Espada Lobera "Procesión Anticlerical"



La cita estaba prevista para este próximo Jueves Santo. Una monolítica caterva de caras rancias, de color sepia, de la misma tonalidad añeja de las fotografías de ataques milicianos, con imágenes sacrílegas de momias exhumadas y expuestas con sus carcomidos ropajes sacerdotales, de imágenes sagradas mutiladas a hachazos, de iglesias y conventos mancillados a sangre y fuego, tenía pensado salir a las calles de Madrid con un fin claro: atacar una vez más a la expresión de religiosidad popular más importante de la cristiandad. Pero esa procesión bufa, atea, irrespetuosa, es una más de la infinitas agresiones a las que nos vemos sometidos los católicos en el ejercicio de nuestra libertad religiosa. Y ya no sólo los católicos, si no cualquier español de bien que desea que el respeto y la tolerancia con las distintas expresiones religiosas impere en una sociedad que se quiere creer civilizada y moderna.

Pese a que estos ramalazos de furia anticlerical y atea llevan siglos produciéndose en España, lo que actualmente está aconteciendo tiene un momento especialmente señalado. Desde la elección del actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la escalada de ataques a la Iglesia no ha hecho más que aumentar exponencialmente, fomentados por un gobernante que ha hecho de la resurrección de los odios entre las dos españas su punto programático principal. Y lo más preocupante es que todo parte de una irracional inquina a la religión católica, tan ancestral, atávica y cavernaria como los principios masónicos a los que tanta obediencia profesa el presidente.

Al albur de este ambiente sobrealimentado desde las altas instancias, han ido apareciendo distintas agrupaciones de índole anticlerical y atea, formadas por lo que ellos denominan librepensadores –seguramente incapaces de comprender la carga de ironía que contiene el nombrecito-. Su acción más conocida fue la campaña del “Autobús Ateo”, aunque también se encuentran detrás de los asaltos a varias capillas universitarias de España. Y para la Semana Santa que ahora comienza habían preparado uno de sus golpes más mediáticos: la organización de una “contraprocesión” para el Jueves Santo, con el fin de reventar las tradicionales procesiones de Jesús Nazareno el Pobre y de Jesús del Gran Poder. Como tengo muy claro que estos librepensadores no se caracterizan precisamente por su respeto y tolerancia, es evidente que dicha burla a las creencias de miles de madrileños tenía como fin “castigar a la conciencia católica”, en palabras del propio instigador del chusco evento. “Nuestro propósito –continuaba- es hacer daño en las ideas de la gente. No nos andamos con contemplaciones”.

Creo que no es necesario resaltar las concomitancias entre este discurso supuestamente expelido en el año 2011 y los que pregonaban rebuznos parecidos en los oscuros años de la II República liberticida y bolchevique. Mas si quedaba alguna duda sobre las influencias inspiradoras de estos demócratas, hay que dejar constancia de que los organizadores pensaban detenerse en la plaza de Agustín Lara, donde se erigen las ruinas de las Escuelas Pías, incendiadas por hordas de cultos librepensadores de la CNT el 19 de julio de 1936.

Pero parece que la Delegada del Gobierno en Madrid, después de haber declarado que era “una manifestación festiva”, ha recapacitado y ha decidido prohibir la burla anticlerical, debido a que todas las administraciones implicadas –Ayuntamiento y Comunidad de Madrid- se posicionaron en contra de la celebración.

Pero el verdadero trasfondo de la prohibición se basa sobretodo en el miedo a que puedan producirse incidentes y altercados que enturbiarían la imagen turística de Madrid, con el lleno hotelero casi asegurado para el Jueves Santo. Es decir, que la prioridad pública se centra en los ingresos hosteleros, y no en el respeto a las creencias religiosas. Pero si seguimos esta línea de pensamiento, y dejamos en segundo plano el carácter religioso de las procesiones de Semana Santa, debería ser el estado el principal protector de las celebraciones cofrades ya que su importancia a nivel económico es fundamental. De no ser por las hermandades que llevan cientos de años procesionando por las calles de España, no podrían desarrollarse actividades artesanales minoritarias por la escasez de clientes, que perviven exclusivamente gracias a las cofradías penitenciales y que dan de comer a un número muy importante de familias españolas. Imagineros, talladores, ebanistas, orfebres, bordadores, joyeros, restauradores, sastres, floristas, fabricantes de velas,… Por no hablar de los bares, restaurantes, hoteles y apartamentos que ven estrenarse la primavera con la afluencia de miles y miles de visitantes que acuden a la llamada de la conmemoración popular de la Pasión de Cristo.

Es triste que todo haya que reducirlo a dinero, pero parece evidente que el Gobierno, molesto con la china en el zapato de la crisis económica que tanto molesta a Rodríguez Zapatero, no ha querido que nada desbarate la única posibilidad de que disminuya el paro en el mes de abril. Por eso se han tenido que tragar el sapo de sus principios anticlericales. Poderoso caballero es don Dinero. Mucho más que el clamor de miles de católicos que firmaron un manifiesto exigiendo la prohibición de dicho esperpento. Pero al menos el objetivo se ha conseguido.

Hoy es Viernes de Dolores. En muchas localidades de España las cofradías empezarán esta misma noche a salir a la calle en cortejos procesionales que tratan de rememorar los inhumanos sufrimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Pasión y muerte de Jesucristo con un único fin: la redención y la salvación de la humanidad entera, incluida aquella parte que se empeña en negarle y en ningunearnos a los que creemos en Él.

Los que somos católicos necesitamos vivir en paz esta semana de recogimiento y meditación. Y necesitamos también paz para todos aquellos que, católicos o no, disfrutan y se emocionan con las procesiones de Semana Santa. Para todos aquellos que vibran con el bullicio de la Esperanza de Triana y de la Macarena en Sevilla; con el museo en la calle de la Procesión General de Valladolid; con los tronos barrocos, verdaderos barcos aproados hacia el mar, del Jesús Cautivo o de la Esperanza de Málaga; con el sobrio discurrir castellano del Nazareno Viejo y de la Soledad de Palencia; con los asombrosos pasos de Salzillo en Murcia; con el rigor y piedad de las procesiones zamoranas como las Capas Pardas o el paso del Cinco de Copas; con la Rompida de la hora de Calanda; con el vitoreado andar de Nuestro Padre Jesús Nazareno el Abuelo en Jaén;… ¡Feliz Semana Santa!
 
15/04/2011
Ricardo Botín Fernández-Maríñez
A.C.T. Fernando III el Santo

Palencia clama 'sí a la vida' el próximo 26 de marzo

La A.C.T. Fernando III el Santo organizará el próximo sábado 26 de marzo junto a las asociaciones; Adevida, RedMadre Palencia, Derecho a Vivir, Palencia Educa en Libertad y Asociación Foro Español de la Familia, la jornada "Sí a la Vida".
                                                 

SÍ A LA VIDA, es el lema elegido para celebrar el Día Internacional de la Vida. Ese día, se celebrará una gran manifestación en Madrid y numerosas movilizaciones en toda España.



La Espada Lobera "Dos años sin Javier Cortes"



  Contaba con apenas doce años cuando visité la Olmeda por primera vez. A mediados de los ochenta era frecuente encontrar, en la recién inaugurada villa, la presencia de un hombre humilde y afable del pueblo que sosegada y cuidadosamente se ofrecía a comentar los pormenores de la magnífica construcción romana del norte palentino, hasta entonces conocido sólo por el Románico.

  Javier Cortes descubrió por casualidad en sus terrenos la magnífica villa de La Olmeda en 1968. Desde entonces dedicó su vida, su alma y gran parte de su peculio a rescatar esos mosaicos maravillosos que nos legaron los siglos. Ingeniero agrónomo de formación, arqueólogo de vocación y filántropo de corazón, Javier Cortes peleó como nadie por dar a conocer el hallazgo acaecido en sus tierras y luchó para que lo encontrado se quedara allí, contra la costumbre de la época de enviar los mosaicos o piezas más reseñables al Museo Arqueológico Nacional, sentando un feliz precedente para otras villas de Hispania. De este modo, con la ayuda de las personalidades científicas de la época (el catedrático de la Universidad de Valladolid, Pedro de Palol fue el primer director de excavaciones), Javier Cortes sufragó directamente durante más de una década las campañas arqueológicas que cada vez arrojaban resultados más asombrosos.

  A principios de los años ochenta, llegó a un acuerdo con la Diputación Provincial de Palencia para que fuera esta institución, con más recursos, quien continuase la ingente labor de rescatar y presentar a Palencia y al mundo el tesoro escondido de la Vega. De este modo, surgió la primera musealización de la villa y la preparación de la desacralizada iglesia de San Pedro en Saldaña como museo que recogiese las piezas encontradas. Y así, las campañas arqueológicas siguieron avanzando y revelando diferentes estancias de la pars urbana hasta llegar a las termas, de gran interés y extensión para un lugar tan alejado de los centros de poder y donde la gloria castellana que a tantos agricultores ha calentado tiene su antepasado en el hipocausto. Dirigidas estas campañas por José Antonio Abásolo, catedrático también en Valladolid y con la inestimable colaboración de Domiciano Ríos, maestro musivario, llegamos a los primeros años del s.XXI cuando se plantea la renovación de las instalaciones que protegen las estructuras descubiertas y es ahí cuando la Diputación Provincial de Palencia decide convertir la renovación de La Olmeda en su proyecto estrella, de modo que la villa se convierta en una de las joyas del patrimonio palentino y se muestre al mundo en todo su esplendor.

  Todo este proceso no le es ajeno a Javier Cortes, quien sigue el día a día de los hallazgos, se dedica a una tarea divulgadora de máximo nivel, documentando y transmitiendo sus conocimientos mediante monografías o guías para visitantes a quienes frecuentemente acompaña en las visitas por la villa, su villa, donde como quien fuera su patrono nos invitaba a pasear, a descubrir los usos de cada uno de sus rincones, a contemplar la belleza de sus decorados pavimentos y a trasladar a los visitantes a otra época de la que, en buena parte, somos herederos. Su hospitalidad sin límites, su sencillez y sus vastos conocimientos hicieron de él un hombre muy considerado entre sus vecinos. Es difícil ser profeta en la propia tierra, pero Javier Cortes lo consiguió. Académico de la institución provincial Tello Téllez de Meneses, recibió la Medalla de Oro de la Diputación Provincial pero, caprichos del destino, no logró ver inaugurado el nuevo aspecto de La Olmeda, si bien la seguía visitando a menudo. La enfermedad se lo llevó apenas unas semanas antes de la reapertura de la villa en abril de 2009. En su primer año, más de 100.000 personas han pasado a visitar la domus de la Olmeda, la domus de Javier Cortes quien sigue vivo entre sus estructuras y cuya calidez humana se nota todavía en aquellas paredes. Pero no es sólo material el legado que nos ha dejado la gran persona de Javier, sino que como ingeniero y humanista, su vida ejemplar se trasladará a las generaciones presentes y futuras, deudoras de su buen hacer y sobre todo de su buen ser.

4/03/2011
José Ángel Martín Pérez
A.C.T. Fernando III el Santo

Espada Lobera, "Carlos V en Palencia"



Poco se sabe en Palencia de la relación que mantuvo el Emperador Carlos V con nuestra provincia, lo cual es verdaderamente lamentable. Pues ningún otro Rey de España (no meto a los reyes de Castilla, León o Navarra) tuvo tanta, y tan buena relación con nuestra tierra como la que tuvo el César.

Y menos aún se conocen las extraordinarias decisiones que en nuestra tierra tomó el Emperador (parecía que Palencia le ayudaba a fortalecer sus convicciones). Aquí también encontró el César a los más fieles castellanos, como Don Pedro Girón, que en la lucha frente a los desbocados comuneros fue fundamental.
Cuatro fueron las ocasiones en la agitada vida del César, que su Corte se detuvo en Palencia, y cada una de ellas diferente, pues si en la primera Don Carlos era apenas un endeble joven de diecisiete años, las otras tres dejaron ver a un Rey que en está tierra se sentía como en ninguna.
Por lo tanto vamos a recordar los momentos de encuentro del César con nuestra tierra:

PRIMERA ESTANCIA EN PALENCIA

Pisa tierras palentinas por primera vez Carlos de Gante, futuro Emperador Carlos V, en el año 1517. Acaba de desembarcar en la costa santanderina después de pésima travesía; venía a España para posesionarse de las Coronas de Castilla y Aragón. Pero antes de nada quería comprobar él mismo si su madre, Doña Juana, realmente estaba incapacitada para ocupar los tronos ibéricos que, en derecho, preferentemente a ella correspondían. Doña Juana moraba en Tordesillas. Y camino de Tordesillas, raudamente, pasó Carlos por zonas pertenecientes a la provincia de Palencia, inexplicablemente siguiendo una ruta poco frecuentada y de penoso tránsito. El itinerario fue éste: procedente de Reinosa, el 22 de octubre de 1517, por Nestar, llegó a Aguilar de Campoo, donde permaneció cuatro días. A las puertas le recibieron el Obispo de Burgos, además de señores, prelados, y gentileshombres, los cuales viéronle entrar Caballero y, al parecer, realizando maravillas ecuestres. Sirvieron en Aguilar de alojamiento a Don Carlos y a su hermana Doña Leonor, el mercado, y el palacio del Marqués titular. Desde Aguilar, Don Carlos fue a postrarse ante el Cristo de una ermita próxima; pasó el 27 a Herrera, donde se alojo en la mansión del Señor de la villa, que era muy confortable, y sobre todo, excelentemente situada; y de aquí el 29 a Abia de las Torres, donde moró en una estancia pobre e incómoda; el 30 pernoctó en Revenga, donde dicen los cronistas que Don Carlos tuvo una grata estancia en una casa de campo rodeada de foso de agua; y el 31 entró en Becerril, donde le esperaban el Obispo de Palencia, Don Juan de Velasco, y el Condestable de Castilla, Don Iñigo de Velasco. En Becerril el día de todos los Santos hizo Carlos cantar la misa y oficios divinos propios de la festividad, por la mañana, y en su hora asistió a vísperas y vigilia de difuntos; el 2 de noviembre reanudó la marcha, arribando a Ampudia, donde se alojó en el castillo del Conde de Salvatierra, según los cronistas flamencos Don Carlos se mantuvo despierto hasta altas horas de la madrugada contemplando la noche castellana; finalmente el 3 de noviembre salió de Palencia rumbo a Tordesillas.

SEGUNDA ESTANCIA EN PALENCIA

Mientras en Castilla ardía el incendio comunero, Carlos V estaba ausente de España. Había ido a Alemania para ser proclamado Emperador, y a la vez para ver de reducir a la obediencia de la Iglesia a un fraile rebelde llamado Martín Lucero. No estuvo largo tiempo fuera de España. El 16 de Julio de 1522 llegaba de vuelta a costas asturianas. Y el 30 entraba en Aguilar de Campoo, de donde por Herrera de Pisuerga, Melgar de Fernamental y Amusco, cazando y holgando según señalan las crónicas, arribó a Palencia. En nuestra ciudad fijó su residencia entre el 5 y el 26 de Agosto de 1522. La “Cancillería Cesárea” despachó y dató aquí una serie de documentos. Y asimismo en Palencia decretó una medida esperada con ansiedad en Castilla: la suerte de los responsables del motín comunero, definitivamente vencido en Villamar. Carlos V, rebosante de magnanimidad, de entre los miles, si no millones, de encartados, sobre la mayoría de los cuales pesaba sentencia condenatoria, sólo permitió que fuesen degollados diez o doce; respecto a los demás, de momento guardó completa reserva; pero los interesados debieron exhalar un profundo respiro, persuadidos de que el perdón no se haría esperar. La ponderosa justicia hecha a los comuneros quebró el recelo con que parte de los castellanos miraban al nuevo soberano y su idea Imperial. No cabe duda, que la radical variación de mutuas relaciones entre Carlos V y España, o por mejor decir entre Carlos V y Castilla, pasan por los veinte días de Agosto de 1522 que la Corte estuvo en Palencia. Entonces se inicia un doble proceso, rico en consecuencias para la Historia Universal: la incondicional adhesión de Castilla a los proyectos imperiales de Carlos V de una parte, y de otra, la hispanización del propio Carlos V.

TERCERA ESTANCIA EN PALENCIA

En el año 1.527, el César se encontraba en Valladolid, donde acababa de nacer su primogénito, bautizado con el nombre de Felipe.
En Valladolid, la peste estaba causando estragos, y Carlos V decidió ponerse a salvo con su mujer y su hijo en la saneada Palencia. El 27 de agosto de 1.527 penetraba la Imperial comitiva en nuestra ciudad, donde sólo se dio acceso, del séquito, a los indispensables; al Consejo Secreto y a pocos más. El resto se dispersó por los alrededores. Los embajadores extranjeros fueron residenciados en Paredes. Algunos ministros en Becerril; otros en Dueñas; unos terceros en Torquemada. La Cancillería, finalmente, se fijó en Cubillas de Cerrato.
Europa esperaba impaciente un gesto heroico de Carlos V en aquella crisis de la Historia Universal (la guerra contra el protestantismo estaba a punto de explotar, y el 27 de mayo se produjo la “saca” de Roma por las tropas Imperiales). Se susurraba por doquier que el Emperador, prolongando indefinidamente la ocupación de los Estados de la Iglesia, iba a acabar con el Señorío temporal pontificio y a promulgar un arbitrio, mitad católico, mitad protestante, con el intento de soldar la escisión confesional de la Cristiandad. Se rumoreaba también que el Emperador, detentando facultades apostólicas, iba a convocar un Concilio ecuménico. El Occidente pendía de lo que maduraba aquí, en Palencia. Y en Palencia, en efecto, se estaba librando una contienda sorda, pero trascendental. Los consejeros de Carlos V, divididos en dos bandos, pugnaban en estos instantes cruciales por imponer sus encontrados pareceres y obstaculizar los adversos. No caben dudas de que Palencia, iluminó en sus decisiones al Emperador.
Volvamos a la estancia en sí, del César en Palencia, Pues esta duró desde el mencionado anteriormente 27 de agosto, hasta el 10 de octubre. No hay datos concluyentes de en que lugar de la capital palentina se alojó el Emperador durante su estancia, pero sí sabemos que aproximadamente entre el 9 y el 16 de septiembre estuvo en el “Mont del Rey”, para posteriormente pasar por Villaviudas y Villamediana en su camino hacía Burgos.
Por lo tanto, en esta estancia trascendental para el futuro de la Cristiandad, tenemos que suponer que el Emperador, a diferencia de lo que cuentan las "leyendas populares", no estuvo en Palencia solo “holgando”, sino más bien meditando sobre como habría de enfrentarse a los graves problemas que el futuro cercano depararía.

CUARTA ESTANCIA EN PALENCIA

No volvió el Emperador a Palencia hasta 1534, en que huyendo de otra epidemia que azotaba a Valladolid, buscaba, igual que siete años antes, un refugio salubre y apacible. En el lapso transcurrido ¡cuantos cambios no habría experimentado el séquito imperial y el mundo todo!
Los palentinos que recordaban las tiranteces y acritudes ministeriales de 1527, contemplaban sorprendidos la normalidad con la que se desenvolvía la corte cesárea en 1534. Carlos V, mandaba y sus áulicos, sin rechistar, obedecían. El Emperador estaba resuelto a que Europa no se convirtiese para siempre en un conglomerado de estados nacionales o territoriales, con fronteras infranqueables y objetivos independientes, sino que por el contrario, volviera a ser un conjunto coordinado bajo la casa de Habsburgo. Estaba resuelto también Carlos V a restaurar en Europa la unidad confesional, y ello no con un criterio laxo o ecléctico, sino en aras de la estricta ecumenicidad católica y bajo los auspicios invariables del sucesor de San pedro.
Cuando en 1534 Carlos V, alcanzó nuestra ciudad el 27 de julio, estaba convencido de que únicamente los tercios españoles y los espíritus cruzados de los castellanos, serían capaces de imponer su ley política y religiosa en Europa. Por eso, durante los setenta días que en Palencia se retuvo, junto con la Emperatriz Isabel y los infantes, horró de negocios para impedir perniciosos contagios, y únicamente se ocupó de captar castellanos para su Imperial causa. Para hacer ver a estos que no olvidaba el afán de Cruzada latente en los pechos Hispanos, estaba proyectando una Cruzada contra el Islam en Túnez. Y tan sólo con ese fin, llamaba al Consejo Secreto, que con el Real de las Indias y la Suprema y General Inquisición, estaba en Dueñas, o pedía informes al Consejo de Hacienda o a los contadores reales, que se hallaban en Becerril, o citaba a algunos de los diplomáticos que se encontraban en Paredes.
Estando en Palencia se alojaba la Imperial familia en la morada señorial de la ciudad, que daba a la plaza Mayor; y ahí, en la plaza mayor, dicha entonces “del Azafranal”, repetidamente se hicieron juegos de cañas y se alancearon toros. Carlos V, gustoso de complacer a los palentinos, se dignó clavar personalmente algunos rejones. Y el 24 de septiembre tomó parte en el abigarrado y brillante torneo que se corrió en la floresta de Don Diego de Osorio; esto es, en lo que hoy se llama “la Isla”, entre el cuérnago y el brazo principal del Carrión.
Una vez más parecía que el Emperador encontraba en Palencia el lugar donde poder meditar y reponer fuerzas junto a sus fieles, para volver de nuevo fortalecido al campo de batalla Cruzado en que las vicisitudes de su época convirtieron al Sacro Imperio.
En la primera decena de octubre de 1534, el Emperador Carlos V dejaba Palencia, y por Cigales, Portillo y Torrelodenes, se encaminaba a Madrid.

QUINTA, Y ÚLTIMA ESTANCIA EN PALENCIA

A comienzos de 1556, el Emperador abdicó en Bruselas en su hijo Felipe II. Cansado de tantos sinsabores el Emperador emprendió una última marcha hacia su retiro en Yuste.
En su viaje de regreso a España, llegó a Laredo el 28 de septiembre, Y de Laredo por Burgos, pasó por Palencia ; concretamente su ruta pasó por Palenzuela, Torquemada y Dueñas, respectivamente los días 17, 18 y 19 de noviembre.
Es una conjetura, pero se podría pensar que Don Carlos en este su último paso por Palencia, recordaría con nostálgica gratitud a la provincia que en dos ocasiones, en 1534 y 1527, sirvió de asilo, puro de aires, al niño que a la sazón, hombre ya, Felipe II, era la esperanza de su prematura y desilusionada vejez, la ciudad en la que en 1522, con la liquidación del pleito comunero, entró en entrañable contacto con el pueblo generoso y caballeroso. Y en cuyo solar, sino pudo elegir el lugar de su nacimiento, siempre buscó en él un lugar donde preparar su alma para su futuro encuentro con el altísimo.

2/03/2011
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo

Si a la vida

La A.C.T. Fernando III el Santo se ha adherido a la convocatoria en favor de la vida que se llevará a cabo el próximo 26 de marzo. La convocatoria, hoy más necesaria que nunca, pues nuestro gobierno persiste en mantener el asesinato de criaturas inocentes (Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y Salud Sexual y Reproductiva), se celebrará con una gran manifestación en Madrid, pero también contará con manifestaciones por toda España.


Desde aquí, animamos a todos los socios y simpatizantes a que participen en estas manifestaciones en defensa de la vida, bajo el lema “SI A LA VIDA”

http://sialavida25m.org/adhesiones/

Coronación de Fernando III como rey de Castilla en Nájera.


Estatua de San Fernando en Nájera (La Rioja)
  Pocos serán los españoles que hoy en día recuerden tan grande efeméride, pero se da por hecho, tanto por tradición popular como por los escasos documentos que hasta hoy nos han llegado, que la reina madre Doña Berenguela, el obispo Don Mauricio de Burgos y el señor de Vizcaya Don Lope Díaz II de Haro asistieron a la coronación del Santo Rey en Nájera el primer día de mayo del año del Señor de 1218.

  Fernando III había sido ya reconocido como rey de Castilla por dos veces. La primera, la proclamación en la localidad palentina de Autillo de Campos, todavía con el cuerpo del rey niño Enrique II sin recibir cristiana sepultura, y aún en poder de los belicosos condes de Lara, el catorce de junio de 1217. La segunda, en Valladolid, el 2 de julio de 1217, donde recibió el apoyo de las “Cortes Castellanas”, pero todavía con la viva amenaza de la guerra civil en Castilla. Más esta tercera coronación se creía necesaria en el ánimo de formalizar y fortalecer el triunfo de San Fernando ya en una Castilla pacificada.

  Hoy día, la localidad riojana de Nájera mantiene vivo el recuerdo de tan gran acontecimiento cada primero de mayo, conmemorando con una representación histórica la coronación, en el paseo de San Julián, lugar aproximado donde se produjo el regio acontecimiento, y en el que todavía se pueden contemplar dos monumentos que atestiguan su importancia histórica.  El monumento más antiguo data del año 1843, y recuerda que Fernando III fue el tercer rey coronado en Nájera. Mientras que el segundo monumento, es una estatua de San Fernando colocada a mediados del siglo XX, y en cuya placa se recuerda su coronación en dicho lugar.

  Otro hecho reflejado en las viejas actas eclesiales, y que confirma la presencia de Doña Berenguela, Fernando III y el obispo Don Mauricio en tierras riojanas en dichas fechas, es la visita que hicieron a la pequeña villa de Valgañón atraídos por la noticia de la aparición de la Virgen a una joven pastora llamada Inés, en un lugar cercano conocido como la Dehesa de Tresfuentes. Allí, decidieron construir un templo, y el propio rey colocó la primera piedra de la futura Iglesia de “Nuestra Señora de Tresfuentes”. El 24 de noviembre de 1224, el obispo Don Mauricio volvió al lugar para consagrar el templo. En la fachada sur del templo se recuerda el momento con una inscripción que dice así: "CONSECRATA EST ECCLESIA EPI BURGUENSIS MAURICI DEI VII. MENSIS NOMBRIS ANNO CHRISTO MCCXXIIII".

27/01/2011
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo

Espada Lobera, "De humos y tiranos"

 

  Cuando el otro día un buen amigo al ofrecerme un cigarrillo, me comentó que la ley antitabaco era otra “cortina de humo” del Gobierno para tapar la crisis, le convencí de que, tratándose de los progres y de su vil ideología, el asunto era más grave de lo que pensaba, y al final le satisfizo mi argumento y me espetó que efectivamente la única cortina de humo era la que habíamos preparado con nuestros cigarros.

Para llegar a convencerle, le recordé que con esta ley sucede lo mismo que con el resto de leyes inicuas que Zp y sus secuaces nos han venido imponiendo en los últimos años, siempre llevan un trasfondo perverso: destruir la familia, la vida de los inocentes, la religión católica, nuestra Historia, al fin y al cabo dar la vuelta a todos los valores y principios de la Civilización Occidental, en términos cursi-progres: “deconstruir”, algo así como destruir y construir otra cosa sobre las ruinas.

Como vi que le gustaba mi explicación, continué diciéndole que, desde luego, con esta ley antitabaco el Gobierno no busca el bien de nuestra salud, ni mucho menos la de nuestros hijos a los que podemos comernos si tienen menos de tres meses, sino que el propósito no ha sido más que usarla como prueba definitiva del terminante estado de aborregamiento de la sociedad española, algo que han podido comprobar con la aplicación con “total normalidad” de la ley y, lo que es más grave, han podido confirmar nuestra cobarde sumisión a la tiranía progre con la disposición de los expañoles a delatar al prójimo que cometa el pecado laico de llevarse un cigarro a la boca.

Lo más curioso es que Doña Leire me dio la razón enseguida al anunciar la próxima ley perversa: la de “No Discriminación” o algo así, con la que directamente se abre la veda del espíritu libre que no comulgue con sus vilezas, al que van a perseguir Código Penal en mano por atentar contra aquéllos “colectivos históricamente discriminados”, con lo que supongo que denunciarán a San Pablo por haberse atrevido a llamar inicuos a los “afeminados y sodomitas” y haberles “discriminado” del Reino de Dios junto a los “fornicarios, idólatras, adúlteros, ladrones, avaros, borrachos, maledicentes y los que viven de rapiña”. Para más información le dije a mi amigo que leyera la Primera Carta a los Corintios, capítulo 6.

Con lo cual ahora con la persecución social al fumador ya tienen claro los tiranos que la sociedad va a colaborar dócilmente en la busca y captura del “discriminador”, así que, ante el susto que tenía mi amigo cuando se dio cuenta de que ha llegado la hora de que nos declaren oficialmente forajidos, le consolé diciéndole que por lo menos en la cárcel o en el manicomio podremos echarnos un pitillo… y me contestó mientras me ofrecía otro cigarro: ¡y leer como San Pablo les manda a todos al infierno!

11/01/2011
Juan Herrero De la Fuente
A.C.T. Fernando III el Santo

Feliz Navidad

La A.C.T. Fernando III el Santo, desea una Feliz Navidad y un próspero año nuevo a todos sus socios y simpatizantes.

 

La A.C.T Fernando III el Santo en Sevilla



Una delegación de la A.C.T. Fernando III el Santo viajó hasta Sevilla los pasados días 23 y 24 de noviembre, con motivo de la festividad de San Clemente (jornada que recuerda la reconquista de la ciudad). En la vieja capital del Guadalquivir pudimos honrar como cada año a Nuestro Santo Patrón, además de compartir un buen rato con los amigos de la Asociación Virgen de los Reyes y San Fernando, que como siempre estuvieron muy afectuosos con nosotros.


Además, compartimos una agradable cena con varios miembros de nuestra asociación hermana de Sevilla (Asociación Cultural Fernando III), en un clima de buen ambiente y sana camaradería.

Por otro lado, cabe resaltar la visita a los “Reales Alcázares de Sevilla”, vieja fortaleza mora, y primer aposento de San Fernando en la Sevilla cristiana, además de ser el lugar en que dio su último suspiro de vida terrenal. Realmente salimos maravillados por la belleza y fortaleza que transmite el lugar, tan lleno de historias y leyendas.



                                       Urna con el cuepo incorrupto de San Fernando

                       Algunos miembros de la representación palentina desplazada a Sevilla

            Capilla Real con soldados del Arma de Ingenieros guardando el sepulccro del Santo