La Espada Lobera: "La historia en directo"

"La historia en directo"

Para todos los que crecimos con la amenaza de una guerra atómica, la caída del muro de Berlín es probablemente uno de los hechos históricos que mejor recordamos, debido a que asistimos en directo a través de la televisión. Aprovechando que ahora se cumplen 20 años, quiero rememorar aquellos sucesos con la misma emoción que viví entonces.
Me crié en un mundo dividido en dos. En las clases de geografía estudiábamos que había un estado llamado Unión Soviética que lideraba un bloque de países oscuros y tétricos, cuyo elemento aglutinador era la carencia de libertades y el socialismo más salvaje y cavernario. Por otro lado, en las clases de historia, al hablarnos de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias nos explicaban que, tras la derrota de la Alemania nazi, en la conferencia de Potsdam se pergeñó un mundo bipolar que acabó desembocando en la Guerra Fría. En dicha conferencia, el planeta se partía en dos trozos separados por un imaginario “telón de acero” que, en palabras de Winston Churchill, empezaba en Stettin en el Báltico y llegaba hasta Trieste, en el Adriático.
Pero si la separación en el año 1946 era virtual, en 1961 se produjo de un modo físico cuando el Gobierno de la República Democrática de Alemania, formado por la parte oriental de Alemania, ocupada por los soviéticos tras la guerra, decidió construir un muro que les aislase del próspero fulgor de Occidente. Pese a que ya llevaban muchos años de tinieblas totalitarias, los países del Pacto de Varsovia vieron su anhelo de libertad y bienestar bloqueado por aquel hachazo de hormigón y alambre de espino.
Es difícil estimar el número total de víctimas del muro, pero se cree que hasta 1989 se habían producido 5.000 fugas a Berlín occidental; 192 personas murieron por disparos al intentar cruzarlo; y otras 200 quedaron gravemente heridas. Por no hablar de los miles de familias que quedaron separadas y que tardaron varias décadas en reencontrarse. De la extrema crueldad del régimen es paradigmático el caso de Peter Fechter, que fue tiroteado al intentar escapar y se le dejó morir desangrado a la vista de toda la prensa occidental.
En 1989, tras 28 años de muro, el bloque comunista se descomponía a gran velocidad. Los alemanes orientales exigían libertad de circulación y trataban de evadirse por cualquier medio, refugiándose en embajadas, o huyendo por la frontera entre Hungría y Austria, con mayor libertad de paso que en el resto. Los que se quedaban en la RDA comenzaron a manifestarse de un modo masivo, y el jefe del estado Eric Honecker se vio obligado a dimitir.
El 9 de noviembre de 1989, el gobierno promulgó un plan que permitía y facilitaba los viajes al exterior. En una rueda de prensa retransmitida en directo por televisión, el ministro Schabowski declaró que se eliminaban todas las restricciones a la libertad de movimiento hacia occidente. El alto funcionario comunista tardaría un tiempo en tomar conciencia de que, de ese modo, estaban dando el primer mazazo al muro. Minutos después de aquella declaración, los acontecimientos se precipitaron con miles de personas reunidas junto a las barreras, con lo que los guardias fronterizos tuvieron que abrir las puertas.
“El muro de Berlín ha caído”, fue el titular que comenzó a circular por todas la agencias de prensa. A las once de la noche, los pasos de Berlín y los del resto de la frontera con la RFA se abrieron por la presión de las masas agolpadas en los accesos. La población de Berlín Occidental recibió con alborozo a los habitantes del otro lado y en los bares cercanos al muro se servía cerveza gratis. Mientras tanto, en mitad de la euforia, los del oeste comenzaron a escalar el muro con picos y martillos iniciándose, de un modo espontáneo, la demolición del muro. Cada martillazo era un golpe en la línea de flotación del comunismo. Poco tiempo después vendrían las revoluciones de terciopelo del resto de los países del Pacto de Varsovia y la desintegración de la Unión Soviética. Y yo lo estaba viendo en directo gracias a la televisión.

Ricardo Botín - A.C.T. Fernando III el Santo

Artículo publicado en el periódico Palencia Siete.



Derecho a vivir



La Asociación ha decidido adherirse a Derecho a vivir. Por eso, a partir de ahora, en la columna de la derecha aparecerá un pequeño banner del colectivo.

Visita al Museo Diocesano y a la Catedral de Palencia




Como parte de las actividades que organiza la A.C.T. Fernando III el Santo, el día 31 de octubre de 2009 se llevó a cabo la excursión cultural que tenía dos destinos muy importantes en nuestra ciudad de Palencia: por la mañana el Museo Diocesano del Palacio Episcopal y por la tarde la Catedral de Palencia.


Algunos socios esperando para entrar en el Museo Diocesano de Palencia

La visita comenzó a las 11:30 horas por el Museo Diocesano. En palabras de la monja que nos mostró este magnífico museo, si la Catedral de Palencia es la "Bella Desconocida", el Museo Diocesano es el "Bello Desconocido". La colección está compuesta por las piezas de arte sacro procedentes de las iglesias de la la diócesis de Palencia que se han visto obligadas a cerrar ante la despoblación que están sufriendo los pueblos de Castilla. El fin que motivó la creación del museo es el mismo que tenían los autores cuando crearon las obras que acumula: catequizar al pueblo. Las piezas de Pedro Berruguete, las de la Escuela Flamenca, las góticas y las románicas se crearon con la intención de enseñar la religión a un pueblo analfabeto que entendía mejor la fé si se le explicaba con imágenes.
Llamativos son los artesonados mudejares, los retablos -divididos en partes por razones de espacio-, las casullas, las cruces parroquiales, las campanas, los restos visigóticos,... Y espectacular el patio herreriano del palacio, con su brocal en medio y sus tres cipreses ascenciendo hasta el cielo.


Varios socios posando a las puertas del Palacio Episcopal tras visitar el Museo Diócesano

Tras la visita al Museo, nos dirigimos a tomar un aperitivo dando un paseo por el centro de Palencia para comer luego una paella en Casa Bartolo. En los postres se aprovechó para comentar la marcha de la Asociación y planificar los nuevos proyectos.


La torre de la Catedral con la Inmaculada Concepción en primer plano

El otro plato fuerte del día comenzó a las 17:00 horas, cuando teníamos concertada la visita turística a la Catedral de Palencia. La ruta comenzó por la Capilla Mayor, con San Antolín de Gregorio Fernández presidiendo el retablo de Felipe Vigarny en su parte escultórica y de Juan de Flandes en su parte pictórica. También es de destacar el Calvario de Juan de Balmaseda y la Magdalena de Alejo de Vahía.
Tras ver el magnífico coro con su reja plateresca, la atención de los socios pronto se dirigió a la Capilla de San Fernando, en cuyo retablo se muestran escenas de la vida de nuestro patrón.
En la Capilla de San Ildefonso, lugar de enterramiento de Alonso Fernández de Madrid, pudimos observar el retablo probablemente de más interés artístico de la Catedral, obra cumbre de Juan de Balmaseda.


Restos visigodos de la Cripta de San Antolín

Una de las cosas que más nos llamó la atención fue la Cripta de San Antolín, sobretodo por la explicación que nos dió la guía sobre los restos visigodos y romanos que se encuentran debajo de la Catedral y que no pueden ser excavadas sin que afecte a la cimentación del templo actual.


San Sebastián de El Greco en el Museo Catedralicio

Tras entrar en la Sala Capitular, anexa al Claustro, pudimos observar los magníficos fondos, incluido el San Sebastián de El Greco y los magníficos tapices donados por el Obispo Fonseca. Y otra pieza que llamó mucho la atención de todos los visitantes fue la pintura amorfa de Carlos V que no puede ser reconocida a simple vista. Sólo mirando a través de un agujero practicado en el marco puede verse el rostro del Emperador.
La visita finalizó en el Claustro, donde pudimos deambular con más libertad así como por el resto de la Catedral.


Vista del Claustro de la Catedral de Palencia



Otra vista del Claustro con varias cigüeñas sobre los pináculos



Un momento de la visita al Claustro de la Catedral



Otra fotografía del Claustro


Curioso detalle de unas tallas policromadas coronadas por una urna con un pequeño belén


Vista de la Puerta del Obispo al anochecer, una vez finalizada la visita


Imagen panorámica de la Catedral al finalizar la excursión.

Crónica del acto de entrega del "Premio Nuestra Señora en el Arzón"

Ayer, 29 de octubre de 2009, fue entregado el "Premio Nuestra Señora en el Arzón" al Obispo de Palencia, Monseñor Munilla. El acto formal de entrega se celebró en el antiguo salón del trono del Palacio Episcopal y contó con la asistencia de una representación de los socios y la Junta Directiva de la Asociación en pleno.
El evento comenzó con la lectura por parte del Presidente de la Asociación, Ricardo Botín, del acta de concesión del Premio. Acto seguido, se le entregó una placa representativa del galardón. A parte de la placa, también se le obsequió con una antigua edición orientada para jovenes del libro "Nuestra Señora en el Arzón"


Posteriormente, el socio José Ángel Martín le hizo entrega al Sr. Obispo de una copia de la conferencia pronunciada en la UNED sobre el origen de la Universidad de Palencia.



Tras la entrega de los obsequios, los fotógrafos desplazados para cubrir el evento pidieron a los participantes que se colocasen junto al Obispo para realizar un posado de grupo.



Una vez concluída la parte más formal del evento, los socios asistentes pudieron conversar distendidamente con el Sr. Obispo en donde se charló de temas de actualidad. Además, el Obispo Munilla se mostró agradecido por la distinción, animando a la Asociación a continuar con su labor divulgativa e histórica orientada al fomento y la divulgación de los valores cristianos.

Los periódicos locales se hacen eco de la entrega del Premio al Obispo


La entrega del "Premio Nuestra Señora en el Arzón" al obispo de Palencia, Monseñor Munilla, ha tenido un gran eco en los medios de comunicación local. Por un lado, el presidente de la Asociación fue entrevistado ayer día 29 de octubre en el programa "Palencia en la onda" de Onda Cero y en el programa "La mañana" de COPE Palencia. Además, la prensa escrita también ha dedicado varias noticias al evento.

Diario Palentino:






El Norte de Castilla:

Entrevista en COPE Palencia al Presidente de la A.C.T. Fernando III el Santo

Publicamos a continuación el audio con la entrevista al Presidente de la Asociación. La entrevista comienza en el minuto 19:55.

La Asociación entregará mañana al Obispo de Palencia el "Premio Nuestra Señora en el Arzón"

La entrega del premio se celebrará en el Palacio Episcopal

La Asociación Cultural Fernando III el Santo entregará mañana al Obispo de Palencia el “Premio Nuestra Señora en el Arzón”


La Asociación Cultural Fernando III el Santo celebrará mañana jueves un acto en el Palacio Episcopal en el transcurso del cual se le entregará al Obispo de Palencia, D. José Ignacio Munilla, el “Premio Nuestra Señora en el Arzón”, por su defensa de los valores cristianos.


28.10.09. Este es el primer año en que la Asociación otorga dicha distinción, y su fin es reconocer a ciertos personajes o instituciones cuya labor y valores coincidan con los fines estatuarios de la Asociación. En concreto, el reconocimiento ha recaído en Monseñor Munilla por su decidida y valiente defensa de los valores cristianos.

La Asociación Cultural Fernando III el Santo, según el artículo 2 de sus Estatutos, tiene como fines el fomento y la divulgación de los valores cristianos; de la historia y la cultura; y de las tradiciones de los pueblos de España. La Junta Directiva de la Asociación cree que el Obispo de Palencia es una persona que coincide a la perfección con los valores de la Asociación y por eso ha decidido homenajearle con la placa “Nuestra Señora en el Arzón”.

La elección del galardonado se produjo el 30 de mayo de 2009, día de San Fernando, en que la Asociación conmemora con varios actos a su patrón. Pese a que en un principio se pensaba que coincidiese la entrega en esas mismas fechas, por problemas de agenda no se ha podido celebrar hasta ahora.

El nombre del premio se debe a la pequeña imagen de la Virgen que Fernando III el Santo portaba en el arzón de su montura cuando cabalgaba y que colocaba a la cabecera de su cama mientras dormía. Ante dicha imagen, San Fernando pasaba largas horas arrodillado rezando.

La Espada Lobera: "La olvidada primera Universidad de España"

"La olvidada primera Universidad de España"

Un año más, comienza el curso universitario. El campus palentino, donde tienen presencia la Universidad de Valladolid y la UNED, se prepara para recobrar el ritmo impuesto por el trasiego de jóvenes, y no tan jóvenes, cargados de libros o apuntes y pendientes de horarios de clase, aulas, bibliotecas, salas de estudio y de la cafetería de la facultad. En esta ocasión, el curso cuenta con la novedad que supone la implantación de los nuevos planes de estudios que homogeneízan los títulos en toda Europa y que, coloquialmente, son conocidos como planes de Bolonia, en honor a la ciudad italiana donde se dice que se fundó la primera universidad de Europa, a finales del s.XI.
Más de 800 años han transcurrido, también, desde que, a instancias de Alfonso VIII, rey vencedor en las Navas de Tolosa, se fundase en nuestra ciudad, en la década de 1180, la primera universidad española y una de las primeras de Europa. Palencia disponía en aquellos años de una floreciente escuela episcopal donde la formación del alumno era humana, religiosa e intelectual de modo que los maestros eran educadores y profesores. En monasterios, parroquias y sedes episcopales, la Iglesia había sabido preservar y transmitir los saberes clásicos que de otra manera se habrían perdido tras la caída de Roma.
Sin embargo, el rey castellano dio un paso más y convirtió la antigua escuela en un Estudio General buscando la formación de sus funcionarios y leales en las disciplinas de Artes, Teología, Derecho, Lógica y Gramática. Para ello, hizo traer a doctos profesores extranjeros, como el eminente jurista italiano Hugolino de Sesso, que junto a un grupo nutrido de maestros de los reinos cristianos hispanos formaron a un buen número de alumnos entre los que se contaban Santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos, o Gonzalo de Berceo, primer poeta de la literatura castellana .
Pero, el camino de la universidad palentina no sería fácil. A pesar del apoyo incondicional del obispo Tello Téllez y de los esfuerzos del rey San Fernando, el coste de la Reconquista de las tierras andaluzas dejó temporalmente sin financiación a la institución y, por razones todavía poco claras, Alfonso X decidió potenciar la universidad de Salamanca, fundada algunos años después que la palentina, en detrimento del Studium de la capital del Carrión que terminó desapareciendo en torno a 1265.
A pesar de su corta vida, el hecho de haber contado con la primera universidad española debe ser un orgullo para todos los palentinos y un motivo suficiente para ser celebrado y conmemorado como se merece. Por eso, estimamos que las autoridades competentes deben tomar cartas en el asunto y, eligiendo una fecha convencional de fundación, como se hizo en Bolonia, pues las fechas exactas son imposibles de conocer, han de celebrar un aniversario por todo lo alto, de modo que la pionera universidad palentina sea conocida fuera del ámbito local y atraiga la atención y la afluencia de universitarios, estudiantes de español y visitantes en general. La puesta en valor del patrimonio cultural palentino, acrecentado este año con la restauración de la villa romana de La Olmeda, debe continuar y la primera universidad de España lleva más de ocho siglos esperando su justo reconocimiento.

José Ángel Martín - A.C.T. Fernando III el Santo.

Columna publicada en el periódico "Palencia Siete".


La Espada Lobera: "Cuarto centenario de la expulsión de los moriscos".

"Cuarto centenario de la expulsión de los moriscos"


El 9 de abril de 1609, Felipe III de España decretó la expulsión de los moriscos. Mucho se ha hablado sobre este hecho, pero lo que sabemos objetivamente al respecto es poco. Expongamos pues los hechos y llegaremos a entender el motivo de la firma de este edicto.
¿Quiénes eran los moriscos? Los moriscos fueron los musulmanes bautizados tras la Pragmática de los Reyes Católicos del 14 de febrero de 1502, motivada por la primera rebelión del Albaicín. Esta orden que, desde nuestra perspectiva actual parece una atrocidad contraria a la libertad individual y a los derechos humanos, era una medida traumática pero conforme al Derecho de la época. Desde la invasión islámica de la Península Ibérica, poblada por gentes de religión cristiana, los cristianos sufrieron aplastamiento social y persecuciones intermitentes, fugas masivas hacia el norte (hasta el siglo XII), conversiones colectivas forzadas y el martirio continuado de misioneros. Todo esto mientras se construían las bellísimas salas de la Alhambra.
Una vez finalizada la Reconquista, queda una población, los andalusíes, que no se consideraban españoles y que se levantaron en armas en varias ocasiones. Destacable sería la rebelión de las Alpujarras (1568-1571), verdadera guerra apoyada por elementos extranjeros, argelinos y otomanos. No debemos olvidar que Europa, con España a la cabeza, estaba en guerra con el Imperio Otomano. Por ello era probable que a los moriscos se les considerase enemigos dentro de casa.
La población morisca estaba compuesta por 325.000 personas en un país de unos ocho millones y medio de habitantes. Sobretodo se concentraban en los reinos de Aragón -constituyendo el 20% de la población total-, y de Valencia, -con un 33% del total de habitantes-. Por el contrario, en Castilla la situación era muy distinta ya que, de una población de 6 millones de personas, entre moriscos y mudéjares solo juntaban unos 100.000 habitantes.
La gran mayoría de los expulsados, salieron embarcados desde los puertos de Levante hacia el norte de África, si bien es cierto que muchos de ellos hacían un viaje de ida y vuelta, regresando rápidamente a la Península. Las deportaciones se prolongaron hasta 1614.
Sin entrar a valorar las expropiaciones de los bienes de los moriscos, ni el impacto de la expulsión en la economía, se podría decir que la medida fue la adecuada, teniendo en cuenta la situación bélica de la época y la disposición beligerante a favor de los turcos de parte, o gran parte, de los moriscos. A pesar de lo traumático de la decisión -analizándolo desde la perspectiva de la época-, más allá de que la expulsión fuera, de hecho, más o menos efectiva en cuanto a la reducción o eliminación de la población de origen islámico en España, fue válida desde el punto de vista militar ya que se atajó la espiral de violencia . Violencia promovida y alentada tanto por agentes turcos como por los propios líderes moriscos.
Por otra parte, es importante también alabar los esfuerzos de los diferentes reyes durante toda la Reconquista por la asimilación -respetando religión y costumbres- de los habitantes de los territorios que iban siendo reintegrados a la España cristiana. Actualmente parece haber una visión un tanto distorsionada de lo que fue está expulsión y de Al-andalus en general. Ni la España musulmana era una sociedad tan tolerante, ni la expulsión fue una medida arbitraria.


Tito Castellano - ACT Fernando III el Santo.

Columna publicada en el periódico "Palencia Siete".




Reina Doña Berenguela

Reina Doña Berenguela de Castilla, Berenguela la Grande


Berenguela Alfónsez nació el 1 de junio de 1180 en Segovia. Hija primogénita de Alfonso VIII de Castilla y de Leonor Plantagenet y, por lo tanto, nieta de la grande Leonor de Aquitania. En su infancia, y para que su tío Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra, lograra aliarse con el poderoso emperador germánico Federico I Barbarroja, fue desposada (1188) con Conrado, duque de Rothenburg, quinto hijo del emperador. Pero el matrimonio fue anulado ese mismo año. Años más tarde, en 1197, en la ciudad de Valladolid, Berenguela se casó con el rey de León, Alfonso IX, naciendo de este matrimonio cinco hijos: *Berenguela (1198 - 1235), casada con Juan de Brienne, rey-regente de Jerusalén. *Constanza (1200 - 1242), monja en el monasterio de las Huelgas. *Fernando III el Santo (1201 - 1252) *Leonor (1202). *Alfonso de Molina (1203 - 1272), Señor de Molina y Mesa. Pero el Papa Inocencio III, de distinto parecer que Celestino III, que lo había permitido, se empeñó en anular el matrimonio alegando el parentesco de los cónyuges –Berenguela era sobrina de su esposo Alfonso IX–. Finalmente, disuelto el lazo matrimonial en 1204, Berenguela regresa a Castilla al lado de sus padres. Al morir Alfonso VIII en 1214, heredó la corona el joven príncipe Enrique –tercer hijo varón del difunto rey y único superviviente– a los 10 años de edad bajo la regencia de su madre, quien duró exactamente 24 días hasta su muerte, y luego bajo la de su hermana Berenguela. Comenzaron entonces los disturbios internos de la nobleza, ocasionados principalmente por la familia de los Lara. Berenguela accede entonces a cederles la tutoría del rey para así evitar una serie de conflictos, pero surgen entonces protestas y desavenencias por parte de otros miembros de la nobleza que no están de acuerdo con la nueva tutoría. El asunto se resuelve al encontrar el pequeño Enrique la muerte de manera accidental: cuando se encontraba jugando con otros niños, una teja fue a parar de manera fortuita a su cabeza y le mató en el instante. Al morir el pequeño Enrique I, pasó la corona de Castilla a su hermana Berenguela, en el año 1217 y en el acto de proclamación, renunció al trono en favor de su hijo Fernando, habido con Alfonso IX. Fue entonces cuando este rey de León comenzó a ocasionar problemas pues ambicionaba también la corona de Castilla. Fue ayudado por la familia de los Lara, siempre dispuesta a los enfrentamientos y llegó a entrar en Castilla en son de guerra, pero fueron rechazados por Fernando, por la mayoría de las ciudades, por el clero y por gran parte de la nobleza. El rey Fernando venció y obligó a los Lara a huir a tierras musulmanas, donde se dice que el cabecilla murió miserablemente. En 1230 murió Alfonso IX de León, quien quiso que le sucediera una de las dos hijas de su primer matrimonio con Teresa de Portugal: Sancha y Dulce. Pero Berenguela supo manejar el asunto de la herencia con gran inteligencia y maestría y, ayudada por el clero, la nobleza e incluso por la madre de las infantas, Teresa, consiguió que éstas renunciaran al trono en favor de su hermano Fernando a cambio de una sustanciosa cantidad de dinero y otras ventajas. Es lo que se llamó Tratado de las Tercerías. De ese modo se unieron para siempre León y Castilla en la persona de Fernando III el Santo. Doña Berenguela falleció en el Real Monasterio de las Huelgas (Burgos) el 8 de noviembre de 1246.

A.C.T Fernando III el Santo