1300 Aniversario de la Proclamación de Don Pelayo como Príncipe de la España Cristiana


El 28 de mayo del año 722, un pequeño contingente militar formado fundamentalmente por godos, astures, cántabros e hispano-romanos, comandados por el príncipe Don Pelayo, y bajo la protección de la Santísima Virgen María, derrotaron en Covadonga a un contingente muy superior en número de fuerzas musulmanas dirigidas por el gobernador Munuza y el general Al-Qama. Con esta milagrosa primera victoria frente a traidores e invasores se ponía fin a la presencia militar ismaelita en la cordillera astur, y comenzaba de hecho la gloriosa Reconquista de España desde el ya nombrado desde entonces: Reino Hispano Cristiano de Las Asturias, continuador natural del Reino Hispano-godo de Toledo. Pero esta crucial victoria no habría sido posible si cuatro años antes las diferentes facciones hispanas que aun se negaban a claudicar ante el poderío militar de los extranjeros, no se hubiesen unido en sagrado juramento bajo el gobierno de un Príncipe que los guiase hacia la Victoria. Esa victoria está simbolizada de manera suprema desde aquel glorioso día en la Cruz de la Victoria, y ese príncipe fue el rey Don Pelayo; quien fuera elegido Príncipe de la España Católica -tal como nos recuerda la tradición-, el ocho de septiembre del año 718 en las laderas del Monte Corona.

Ahora que se cumplen 1.300 años de la recuperación de la Monarquía Católica Hispana, poniéndose así fin al ignominioso tiempo (711-718) en que España quedó sin gobierno ni esperanza tras la muerte del rey Don Rodrigo; es tiempo para que todo español de bien rememore lo que sucedió aquella gloriosa jornada en el Monte Corona, pues ahí encontraremos un sin igual ejemplo del verdadero sentido de España. Hoy más que nunca, frente a la mediocridad, desaliento y traición generalizada que padece la España contemporánea, debemos recuperar el sentido del honor, afán de justicia y la búsqueda de la virtud cristiana para volver a levanta nuestra Patria; y para ello contamos con el ejemplo supremo de los héroes y mártires que nos precedieron en tan difíciles circunstancias, y en buena parte similares a las actuales. 




Recientemente la A.C.T. Fernando III el Santo realizó un acto homenaje en la Ermita de la Virgen de la Corona, a aquellos ejemplares antepasados que junto con el rey Don Pelayo levantaron la cruz y la espada en defensa de la fe, libertades y tradiciones de la España Católica frente a todos sus enemigos aquel ocho de septiembre del año 718 bajo la protección del emblemático y majestuoso Monte Corona (Cordiñanes de Valdeón, Reino de León).

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