fernando III de Castilla fue reconocido como Santo por sus coetáneos, siendo incluso proclamado por el Papa Inocencio III como “Campeón invicto de Jesucristo”; y que tras su fallecimiento, comenzó una incesante peregrinación hacia su tumba sevillana, -allí se encuentra aún hoy su cuerpo incorrupto- que no ha cesado hasta nuestros días. En el año 1590 el Papa Sixto V le concedió tratamiento de Santo, más la prematura muerte del Santo Padre aplazó en casi un siglo el final del proceso de santidad. La indudable abnegación hacia la vida virtuosa del Santo Rey, respaldada en actos tan significativos como no combatir jamás frente a ningún Reino Cristiano, impedir sin reservas la herejía y el abuso de los poderosos del Reino, o el trato justo con que siempre distinguió a los musulmanes vencidos, son hechos que prueban sobradamente su santa virtud. Como colofón a su vida, destacar que el rey San Fernando no conoció la derrota en treinta y cinco años de gobierno-, convirtiéndose así, en el más significado ejemplo de santo caballero cristiano; reconociéndolo incluso el Papa Inocencio IV al poco de morir el Rey, con las siguientes palabras; “tan rectamente anduvo Fernando por las veredas de los mandamientos, según común opinión, que debemos pensar que fue absuelto de sus humanas flaquezas”.
Palencia fue en su juventud, un lugar importante para el Rey, pues aquí pasó buena parte de su primera infancia estudiando bajo el amparo de quien siempre fue un fiel aliado, el obispo Tello Téllez de Meneses, en el entonces incipiente Studium Generale palentino. No debemos olvidar tampoco, que fue en nuestra tierra donde fue Proclamado Rey de Castilla con apenas dieciséis años, en la Primavera de 1217; concretamente en la localidad de Autillo de Campos, donde este año –sábado 10 de junio- se conmemorará por todo lo alto el Octavo Centenario.  Y también fue en Palencia, concretamente en el Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes, donde contrajo San Fernando matrimonio con Doña Beatriz de Suabia, el primero de Mayo de 1219. Por otro lado, hoy aun permanece en Palencia un importante legado arquitectónico de su época, con construcciones tan simbólicas como la iglesia de San Miguel o el pórtico del Convento de San Francisco. Y en cuanto a su figura en el ámbito religioso, recordar que España entera llenó sus templos de imágenes fernandinas tras su canonización en el Siglo XVII, no siendo Palencia ajena a ese espíritu. Así, en la provincia encontramos hoy en día diferentes imágenes del Santo; destacando unas preciosas vidrieras en el Monasterio de San Andrés de Arroyo y la Catedral de San Antolín, así como una preciosa imagen escultórica en la Iglesia de San Pedro Apóstol de Támara de Campos. Pero sin duda, es la Capilla de San Fernando, también en la Catedral palentina, donde se encuentra el más simbólico de los espacios de culto dedicados al Rey Santo en nuestra tierra. En este lugar, antaño dedicado a Santa Catalina de Alejandría, destaca una imagen escultórica del siglo XVII, de aspecto renacentista, en la que el Santo Rey se muestra con sus tradicionales atributos -Espada Lobera y Orbis Terrarum-, presidiendo un retablo también del Siglo XVII, que decorado con cuadros de la escuela madrileña, marcan diferentes momentos de la vida del Santo. En este lugar tan especial, simbólico de la fe, cultura y tradiciones castellanas, la A.C.T. Fernando III el Santo continúa organizando cada treinta de Mayo la misa por la Festividad del Rey San Fernando.

Luis Carlón Sjovall
Presidente A.C.T. Fernando III el santo

La Espada Lobera: "El olmo de la Proclamación de Fernando III en Autillo"

Artículo publicado por la A.C.T. Fernando III el Santo en Diario Palentino (2/06/2017)
El próximo 14 de junio se conmemora nada menos que el octavo centenario de la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey en 1217, en la localidad palentina de Autillo de Campos. Esta magna conmemoración nos tiene que enorgullecer a todos los castellanos y leoneses amantes de su tierra, su historia y su identidad. La unificación de los reinos de Castilla y de León se produjo en la persona de este santo rey cuando heredó el Reino de León tras la muerte de su padre, Alfonso IX, en el año 1230. Este acontecimiento también significó mucho para la unión de nuestras regiones españolas. Todo ello da a esta efeméride un valor como para constituirse en fiesta de la comunidad, con tanto o más hondo significado que las ocurridas en Villalar.
 
Don Severino Rodríguez Salcedo, alcalde de Palencia, además de catedrático, investigador y académico ilustre, fue un gran defensor de esta celebración y nos describe la Proclamación en Autillo aquel 14 de junio de 1217 en su magno trabajo: “VII Centenario de la muerte de Fernando III, el Santo. Precedentes de un glorioso reinado que toca a Palencia”. Y dice así:
“En la llanura que se hacía fuera del recinto amurallado del castillo, alzábase solitario un olmo corpulento y frondoso. A la sombra de sus ramas quiso Doña Berenguela que fuese levantado el sólito cadalso para verificar la sencilla ceremonia de la publicación real”.
 
Quiero hoy resaltar la importancia de este emblemático árbol, recuperado del olvido en la actualidad mediante un nuevo ejemplar enraizado hace varios años por la Asociación Cultural Tradicionalista Fernando III el Santo. Esta benemérita asociación palentina ha apoyado la recuperación de esta ilustre conmemoración desde hace tiempo, como símbolo de nuestra identidad y orgullo de nuestra tierra y tradiciones.
En muchas localidades de las comarcas castellanas y leonesas se han plantado desde la más remota antigüedad árboles emblemáticos, especialmente olmos cuando las condiciones del terreno lo permitían, pero también fresnos, robles, encinas, morales e incluso pinos, enebros y álamos, como destacados centros de reunión y decisión. Desde las comarcas de El Cerrato y Tierra de Campos, las olmas monumentales daban cobijo y nobleza a plazas, ermitas, cruces de caminos y límites municipales y comarcales. Estos árboles venerables, cuidados con esmero por todos los vecinos, lograban alcanzar muy a menudo dimensiones monumentales y servían de lugar de cría y nidificación de aves emblemáticas, como el águila imperial, llamada en nuestra tierra, religiosamente, águila dominica y águila de la Cruz, por los llamativos hombros blancos en fondo oscuro, y venerada por nuestros antiguos ancestros como ave protectora de las cosechas cuyos nidos eran intocables. De estos árboles singulares y “de respeto” no se podían cortar sus ramas o troncos, salvo para los usos como bastones y báculos de las autoridades o los largos arcos de guerra de raigambre céltica. Tradicionalmente estos árboles venerables se han denominado respetuosamente en femenino y pasaban a llamarse la Olma, la Robla, la Chopa, la Enebra, la Moral, etc.
 
Es el caso del olmo corpulento y frondoso de las viejas crónicas de Autillo. El árbol, símbolo de la longevidad y la perpetuidad, adquiere entonces un valor de testigo de los hechos sobresalientes de la vida humana. Bajo su copa, no solo se reunía el concejo y las juntas de vecinos a deliberar las más importantes cuestiones, sino que se dirimían litigios y se administraba justicia. Los reyes (como San Luis de Francia), merinos y jueces resolvían allí los juicios y afrentas con especial protección de los pobres y desvalidos. Las ordenanzas tradicionales y multiseculares se ratificaban y aclamaban bajo estos árboles, como símbolo casi sagrado y eterno. Bajo estos árboles, la rúbrica de tratados y declaraciones adquiría rango de perpetuidad. La antigüedad de todo esto se pierde en la cultura indogermánica de Occidente más ancestral. De hecho, la palabra latina “roboravimus” (“ratificado”), usual en toda la epigrafía occidental, tiene su origen etimológico en robur (roble), testigo de la confirmación. Así, perdura casi milagrosamente un roble plantado hace 120 años en la llanura tierracampina de Villarmentero, descendiente de otro testigo de la histórica Batalla de Golpejera del ya lejano 1072. Este simbólico “Roble de la Húmeda” era el único superviviente de los siete “hermanos” que fueron eliminados tras la concentración parcelaria y rectificación y dragado del río Ucieza.
El árbol venerable se convierte entonces en el principal testigo del hecho histórico.
Sin embargo, con la caída del antiguo régimen y los posteriores regímenes revolucionarios, muchos de estos abundantísimos, gigantescos y monumentales árboles se descuajaron en toda Europa, antes de que la vejez o la enfermedad llegasen a finalizar sus días. Se les acusó de “antiguallas” y “símbolos feudales” y se abatieron en su mayoría. De hecho, con la construcción de ferrocarriles como el Bilbao-la Robla, Triano y otros en el siglo XIX, muchos robles y olmos emblemáticos palentinos y leoneses, de dimensiones descomunales, se arrancaron (“muchos a azada”) para convertirse en traviesas, pese a la oposición y lágrimas de los vecinos. Se derribaron millones de árboles venerables castellanos y leoneses, como consta en los documentos de las empresas, muchas radicadas en Holanda y Alemania, que se “encargaron” de la devastación. Varios de estos árboles junteros y concejiles palentinos se arrancaron e incluso se llegaron a “fusilar” por las tropas napoleónicas y después liberales, como una advertencia y símbolo de aniquilamiento del poder comunal, social y tradicional frente al “nuevo orden” económico y político. Posteriormente, enfermedades lejanas e importadas por la globalización, como ocurrió con la perniciosa grafiosis, acabaron de exterminar a muchas de nuestras olmas emblemáticas.
 
Debemos revertir esta injusticia replantando nuestros árboles históricos, junteros y emblemáticos. Esto es lo que ocurrió en Autillo de Campos, gracias al empeño de la ACT San Fernando con la valiosa ayuda de su Ayuntamiento presidido por Don Ángel Castro, con motivo de la recuperación de la Proclamación como Rey de Fernando III en la histórica villa. Tras varios años, el olmo plantado en el hoy Parque de la Proclamación de esta histórica localidad palentina, en su momento un pequeño y humilde vástago, se ha convertido en un elegante y vigoroso ejemplar.
 
La justa restauración de este emblemático y tradicional árbol es un símbolo a imitar en nuestros pueblos y ciudades para que quede, no solo el recuerdo, sino la perenne celebración de los hechos históricos como nuestro propio sentir y ser.

 
Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro
A.C.T. Fernando III el Santo

Conferencia de Félix Martínez en Autillo de Campos


Exitosa conclusión el pasado sábado 27 de marzo, de las jornadas culturales celebradas en Autillo de Campos, dedicadas a la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla. Si José Javier Esparza abordó los aspectos morales y espirituales relacionados con la figura de San Fernando, Don Félix Martínez Llorente, catedrático de Historia del Derecho por la UVA, realizó un completísimo repaso tanto de su vida, como de todo lo relacionado con su legado cultural y político.


Con un amplio repaso a las circunstancias históricas que precedieron el nacimiento de Fernando III, Martínez Llorente recordó lo difícil que era a su nacimiento, que el joven príncipe llegara a reinar tanto en León como en Castilla; pues además de nulidad del matrimonio de sus padres (Alfonso IX y berenguela), tenía por delante en ambos reinos príncipes herederos mayores que él. Aún así, su madre se dedicó con afán en su educación, lo cual fue clave cuando las circunstancias de la vida acabaron poniéndolo el primero en la sucesión de ambos reinos. Continúo Don Félix recordando las circunstancias que desencadenaron en la Proclamación de Autillo de Campos, recalcando que Fernando III ya salió siendo Rey de la villa, aunque como era preceptivo debía ser reconocido por los concejos, curia y nobleza en cortes (se recalcó que las cortes de Castilla fueron anteriores a las de León en varios años); lo cual ocurrió en Valladolid seguramente el dos de julio de ese mismo año de 1217. 


La segunda parte de la conferencia la dedicó Martínez Llorente a repasar el legado administrativo, cultural y gubernativo de San Fernando. Respecto a la parte administrativa, se recordó que durante su gobierno el rey se apoyó de manera decisiva en las merindades, las cuales a su vez eran administradas por la figura de los "merinos" quienes ejercían el poder real en su ausencia. También llamó la atención, sobre la capacidad del Rey para conseguir que durante su gobiernos apenas se registrasen conflictos con la nobleza (exceptuando los iniciales con los Lara). Respecto al legado cultural, Félix Martínez hizo hincapié en la arquitectura que se desarrolló en su tiempo, poniendo como ejemplos máximos las construcciones de las catedrales de León, Burgos o Toledo. Y en lo que respecta al plano gubernativo y legislativo, se recordó que San Fernando, calificado por Martínez Llorente como el último gran Rey medieval, aunque ordenó y abrió el camino hacia la creación de un estado organizado, siempre puso más interés en ser justo con sus súbditos, y leal con sus deberes como Rey cruzado.


Tras la conferencia, un turno inacabable de preguntas por parte del numeroso público presente alargó el acto hasta más allá de las dos horas, lo cual demuestra que en ciertos españoles (a pesar de los pesares) aún se mantiene el interés y la ilusión por conocer nuestra historia y gloria. Para finalizar, dar las gracias a Don Félix Martínez Llorente por su amable presencia y brillante oratoria, con la cual creemos que hemos completado un dignísimo "Mayo Fernandino" dedicado al VIII centenario de la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla en Autillo de Campos.

Conferencia sobre la Proclamación de Fernando III el santo en Madrid

En la tarde del viernes 26 de mayo, la A.C.T. Fernando III el Santo organizó un acto en la Casa de Palencia en Madrid, para presentar el Centenario de la Proclamación de Fernando III el Santo como rey de Castilla. Hechos que se conmemorarán en Autillo de Campos el próximo 10 de junio.



Ante un público entregado, el profesor de la UNED Luis Manuel Ruiz Virumbrales recordó los hechos acaecidos en Autillo donde Doña Berenguela conoció la muerte de su hermano, el rey Enrique I en el Palacio Episcopal de Palencia, lo que le convertía en reina. Así  mandó llamar rápidamente a su hijo el infante Fernando que se encontraba en la corte de León, quien se dirigió a Autillo donde Berenguela inmediatamente abdicó y se produjo la proclamación del joven Fernando como rey de Castilla.
A continuación, José Ángel Martín, licenciado en Historia y miembro de la A.C.T. Fernando III el Santo realizó un recorrido por las actividades llevadas a cabo por esta asociación en Autillo desde el año 2014 y presentó los actos del centenario que a la tradicional ofrenda floral, lectura de manifiesto y representación de la Proclamación, incluyen la presentación de un sello de correos conmemorativo, una cena medieval y un concierto a cargo del grupo Carrión Folk. Como otros años habrá una feria gastronómica de Alimentos de Palencia, una velada musical y una conferencia histórica que pronunciará José María Pérez "Peridis". 

Conferencia de José Javier Esparza en Autillo de Campos



El pasado 20 de mayo iniciamos en Autillo de Campos el “VIII Ciclo de Conferencias Mayo Fernandino”, dedicadas este año de forma especial al VIII Centenario de la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla, contando con la presencia del escritor y periodista José Javier Esparza.


Esparza ofreció una conferencia en el salón de plenos del Ayuntamiento de Autillo de Campos, -un centenar de personas abarrotaban la sala- en la que además de recordar las razones que concluyeron con la Proclamación de Fernando III el catorce de junio de 1217, ofreció una emocionante dialéctica sobre las consecuencias que para el futuro de España tuvo este hecho. El escritor recordó que en la vida a veces es obligado elegir un camino difícil, para así defender un modo de vida, una civilización, y eso fue lo que hizo en su momento San Fernando, dedicando su vida a partir de la Proclamación de Autillo a luchar frente al invasor musulmán, dejando a su muerte, casi completamente reconquistada España. Además,  Esparza, que a pesar de las actuales circunstancias, expresó su optimismo en el futuro; hizo hincapié en la necesidad que tenemos todos de elegir también hoy en día, entre lo que debemos hacer, por difícil que parezca, frente a la comodidad que inevitablemente nos lleva hacia la pérdida de la identidad, y la desaparición como civilización y nación. Así Esparza recordó que aunque los bárbaros nos parezcan detestables, tienen sus derechos para expandirse, y solo si nosotros somos conscientes de quiénes somos, y de donde venimos, podremos hacerles frente para evitar nuestra desaparición como civilización. Concluyó Javier Esparza la conferencia animando a los presentes a fijarse en las innumerables virtudes del rey Fernando III, para recoger su ejemplo y aplicarlo a nuestra propia conducta.


Tras la conferencia, innumerables preguntas afloraron entre el público, para después pasar a una interminable ronda de firma de libros por parte del escritor.  Una vez Esparza atendió al numeroso público asistente, le enseñamos el monumento a la Proclamación con el olmo (símbolo de la proclamación) que plantamos hace ahora tres años, así como la magnífica iglesia de Santa Eufemia donde se encuentra entre otras muchas joyas, una imagen del S. XIII de la Virgen de las Batallas, donada al pueblo por el propio rey San Fernando.


Desde nuestra Asociación, agradecemos al Ayuntamiento de Autillo de Campos su generosidad, sin la cual no sería posible llevar a cabo los actos programados por la A.C.T. Fernando III el Santo, y por supuesto no podemos más que agradecer una vez más a José Javier Esparza tanto presencia, como sobre todo su cercanía y entrega ilusionada.

VIII Centenario de la Proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla (1217-2017)


  El catorce de junio próximo se cumplirán ochocientos años de la Proclamación de Fernando III –con apenas dieciséis años– como Rey de Castilla en la pequeña localidad palentina de Autillo de Campos. Una efeméride así, es un enorme motivo de orgullo para Palencia, aunque durante mucho tiempo se ignoró lamentablemente por las gentes de nuestra tierra el histórico suceso, en que quién fue máximo referente en virtudes y buen gobierno dentro del marco de la amplísima –y en general gloriosa– historia de la monarquía católica hispánica, comenzase tan significado gobierno en nuestra preciosa e histórica Tierra de Campos.

  Para nuestra Asociación, la Proclamación de Autillo ha sido un desafío desde siempre. Comenzamos esta aventura plantando un olmo simbólico, recordando el que un día sirvió de testigo en el mismo lugar; y ahora, tras casi cinco años de esfuerzo -como pasa el tiempo- ver que llegamos al ansiado VIIIº Centenario con los numerosos deberes y desafíos que nos auto impusimos realizados, es motivo que nos llena de satisfacción. Apenas a un mes de la conmemoración, lo ocurrido junto a la fortaleza de los Señores de Girón en Autillo hace ochocientos años, ya no es un recuerdo ni una leyenda, sino un hecho reconocido que durante estos años de preparación nos hemos encargado de corroborar y ensalzar, contando para ello con algunos de los más serios historiadores y estudiosos de la actualidad.  Además, la localidad de Autillo, con su alcalde a la cabeza, confirma año tras año su ilusión y compromiso por engrandecer la jornada festiva con que cada mes de junio se conmemora la Proclamación Real.

  Quienes siguen las actividades de nuestra Asociación, a buen seguro conocen que dentro de nuestras posibilidades, hemos intentado como uno de los principales cometidos, dar a conocer la figura del Rey San Fernando allá donde se nos ha requerido, participando además de forma activa en cuantos homenajes o actos se realizan hacia su figura en diferentes rincones de España. Y es que Fernando III el Santo no fue simplemente un Rey de Castilla y de León; es por derecho el símbolo del Caballero ejemplar, del hombre culto, justo y valiente hasta lo heroico y del santo ejemplarizante; pero sobre todas sus virtudes sobresale la del Rey ocupado y preocupado por el bienestar de todos sus súbditos. Hoy, un tiempo en que carecemos casi por completo de referentes, su figura gigante ha de ser nuevamente, como lo fue antaño; la que nos guíe y ayude a discernir el verdadero camino a seguir en todos y cada uno de esos desafíos que tenemos, y que nos tememos, solo son preámbulo de los que a buen seguro han de venirnos por delante en los próximos años.

  Esta Primavera, desde nuestra Asociación hemos trasladado nuestro ciclo cultural que cada mes de mayo realizamos, y al que simbólicamente llamamos “Mayo Fernandino”, hasta la localidad de Autillo de Campos para así completar en lo posible los actos conmemorativos programados. Para ello, contaremos en este preámbulo primaveral con dos primeros espadas como son el escritor y periodista Don José Javier Esparza, quien el próximo veinte de mayo nos deleitara a buen seguro con una conferencia recordando la Proclamación del rey Fernando III; posteriormente, Don Félix Martínez Llorente, catedrático y profesor de Historia del derecho y las Instituciones Españolas por la Universidad de Valladolid, impartirá el sábado 27 de mayo una más que interesante conferencia sobre el gobierno y la administración territorial en la Corona de Castilla durante el reinado de Fernando III.

  Para finalizar los actos de este simbólico año, el sábado diez de junio, y organizada junto con el Ayuntamiento de Autillo de Campos, y con la colaboración de la Diputación de Palencia, volveremos a celebrar con numerosos actos la Proclamación de Fernando III el santo con la tradicional jornada cultural y festiva, en la pequeña localidad terracampina.

  Huelga decir como conclusión, que esperamos sinceramente la presencia durante estas jornadas de todos aquellos amigos y simpatizantes de nuestra Asociación, y especialmente en la jornada del diez de junio contar con la presencia en tierra castellana de todos aquellos que vengan desde lugares lejanos, pues entre todos hemos de recuperar nuestra historia y símbolos. Nos va el futuro en ello. 


Proclamación Fernando III el Santo en Autillo de Campos (Capítulo 4)


PROCLAMACIÓN Y DESENLACE

El trece de junio de 1217 llegaba el infante Fernando a Autillo para reunirse con su madre, y al día siguiente, sin pérdida de tiempo, y con la presencia de los obispos Don Mauricio de Burgos y Don Tello de Palencia, además de la nobleza y pueblo leal a la infanta, se produjo la Proclamación de Doña Berenguela como Reina de Castilla bajo un olmo y junto a la ermita que se encontraba extramuros. E inmediatamente, como bien sabemos por aquí, allí mismo la ya Reina procedió a colocar la Corona a su hijo Don Fernando, quedando de esta manera proclamados madre e hijo como Reyes de Castilla aquel glorioso 14 de junio de 1217, en este mismo sitio de Autillo.

Placa en Autillo colocada en el lugar aproximado donde se produjo la Proclamación
Tras la Proclamación, y a sabiendas de la retirada de los Lara, la Comitiva Real comenzó partiendo de Palencia, donde se les unieron numerosos caballeros, un periplo por tierras de Castilla solicitando lealtad a los nuevos Reyes. Por su parte, el conde Don Álvaro acudió a León a pedir ayuda a Alfonso IX, ofreciéndole la Corona castellana, solicitud que este aceptó. Enterada de esta circunstancia, Doña Berenguela decidió acudir a la leal ciudad de Valladolid, desde donde reclamó la presencia en la capital del Pisuerga de los nobles y prelados de todos los rincones del Reino. En pocos días se reunieron las Cortes del Reino en Valladolid con el fin de confirmar la Coronación. Era, según la “Crónica Latina”, el dos de julio de 1217, cuando en la iglesia de Santa María, sita en la antigua Plaza del Mercado,  fue coronado San Fernando como Rey de Castilla, siendo su madre Doña Berenguela y su hermano Don Alfonso los primeros en besar su mano.

Placa conmemorativa de la Coronación colocada en el VII Centenario en la Plaza Mayor de Valladolid
Pronto comenzaron los problemas, pues ese mismo día el rey de León se instalaba en la localidad de Arroyo, junto a Valladolid, con la intención de hacerse con el Reino. Mandó Doña Berenguela a los obispos Don Mauricio de Burgos y Don Domingo de Ávila rogándole que regresase a su tierra, y no reclamase la Corona de su propio hijo; más el leonés desoyó el ruego, y colocó sus mesnadas en Laguna con intención de atacar. Fue entonces cuando, según nos cuenta la “Crónica Portuguesa”, el propio San Fernando envió por medio del obispo Don Tello Téllez el siguiente mensaje a su padre: “que no fatigase, más sus pueblos, ni les ocasionase mayores males; qué debía agradecer a la reina haber dado a un hijo suyo un Reino, y tal Reino que había causado a León grandes daños; y que de allí en adelante no le vendría de él sino mucha ayuda”.. Ante tales palabras de su propio hijo, Don Alfonso recapacitó, y regresó con sus tropas a León.

Pendón de la Corona de Castilla utilizado por San Fernando (Catedral de Sevilla)
No se llegó aún a la paz en el Reino, pues durante más de un año los Lara continuaron combatiendo a sus propios reyes, hasta que agotados, y con casi todas sus tierras perdidas, acabaron exiliándose en León. Aún así, desde León continuaron combatiendo por medio de razias en la Tierra de Campos, hasta que en una de estas aventuras, quedó malherido Don Álvaro. Fue llevado por sus hermanos hasta Toro, donde al poco le llegó la muerte. Sus hermanos Don Fernando y Don Gonzalo de Lara acabaron sus días uno al servicio del Rey de León como mayordomo y el otro en Marruecos como soldado de fortuna.

Fronteras aproximadas de los Reinos de España desde la llegada de San Fernando al trono de Castilla, hasta su muerte
Nunca más mientras San Fernando reinó hubo disputas en Castilla, ni se combatió a príncipe cristiano. Así, tras la pacificación del Reino comenzó de facto el irrepetible reinado de San Fernando, durante el cual, y como simple ejemplo de sus logros, se unieron definitivamente las coronas de León y Castilla cuando a la muerte de su padre, en 1230, heredó el Santo Rey el trono leonés; y sin olvidar sus conquistas para la Cristiandad de los reinos musulmanes de Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla, continuando así el sueño de su abuelo… Pero todo eso ya es otra historia…

23/04/2016 (Autillo de Campos)
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo

Proclamación Fernando III el Santo en Autillo de Campos (Capítulo 3)


GUERRA CIVIL EN CASTILLA (1214-1217)

Tras la “Batalla de Las Navas de Tolosa”, el rey Alfonso VIII volvió a Castilla junto a sus ejércitos, quedando en la frontera sur del Reino asentando las posiciones tomadas algunos de los principales magnates castellanos. El “noble” rey sentía ya el paso de los años, y el deber cumplido. De su matrimonio con Leonor Plantagenet habían nacido diez hijos (Berenguela 1179-1246), (Sancho 1181), (Sancha 1182-1184), (Urraca 1186-1220 Reina de Portugal), (Blanca 1186-1252 Reina de Francia), (Fernando 1189-1211), (Mafalda 1191-1204), (Leonor 1190-1244 Reina de Aragón), (Constanza 1195-1243 Abadesa Las Huelgas) y (Enrique 1204-1217). En principio, como vemos, la política matrimonial llevada a cabo con sus hijas garantizaba la fortaleza del Reino, pero la repentina muerte del infante Don Fernando en 1211, debió de ser un duro golpe, pues con los veintidós años que contaba, debía ya de estar perfectamente preparado para asumir el control del Reino en cuanto fuese necesario.

El rey Alfonso VIII murió el seis de octubre de 1214, en la localidad abulense de Gutierre-Muñoz, cuando se dirigía a Plasencia a reunirse con su aliado, el rey Alfonso II de Portugal. Así nos lo cuenta el arzobispo Jiménez de Rada en su Crónica “De Rebus Hispaniae”: Habiendo cumplido LIII años en el Reyno el noble Rey Alfonso, llamó al Rey de Portugal su yerno para verse con él; y habiendo empezado su camino dirigido a Plasencia, última ciudad de su dominio, empezó a enfermar gravemente en cierta aldea de Arévalo que se llama Gutierre Muñoz, donde últimamente, agravado de una fiebre, terminó la vida y sepultó consigo la gloria de Castilla, habiéndose confesado antes con el arzobispo Rodrigo, y recibido el sumo Sacramento del Viático, asistiéndole Tello, obispo de Palencia, y Domingo, de Plasencia.

Sepulcro de Alfonso VIII y Leonor Plantagenet (Monasterio de Las Huelgas, Burgos)
A su muerte, quedó su hijo Enrique I como Rey, bajo la tutela de su madre Doña Leonor; pero poco duró esta situación, pues la Reina madre murió el 31 de octubre –menos de un mes después que su marido Alfonso–. Así las cosas, se decidió que fuese la hija primogénita Doña Berenguela quien ostentase la tutoría de su hermano el “Rey niño”. Tranquilos corrieron para Castilla los meses primeros de Regencia, apoyados en el buen gobierno de la infanta, y así sabemos que Doña Berenguela junto al rey se trasladaron desde Burgos a Palencia a mediados de febrero de 1215, con intención de que Don Enrique continuase con sus estudios junto al obispo Tello Téllez.

¿Qué ocurrió desde febrero hasta abril de 1215, en que Enrique aparece en Segovia acompañado de Don Álvaro Núñez de Lara? No lo sabemos a ciencia cierta; pero podemos presumir que intuyendo los Lara que Doña Berenguela no iba a ser tan proclive a sus intereses, como lo fue su padre, arrancaron al niño de sus manos casi por los bravas, y apoyándose en que el conde Don Álvaro era el alferez del Rey, se hicieron con su tutoría y custodia. Así nos cuenta el Padre Flórez como se llegó a un acuerdo entre la infanta y los Lara en los siguientes términos: “Conocía –la infanta-perjuicios en la entrega y temía inconvenientes en no hacerla… En tal conflicto llamó a consulta a su prudencia, y ésta la dictó el medio de dar el Rey al Conde; pero con estas cauciones: que no pudiese guerra mover a ningún rey; que no pudiese dar ni quitar posesiones a los vasallos o imponerles tributos sin acuerdo de la misma Reina; que Don Álvaro y sus hermanos jurasen esto en manos del Arzobispo de Toledo, Don Rodrigo, haciendo el homenaje con tales condiciones, de suerte que en su quebrantamiento fuesen tenidos por traidores”.

No quedó en paz la cosa, pues como nos cuenta Jiménez de Rada en su Crónica, los Lara una vez tuvieron el control del “Rey niño” comenzaron: “a ejecutar exterminios, a humillar a los grandes, a exigir exacciones a los plebeyos enriquecidos, a esclavizar las iglesias, tomando a las fábricas de estos sus tercias… Además de esto, y con la intención de atraerse su apoyo, el Conde llegó a un acuerdo con Alfonso IX de León para devolverle las fortalezas que en tierra leonesa mantenían los castellanos. Pero había un problema, estas fortalezas pertenecían por derecho de herencia a Doña Berenguela, la cual ordenó defenderlas. Ante el desplante de la infanta, el conde Don Álvaro –a pesar de que las propias Cortes habían dado la razón a la infanta en la querella–, mandó una carta a Doña Berenguela amenazándola con la guerra, y haciendo firmar esta misiva por el propio Rey, que era un títere en manos de Los Lara. Ante esta situación, la infanta queriendo evitar la guerra accedió finalmente a entregar sus posesiones al leonés, y abandonó Burgos junto a su hermana Leonor para refugiarse en la Tierra de Campos palentina, Solar señorial de los Girón y los Téllez que se mantenían leales a la infanta, ofreciéndola incondicional protección.

Torreón e interior de la iglesia de Autillo de Campos con el escudo de Gonzalo Ruíz Girón en su interior
Desde la primavera de 1215 hasta enero de 1217 continuaron los asuntos del Reino por el mismo camino. Cabe destacar que al rey lo casaron los Laras con la infanta Mafalda de Portugal en agosto de 1215, siendo el matrimonio anulado por consanguinidad a los pocos meses. Posteriormente intentó Don Álvaro sin éxito casarlo con una de las hijas de Alfonso IX de León. Bien sabía el Conde, que sí por una desgracia fallecía el “Rey niño”, la Corona castellana pasaría inmediatamente a manos de Doña Berenguela.

A pesar del poder de los Lara, muchos eran los nobles y ciudades en Castilla que se mantenían fieles a la infanta, y así, en enero de 1217 se desatan los acontecimientos tras un ardid de Don Álvaro, que falsificando una carta de la infanta en que preguntaba por la salud de su hermano, pretendía hacer creer al Reino que esta quería acabar con la vida del Rey. No lo creyeron los toledanos de Maqueda, donde se encontraba el Conde junto al Rey, obligando a estos a huir a galope de la villa hasta su cercano refugio de Huete. Viendo el Conde que no podría hacerse con el Reino completamente hasta que no sometiese a la infanta, reunió a sus poderosas mesnadas y decidió lanzarse a la guerra.

Iglesia de Meneses (Palencia) con los bustos de Alfonso y Suero Téllez en los lados
Sabemos que a finales de marzo se encontraban los Lara en Valladolid, desde donde comenzaron sus ataques por la villa de Val de Trigueros que quedó devastada, y desde allí a Montealegre, cuya fortaleza defendía Suero Téllez de Meneses, héroe de Las Navas y hermano menor de Alfonso, Señor de Meneses, y de Don Tello, obispo de Palencia. Tras rendir Montealegre, como nos cuenta Jiménez de Rada continuó: “Después desto el conde, saliendo dallí con el rey, fue robando e destruyendo por Campos muchas cosas; et uniendo faziendo mal daquella guisa”. Sabemos que a partir del cinco de mayo asediaron los Lara Villalva del Alcor, a la cual consiguió defender con bravura Don Alfonso Téllez de Meneses, y así, ante la imposibilidad de tomarla, decidió Don Álvaro atacar directamente a Doña Berenguela en Autillo de Campos, donde se encontraba protegida por el Señor de Frechilla, don Gonzalo Ruiz Girón.

Dejó claro Don Gonzalo que no rendiría la fortaleza, comenzándose así el asedio de los Lara, y mientras tanto Alfonso Téllez acudió hasta Toro a pedir ayuda al rey Alfonso IX, quien envió quinientos caballeros leoneses en defensa de Doña Berenguela. Enterado el Conde de Lara, levantó el cerco a la fortaleza de Autillo, no sin antes arrasar las cercanas villas de Frechilla y Cisneros.

Escenificación de la muerte del Rey Enrique
Justo en ese momento, concretamente el 27 de mayo, se produjo el accidente del joven Rey en el Alcázar Episcopal de Palencia, donde le había dejado Don Álvaro al cuidado del obispo Tello Téllez. Nos cuenta la tradición que una piedra jugando al tejo le golpeó en la cabeza, dejándole gravemente herido. En pocos días murió Don Enrique, y aunque el Conde escondió el cuerpo en el castillo de Tariego, aduciendo que se estaba recuperando, no tardaron la infanta y sus leales en enterarse del triste fallecimiento del Rey.


Envió inmediatamente Doña Berenguela a sus leales Gonzalo Ruíz Girón, Alfonso Téllez de Meneses y Lópe Díaz de Haro, Señor de Vizcaya, a la Corte Leonesa para reclamar la presencia de San Fernando, argumentando la necesidad que tenía la infanta de ver a su hijo en tan difíciles momentos. A pesar de las dudas de Alfonso IX respecto al requerimiento, dejó ir a su hijo -recordemos por entonces heredero del Reino de León- junto a su madre a Castilla. Ni el propio San Fernando conocía que este viaje lo coronaría como rey de Castilla, y mucho menos suponían padre e hijo que nunca más volverían a verse en vida.

23/04/2016 (Autillo de Campos)
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo