Presentación del libro "La Falange y el Tercer Reich"


El Centro Social y Cultural Blanca de Castilla de Palencia acogió el pasado 15 de abril, la presentación del libro “La Falange y el Tercer Reich, de las JONS a la defensa de Berlín”, obra del escritor e historiador vallisoletano Jorge Olmedo.


Durante la presentación, Olmedo recordó a los presentes la situación de crisis económica y bipolaridad política que se vivía tanto en España como en el resto de Europa durante los años veinte y treinta del pasado siglo, y que como bien sabemos acabó desembocando en nuestra patria tras los desórdenes acontecidos durante la “IIª República”, en la llamada “Guerra Civil Española”; declarada oficialmente “Santa Cruzada”, dado que fue principalmente el odio a la Religión Católica el mayor generador de crímenes durante ese aciago periodo histórico. Así, se recordó que teniendo en cuenta la amenaza que representaba durante ese tiempo el marxismo, tanto para España como para el resto de la Europa cristiana, las diferentes ideologías de tendencia patriótica, que en Europa se crearon en esa época frente a los movimientos revolucionarios, unieron sus esfuerzos principalmente en el urgente afán de frenar la amenaza marxista que ya en Rusia había demostrado desgraciadamente su capacidad destructora. De este modo, -comentó el autor-, comenzó desde casi su fundación, una relación entre FE de las JONS y el Reich alemán, que el autor demostró tanto con imágenes como con textos de la época que en el libro se encuentran publicados. Esta situación de simpatía hispano-germana no fue acogida solo por los miembros de Falange, sino que se extendió, -como nos comentó Olmedo-, a buena parte de la población española, especialmente tras la victoria en el año treinta y nueve en la "Guerra Civil", periodo en el cual, la España nacional contó para su logro con el apoyo alemán; y así, dentro del ambiente entusiasta que se vivía tras el triunfo, al comenzar la IIª Guerra Mundial fueron cientos de miles (y de nuevo no solo falangistas) los españoles que se alistaron en la División Azul para combatir al marxismo en la frontera rusa aliados al ejército alemán; y también junto a miles de voluntarios de otros muchos países, etnias y religiones, que pese a sus diferencias, eran sabedores del peligro que el socialismo soviético representaba para las libertades de todos ellos. Finalmente, se recordó que cuando el ejército alemán comenzó a perder la guerra durante el frío invierno del año cuarenta y tres, el régimen de Francisco Franco cambió su política de alianzas, retirando las tropas españolas del frente, y acercándose progresivamente a los intereses de los aliados, lo cual no fue óbice para que muchos de los españoles que participaron en la División Azul se alistasen en la llamada Legión Azul, que continuó combatiendo junto con los ejércitos del Eje, a pesar de las trabas impuestas desde el Régimen a los numerosos voluntarios españoles.


Desde nuestra Asociación, siempre tendremos un espacio de libertad para la presentaciones y conferencias que nos ayuden a una mayor revisión crítica y amplitud de conocimientos, especialmente si se trata de hechos que forman parte de la Historia de nuestra Patria. Recomendamos pues la lectura de este libro valiente y comprometido, que su autor nos ha presentado, especialmente en estos tiempos en que la dictadura de lo políticamente correcto amenaza gravemente a nuestra libertad.

Vida del Rey San Fernando (Semana Santa)


San Fernando Rey de España, Casanova y Estorach (1886)
No sabía este grande héroe hacer acción que no fuese máxima. Aun las mínimas se realzaban en su idea, o en su ejecución. Vio a la Infanta que cubría con su humildad su sangre, y vestía de pobreza lo soberano; y era más alto cualquier abatimiento de su humildad, porque como caía de tan encumbrado nacimiento, daba más golpe a la admiración. No le pareció bien que en puntos de virtud cristiana le ganase una niña, ni vivía consolado de haberla dado tan buen ser, y engendrado tan dócil natural, si no imitaba lo mismo que le enternecía. Quiso por sí mismo dar ejemplo al mundo, de que sabía humillar cristianamente la majestad, y conociendo que Dios le había hecho tan grande, ostentó ser menor que los más pequeños, y gastando sus riquezas con los pobres, quiso servirlos como pobre. De este ánimo nació aquella piadosa función que hasta el día de hoy se conserva con edificación común en nuestros catolicísimos monarcas, de dar de comer el Jueves Santo a doce pobres, ostentando su grandeza en su dignación, y su fe en el número que eligió San Fernando en memoria y reverencia de los doce Apóstoles. Logran nuestros reyes la fortuna de heredar el celo y piedad de quien heredaron el reino, y logra San Fernando con su devoción el fruto de ver perpetuado su ejemplo, que ya hoy por anual se mira con ternura y respeto de la majestad, y en el Santo por nunca usado le miraba con espanto la admiración.

Memorias para la vida del Santo Rey Don Fernando III; Andrés Marco Burriel (1800)

Festividad de los Mártires de la Tradición 2016


Un año más, la A.C.T. Fernando III el Santo ha estado presente en los actos programados con motivo de la Festividad de los Mártires de la Tradición.

Placa conmemorativa inaugurada en Mata de los Carlistas
El Sábado doce de Marzo, nos desplazamos hasta la localidad madrileña de El Pardo para asistir a los actos organizados por el Círculo Carlista Antonio Molle Lazo, y presididos por el Abanderado de la Tradición S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón Parma. Tras la tradicional Santa Misa por los Mártires de la Tradición oficiada en la Iglesia del Cristo del Pardo por el Padre García Gallardo, se celebró la tradicional comida de hermandad junto a numerosos correligionarios desplazados desde los diferentes rincones de Las Españas. Tras la comida, se sucedieron brillantes discursos en el que se recordó tanto la necesidad de compromiso para con la causa, como la obligada e inmutable lealtad que debemos a los sagrados principios de la Tradición Católica Española. Finalmente, S.A.R. dirigió unas emotivas y como siempre acertadas palabras a los presentes, emplazando a todos en la persistencia y fe de la causa, verdadera salvaguarda de la única España posible, frente a la decadente y asfixiante posmodernidad revolucionaria actual.

S.A.R saludando a algunos de nuestros socios
S.A.R don Sixto de Borbón Parma y el Padre García Gallardo, junto a varios miembros de la representación en El Pardo de la ACT Fernando III el Santo de Palencia
El Domingo trece de Marzo, nos desplazamos hasta la localidad palentina de Ayuela de Valdavia, donde recientemente nuestra Asociación ha recuperado la Cruz de “Mata de los Carlistas”, y lugar elegido para anualmente celebrar un acto en justo recuerdo a los Mártires de la Tradición. Tras una marcha a pie desde la localidad de Ayuela de Valdavia hasta la Mata de los Carlistas, se ofició un responso por las almas de los mártires allí enterrados y la bendición de la recientemente repuesta Cruz, así como la colocación de una placa conmemorativa. Finalmente, y tras un breve discurso del presidente de nuestra Asociación, los niños allí presentes depositaron sobre la Cruz una corona de laurel. La jornada concluyó con una comida de hermandad en la cercana localidad de Saldaña.

Cruz de Mata de los Carlistas
El Presidente de la ACT Fernando III el Santo pronunciando unas palabras tras la bendición de la Cruz y el responso por los Mártires de la Tradición
ORACIÓN POR LOS MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN

Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el honor y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron
con su esfuerzo la Patria redimieron.

Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes lucharon,
por eso como mártires murieron.

Inmolarse por Dios fue su destino,
salvar a España su pasión eterna,
servir al Rey su vocación y síno.

¡No supieron querer a otra Bandera!
¡No supieron andar otro camino!
¡No supieron morir de otra manera!


Festividad de los Mártires de la Tradición

Todos morían al grito de ¡Viva la Religión!, ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!


 Con la misma sagrada invocación en los labios, ¡cuantos otros han entregado e l alma a Dios, mártires incruentos, en los hospitales, en la miseria; matados, aún más que por el hombre, por las humillaciones, y todo por no faltar al honor, por no doblar la rodilla ante la usurpación triunfante.

 Nosotros, continuadores de su obra, y herederos de las aspiraciones de todos ellos, tenemos el deber ineludible de honrar su memoria.

 Con este objeto propóngome que se instituya una fiesta nacional en honor de los mártires que desde el principio del siglo XIX han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria y Rey, en los campos de batalla y en el destierro, en los calabozos y en los hospitales, y designo para celebrarlo el día 10 de marzo de cada año, día en que se conmemora el aniversario de mi abuelo Carlos V.

S.M.C. Carlos VII, carta a su Jefe Delegado el Marqués de Cerralbo, instituyendo la fiesta de los Mártires de la Tradición. Venecia, 5 de noviembre de 1895.

Mensaje del Rey Carlos V al ejército carlista (1834)

Carta enviada por el rey Carlos V de España a sus ejércitos en el año 1834. El mensaje trasladado por S.M.C. Don Carlos, ha de servir hoy en día para entender que solo el orden, la fe y la disciplina sirven en la imprescindible tarea pendiente frente a la ya consolidada pos-modernidad y sus innumerables variantes revolucionarias, siempre dirigidas contra España por las mismas logias despóticas.


Soldados:
  se han cumplido mis deseos: estoy entre vosotros, tiempo ha que ansiaba este momento, conocéis mis constantes esfuerzos para conseguirlo. Mi paternal corazón rebosa en la más dulce satisfacción al contemplar vuestros gloriosos hechos, que serán transmitidos a la más remota posteridad.
  Voluntarios y soldados, vuestros sufrimientos, vuestras fatigas, vuestra constancia, vuestro amos a vuestros reyes legítimos y a mi real persona son la admiración de todas las naciones que no saben como elogiar vuestra heroica conducta. Marchemos todos y Yo a vuestro frente a la victoria: ella sí, siempre me es dolorosa por ser sangre española la que se derrama: quiero conservarla, y por lo mismo, acojo desde luego, bajo mi regio manto a los seducidos y engañados que dóciles a mi voz, depusieron las armas, más si lo que no es, pero, hubiese alguno que insista en su ceguedad será tratado como rebelde a mi real persona. Tan compasivo con los arrepentidos seré de inexorable con los contumaces.
  Y vosotros, fieles y valientes guerreros, reuníos en derredor de vuestro caudillo, de vuestro padre. Reine entre vosotros la disciplina más severa; la más ciega obediencia a vuestros jefes: en ella está la fuerza, y en la fuerza la victoria que Dios prepara a la justicia.
  Generales, jefes y oficiales: voluntarios y soldados: estoy agradecido a vuestros servicios relevantes, y no dudéis que sabrá premiarlo vuestro rey:                   CARLOS

                                               12 de Julio de 1834

Encuentro Asociativo Navas de Tolosa 2016



En un lugar tan significativo para la Historia de España como es el Solar de Las Navas, sito en la localidad jienense de Santa Elena, se llevó a cabo los día 27 y 28 de Febrero el primer Encuentro Asociativo a nivel nacional de Asociaciones Culturales y sociales de índole tradicionalista e identitario, entre las cuales se encontraba presente una representación de nuestra Asociación.



A pesar de que el tiempo no acompañó, más de un centenar de militantes, en su mayoría jóvenes, asistieron a estas jornadas, en las que se unió al trabajo de formación, actividades de carácter cultural, deportivo y festivo.

La jornada del sábado 27, comenzó con una conferencia sobre la Batalla de Las Navas de Tolosa, en la Casa de las Órdenes de Santa Elena; lugar donde se asienta la Orden de Caballeros de la Santa Vera-Cruz del Rey Fernando III, y que además de atendernos de manera generosa, es siempre casa abierta para todo aquel peregrino que busque luz, consuelo o conocimiento en tan emblemático lugar.

Tras la conferencia, se realizó una marcha común por diferentes lugares de la Batalla localizados en las proximidades de Santa Elena, hasta finalizar con un homenaje al pendón de Castilla en el paraje conocido como Era del Rey, donde el rey Alfonso VIII plantó el estandarte castellano tras vencer la Batalla aquel glorioso dieciséis de Julio de 1212, previo rezo del triunfal Te Deum.

Tras una buena comida, se comenzó con la acción formativa organizada en cuatro mesas que trataron entre otros muchos asuntos las razones por las que hoy son necesarias las asociaciones culturales, así como la organización y objetivos de estas; problemas sufridos gracias a la manipulación periodística y el displicente trato con que se trata la violencia de la extrema izquierda; finalizándose las jornadas formativas con la explicación de como llevan a cabo su trabajo diferentes asociaciones que dedican sus principales esfuerzos a actividades de carácter social.





La jornada dominical, se dedicó a pesar del mal tiempo a realizar una marcha desde Santa Elena hasta la Mesa de Rey, donde Alfonso VIII estableció su campamento antes de la Batalla, tras superar por el llamado Paso del Rey el Muradal de Despeñaperros. Posteriormente, se llevó a cabo un homenaje con lectura de manifiesto junto a la Cruz de Las Navas a los españoles que en aquel lejano Julio de hace ocho siglo supieron unir sus fuerzas en defensa de la libertad y la civilización occidental, frente al inminente peligro que suponía entonces el Imperio Almohade.

La conclusión que podemos sacar de las jornadas no puede ser mejor, pues además de conocer a numerosos compatriotas comprometidos con los valores que representa nuestra Tradición; vimos con esperanza a jóvenes ilusionados y deseosos de aprender y participar. En esta España actual, en la que todo parece mediocre y degenerado, este soplo de aire fresco es obligado que sirva para iniciar de una vez por todas, la tan necesaria regeneración de España. 



El Presidente de la ACT Fernando III el Santo leyendo el Manifiesto-Homenaje
MANIFIESTO-HOMENAJE AL REY ALFONSO VIII Y A LOS HÉROES y MÁRTIRES DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

Pronto se cumplirán cuatro años del VIII Centenario de La Batalla de Las Navas de Tolosa, quizá el acontecimiento más importante de nuestra Historia en el último milenio, en lo que a reafirmación nacional se refiere.  Y fue precisamente aquí, en la Era del Rey Alfonso, donde se celebró la Victoria en La Batalla con el rezo de un solemne Te Deum.
Aquellos españoles que combatieron sobre esta misma tierra, bajo este mismo cielo, en el lejano año de 1212; aunque hijos de distintos reinos, sobrepusieron lo que los unía como cristianos, como herederos de la España godo-romana, a las frecuentes rivalidades fronterizas que tantas veces los debilitó frente al invasor islámico.
Diecisiete años antes, en Alarcos, cerca de la actual Ciudad Real, el ejército castellano del rey Alfonso se enfrentó en solitario a las tropas almohades de Yusuf II, sufriendo una severa derrota que no solo hizo temblar al entonces poderosísimo Reino de Castilla, sino también al resto de reinos cristianos peninsulares. Allí mismo nos cuenta la leyenda que el noble rey castellano, junto a su fiel Diego López de Haro, se juramentó vencer al invasor aunque le fuera la vida en ello. Así, tras asegurar en un primer momento la frontera toledana, pacificó conflictos con cristianos, haciendo ver al resto de reinos cristianos la imperiosa necesidad de unirse.
Llegado el año 1212, y tras conseguir la bula de Cruzada otorgada por el Papa Inocencio III, las huestes cristianas se reunieron en Toledo convocadas por el rey Alfonso. Allí se juntaron castellanos y aragoneses, órdenes militares, y diferentes caballeros con sus mesnadas procedentes de lugares tan distantes como Portugal, León, Occitania, Languedoc, Flandes, Lombardía o el Sacro Imperio. Aunque muchos de los europeos no llegaron a salir de Toledo, por discrepancias con el modo de proceder hispano, la hueste cruzada, a la que se unió en el último momento el rey Sancho el Fuerte junto a 200 caballeros navarros, se plantó ante el imponente Muradal de Despeñaperros a mediados del mes de julio. Fue providencial la aparición de un pastor mozárabe, llamado Martín Alhaja, que mostró a los nuestros una ruta para cruzar la cordillera por el hoy llamado Paso del Rey, que permitió a la hueste cristiana plantarse por sorpresa ante el ejército del Miramamolín Al-Nasr el 13 de julio.
Tras varios días tentándose ambos ejércitos, el 16 de julio se produjo La Batalla que decidió el futuro de España. Tras un comienzo que hacía temer lo peor, nuestros antepasados se repusieron, alzándose finalmente con la victoria total. En el bando musulmán, la derrota causó la caída del imperio almohade, mientras que en el cristiano, aunque la Batalla no unió definitivamente a los reinos hispanos, sin duda supuso un antes y un después en la forma de encarar el futuro.
No hay lugar más simbólico que este para reclamar la unión y grandeza de España. Quizá por eso el VIII Centenario de la Batalla de Las Navas de Tolosa fue silenciado por este sistema tan propenso a ocultar y manipular nuestra memoria histórica. Algunos de los aquí presentes, nos conocimos en aquella fecha tan significativa en este mismo lugar hace cuatro años, llamados a honrar a nuestros héroes desde diferentes puntos de España en este lugar común, que es el Solar de Las Navas.
Sirva este acto por tanto, como homenaje y recuerdo al noble Rey castellano Alfonso el de las Navas, quien consiguió unir y liderar a los españoles en esta causa inolvidable, y sirva también de homenaje y recuerdo a los reyes Pedro el Católico de Aragón y Sancho el Fuerte de Navarra, así como a todos los españoles que entonces, antes y después entregaron su vida por la Patria, por esa promesa inigualable llamada España.


Crónica de la conferencia sobre "El Gran Capitán"



El viernes 19 de febrero, en la Biblioteca Pública de Palencia, el profesor don José Andrés Álvaro Ocáriz, impartió una conferencia aprovechando así la presentación del libro recientemente escrito por él mismo, –con magnífica asistencia- centrada en la vida del célebre militar español Gonzalo Fernández de Córdoba, “El Gran Capitán”. La conferencia, que como recordó el presidente de nuestra asociación, no solo sirvió para conocer mejor la vida del Gran Capitán, también para desde Palencia rendir un homenaje ahora que se ha cumplido el Vº Centenario de su fallecimiento, a quien por sobradas razones se mantiene como ejemplo de caballero español, siempre al servicio con entrega y lealtad a la Corona española.


Durante la conferencia, se recordó que el Gran Capitán, nacido en el seno de una familia de importante linaje castellano en la localidad cordobesa de Montilla, vivió entre dos épocas perfectamente definidas; el final de la Baja Edad Media, en la que desde muy joven entró en la milicia, para posteriormente pasar a ser paje del infortunado infante Alfonso -hermano de Isabel la Católica-,  significándose siempre como ejemplar militar al servicio de la Corona castellana, hasta convertirse en hombre de confianza de la Reina Isabel de Castilla. En esta época forjó su leyenda como líder militar tanto en la guerra civil castellana, como en la posterior guerra de reconquista de Granada. Tras la Toma del reino Nazarí, el Descubrimiento de América y la ya consolidada unión de las coronas castellana y aragonesa con Isabel y Fernando, España entraba en la Era Moderna; implicándose de lleno Fernández de Córdoba en la política exterior de sus Reinos. El Gran Capitán fue el principal protagonista de ese nuevo tiempo, al transformar los viejos ejércitos medievales castellano y aragonés en lo que poco después serían los tercios; esos que harían de la Corona Española casi invencible en todos los frentes durante más de un siglo. 

Brañosera, primer fuero de España

Momento en que el Conde Munio Núñez entrega la Carta Puebla (Javier Hoyos Arribas)
Hoy, en el marco de la revisión y desvirtualización histórica general a la que asistimos, vemos como los manipuladores del sistema, aprovechándose de la ignorancia y dejadez impuesta, descalifican la España foral en su totalidad, para más gloria del estado modernista revolucionario centralista; ese mismo que ha fecundado desde su imposición, hace casi dos siglos, en nuestra Patria, todo tipo de nacionalismos, separatismos y demás ideales injustos e ignominiosos. Es importante recordar que estos fueros eran precisamente los garantes de derechos -y obligaciones- del pueblo, ya fuese en un ámbito físico-territorial, laboral, militar o religioso. Así, durante siglos, España mantuvo una verdadera unidad, pues esta era garantizada por la monarquía, guardiana del buen uso en los ámbitos territorial, religioso y cultural, además de garante de los derechos y obligaciones reunidos en dichos fueros.

Monumento al Fuero en Brañosera
Entrada sur a la localidad de Brañosera 
Brañosera, Brannia Osaria, tierra de brañas y oseras, es a día de hoy una pequeña localidad de la montaña palentina, orgullosa de ostentar el Fuero más antiguo de España. Y con ella, todos los castellanos también nos sentimos orgullosos de ser custodios del “Primer Fuero” español.

Retrocedamos por un momento a la lejana época del rey Alfonso II el Casto, cuando el Reino Cristiano de Asturias comenzaba a plantar cara con firmeza al emirato cordobés, después de un siglo de complicada supervivencia. Fue este un reinado, que no solo consolidó la monarquía -hasta entonces expuesta a infinidad de peligros tanto internos como externos-,  sino que además consiguió importantes victorias tanto defensivas como ofensivas (Lutos, Narón, Lisboa, Toledo) frente al Islam, consiguiendo consolidar una frontera que abarcaba ya, desde las llanuras alavesas por el este, hasta Galicia por el oeste, marcando la frontera sur del Reino el río Miño y la Cordillera Cantábrica por el sur. Solo una parte del Reino, el territorio conocido como “Las Bardulias”, sito entre el norte de las actuales provincias de Palencia y el sur de Álava quedaba expuesto, al carecer de alta montaña e importantes ríos transversales que sirviesen de defensa frente a las incursiones musulmanas; es esta zona lo que se conocerá a partir de entonces como Castilla. En este territorio, se ubicaron en aquel tiempo una serie de fortalezas defensivas, generalmente gobernadas por un Conde, con el objetivo de garantizar la seguridad del Reino.

Brañosera en la actualialidad
Es en ese contexto, y en esa época, cuando aparece la localidad palentina de Brañosera en la Historia; al ser el primer lugar de España que contó con “Carta de Población”, "Carta Puebla" o “Fuero Propio”. El Rey Alfonso, además de la red de castillos que había organizado, apostó por la repoblación organizada de estas zonas fronterizas, y para que los repobladores foramontanos diesen el difícil paso de vivir bajo el peligro que estas zonas representaban, las fue dotando de fueros. Así, un quince de octubre del año 824, el conde Munio Núñez, en nombre del Rey, dotó de "Carta Puebla" a las cinco primeras familias repobladoras de Brañosera, -siendo este como digo, el más antiguo fuero que se conoce en España- probablemente con las siguientes palabras:



 “Sea en nombre de Dios. Amén. Yo, Munio Núñez, con mi mujer Argilo, que buscamos el Cielo y recibiendo la Merced entre osos y cacerías, solemos fomentar poblados, hemos llevado para poblar, a vosotros: Valero, Félix, Zonio, Cristóbal y Cervelo, y a todos vuestros descendientes, y os regalamos para poblarle, aquel lugar que se llama Brannia Osoria, con sus montes, sus ríos, sus fuentes, frutos y valles, y os señalamos como límites, los sitios conocidos por los nombres de Cotopedroso, aquella Casa de Campo, aquellos Llanos, y aquella antigua ciudad y aquel pradunm porquerum, Cobas Regis, Penna Robra, y aquel estrecho sendero por donde caminan los asturianos y cántabros, aquel Petrizo que está enclavado en el Valle Verzoso, y aquel Coto mediano, y os daremos, Yo, el Conde Munio Núñez, y mi mujer Argilo, a ti Valerio, Félix, Zonio, Cristóbal y Cervelo los mismos límites a vosotros o aquellos que vinieren a poblar la villa de Brannia Osoria.
Y a todos los que lleguen de otras villas con ganados u otros negocios, con el fin de pacer las hierbas entre los límites dichos, que en esta escritura se leen los hombres vecinos de la Villa de Brannia Osoria, los aprisionen y de las cosas y ganados que hallaren entre sus indicados límites, hagan la otra mitad para los hombres de la Villa de Brannia Osoria. Y todos los que llegaren a poblar la Villa de Brannia Osoria no den doncellas ni guardias a los Castillos, y solamente paguen el tributo que estuviese a su alcance, al Conde que estuviere en el Reino.
Y hemos poblado por debajo y junto, a los arbustos del campo de huesos de la iglesia de San Miguel Arcángel, y legamos tierras junto a la misma iglesia a derecha y a la izquierda en sufragio de nuestra alma. Yo Munio Núñez y mi mujer Argilo, si algún hombre después de nuestra muerte, se burlare de mí y de mí esposa Argilo ante los hombres de la Villa de Brannia Osoria, dentro de los montes y términos que en esta escritura suenan, de sus bienes pague tres libras de oro en juicio con la parte que corresponde al Conde que estuviere en el Reino, y esta escritura tenga firme ratificación.
Fue hecha esta escritura en el señalado día 15 de octubre, feria de tercera de los idus de octubre, corriendo la era 62, y reinando el Príncipe Alfonso Rey, y siendo Conde Munio Núñez.
Yo, Munio Núñez y mi esposa Argilo hemos firmado en esta escritura, el palafrenero, con Armonium, Presbítero, Monito, Ardegacamna, Vicente y Tello, Ablanza, Valerio como testigos.”

15/02/2016
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo


Mensaje del Rey Carlos VII a los españoles (1902)


Carta enviada por el Rey Don Carlos VII de España al Jefe Delegado del Partido Carlista, Don Matías Barrio y Mier, en el año 1902, con intención de que este la hiciese pública. Mensaje este, en el que S.M.C. expone la realidad de la Patria en aquel momento, así como recuerda cual era-es el único remedio a todos sus males.
Como podremos entender con su lectura, los problemas de la Patria hace más de cien años, no diferían mucho de los actuales, con la salvedad de que transcurrido este tiempo, solo han hecho que agravarse.

S.M.C. Don Carlos VII, Rey de España
Españoles:

Hace diez y seis años que desde Lucerna protesté solemnemente contra la proclamación de mi sobrino Alfonso como Rey de España, mediante la cual se confirmaba una vez más la usurpación cometida a la muerte de Fernando VII, último monarca legítimo que, de hecho, ha ocupado el solio de San Fernando.

El derecho me pertenece. Por él, y por los sagrados intereses que simboliza, he luchado con gloria, aunque si fortuna, en todos los campos de batalla, seguido por mis leales y heroicos defensores, cuya fe y cuyo entusiasmo no decaen, a pesar del tiempo que transcurre y de la desgracia que hasta ahora nos ha perseguido. Con ellos cuento siempre, para reivindicar en el momento oportuno, y por la vía que proceda, la corona que nuevamente se me arrebata con la declaración de la mayor edad del titulado Alfonso XIII, tan intruso e ilegítimo como sus inmediatos predecesores.

Triste legado le deja la Regencia, que tan funesta ha sido para la pobre España. Perdidas, con deshonra, las colonias, mermado el territorio, desatendida la Iglesia, desorganizado el Ejército, deshecha la Marina, recrudecida la cuestión religiosa y social, sin Hacienda, sin Crédito, y casi sin Patria, su trono se asienta únicamente sobre las ruinas y escombros de lo que un día fue la poderosa Nación Española, dueña de ambos Mundos, cuando estaba regida por el cetro de sus Reyes de Verdad. Menguado porvenir le espera; y más lamentable será aún el de nuestra España, si Dios no pone pronto remedio a sus males, como yo, lo espero.

Mientras tanto, hijo fiel y sumiso de la Iglesia, español amante de mi país, Monarca de derecho, protesto de nuevo contra la usurpación que se consuma, contra la irreligión y la inmoralidad que crecen y se desbordan, contra la Revolución hasta aquí triunfante, contra las tendencias anárquicas y anti-sociales que por doquiera se extienden, y contra todo lo que se oponga al sagrado lema de Dios, Patria y Rey, escrito en mi bandera, hoy plegada temporalmente, pero pronto a enarbolarse con brío, cuando sea menester.

Soy el mismo de siempre. Mi actitud, mis ideas, mis propósitos y mis convicciones no varían. Dispuesto estoy, como siempre lo he estado, a todos los sacrificios , para cumplir mis deberes; contando con que también vosotros, abriendo los ojos a la luz de la verdad, sabréis igualmente cumplir los vuestros, para que, unidos, podamos salvar a España, y con ella, la causa de la Religión, la del Derecho y la del Orden social.

Así lo espera vuestro Rey.      CARLOS


                                          Venecia, 3 de Mayo de 1902

Espada Lobera "Iglesia blandiblú"



A los católicos de hoy, esos bautizados, a veces comulgados, y rara vez confirmados que van a la iglesia a bodas, bautizos y comuniones; o a los que profesan la fe desde esas nuevas comunidades religiosas revestidas de tradicionales, pero que tufan escandalosamente a liberales; o a los bien intencionados católicos de costumbre, que acuden a los oficios religiosos e intentan hacer una vida piadosa, a la vez que aceptan las novedades litúrgicas religioso-socialistas sin apenas pestañear. En definitiva, a la gran mayoría de los que aún se consideran hijos de la Iglesia Católica, y que por ejemplo se escandalizan cada vez que en alguno de los medios de comunicación anti-clericales –esos mismos que ellos mismos consumen habitualmente- aparece un nuevo caso relacionado con el abuso de menores -generalmente de índole homosexual-, y aún más,  se indignan con los medios argumentando el tantas veces escuchado "Solo lo denuncian cuando se trata de la Iglesia"… 

A todos esos les digo que:

Lo cierto es que es inaceptable en cualquier caso abusar de un menor, pero mucho más lo es cuando se trata de alguien –ya sea religioso o seglar- que se aprovecha de la situación de confianza que hasta hace no mucho tiempo significaba para unos padres dejar a un menor a cargo de un centro controlado por la Iglesia.

Que lo cierto es que desde hace décadas la Iglesia ha sido lugar demasiado cómodo para muchos personajes sospechosos, que atraviesan todos los filtros de control hasta llegar a un lugar de confianza con inconcebible facilidad.

Que lo cierto es que desde el CV II,  las altas jerarquías de la Iglesia han sido muy displicentes con ciertos modos de entender la doctrina tradicional de la Iglesia, a la par que extremadamente severos con quienes –curiosamente sin ningún caso de abominación sexual reconocido- se mantienen fieles a esa misma doctrina tradicional dentro de hermandades casi proscritas.

Que lo cierto es que quien dentro de la Iglesia se manifiesta firme a la doctrina y contundente frente a la blandenguería son atacados; ejemplos no faltan, y ahí están los obispos Don José Ignacio Munilla o Don Juan Antonio Reig Pla, los cuales a menudo son retratados ignominiosamente tanto desde fuera de la Iglesia como desde dentro, cual retrógrados de otra época; cuando cualquiera con dos dedos de frente ha de ser consciente que la Palabra de Dios no entiende de épocas.

Que lo cierto, es que la prensa antirreligiosa -y naturalmente meto a mucha de la llamada prensa de derechas en el saco- ataca con fiereza a la Iglesia no porque busquen un nuevo camino para el hombre -que ya está impuesto de facto- sino porque huelen la sangre de  su enemigo eterno, que gracias a una desde hace tiempo gradual debilitación atufa preocupantemente. Seré iluso,  y creeré que algunos debieron también ilusamente entender que al impregnarse en parte con los ideales revolucionarios, serían aceptados de alguna manera en tan terrorífico club.

Que lo cierto es que en el actual Congreso de los Diputados de España no hay un solo escaño ocupado por nadie que se pueda llamar católico sin crear bochorno, pues de sobra es conocido que un católico de verdad no aceptaría la ignominia del aborto, -por lo visto había cinco y desaparecieron de la tómbola electoral- así como otras tantas y tantas leyes de origen e ideario posrevolucionario.

Que lo cierto es que tras más de setenta años de blandenguería posconciliar, de guitarra y amor fraterno, de abusos y curas progres; España y buena parte del orbe católico se encuentra extremadamente debilitado de hombres y mujeres recios en la fe. Por el contrario, miles de iglesias vacías son triste reflejo de una sociedad que ya no se ve a sí misma como trascendental, ni heroica. Apenas encontramos hoy dejadez, cansancio y una letanía exasperante de miedosos sin esperanza, que apenas esperan a que alguno de los presuntos enemigos de la civilización occidental venga con la soga; o lo que es peor, les perdone la vida a cambio de mansedumbre.


El futuro pinta muy negro, y no porque vengan los rojos, los islamistas o el mismísimo Atila. Pinta negro porque hemos abandonado como pueblo la fe, y con ella nuestro destino y fortaleza. Todo lo demás es miseria gracias a las milongas blandiblú..

9/02/2016
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo