Espada Lobera; La mentira republicana



  Un año más llega el 14 de abril, y con él vuelven los voceros que exigen el regreso de la República, pero no de una cualquiera, sino de la tenebrosa “II República Española”, la cual se caracterizó por ser el sistema que amparó las acciones más nocivas y brutales de la milenaria historia de España. Estos defensores del “republicanismo”, ya lo sean de la nefasta república del 31, o de cualquier otra en sus múltiples variantes, no son como nos cuentan defensores de las libertades, sino inspiradores de proyectos que anhelan dar una nueva vuelta de tuerca sobre lo que queda de España, con la aviesa intención de someter o eliminar a quienes no piensen como ellos. Todo ello, una vez más, nos lo venderán como un cambio a favor de nuestros derechos y libertades, a los que nuestra moderna condición de “ciudadanos”, parece ser nos hace merecedores.

  Realmente, en la España actual vivimos ya en una “República”, revolucionaria concretamente, en la que en realidad los “ciudadanos-votantes” pintamos poco. Tengamos claro como principio básico, que ninguna de las llamadas repúblicas engendradas con los ideales de la Revolución, tiene nada que ver con el sentido clásico de las que existieron en la antigüedad en Grecia o Roma. Así, podríamos calificar perfectamente al sistema actual como “Tercera República Española”, siempre añadiendo los calificativos de internacionalista, masónica, modernista y coronada. Como todo sistema antinatural, no tiene un fin positivo, y así, aprovechando la bien trabajada ignorancia general, se la coloca una corona para seguir despistando al personal alimentando el odio hacia la verdadera Monarquía, mientras se saquean los restos que aún sobreviven en nuestra maltratada Patria. Utilizan el nombre de “Reino de España” o “Monarquía Española” para definir este sistema gobernado realmente por entidades financieras extranjeras, utilizando a funcionarios bien pagados, como si de sátrapas otomanos se tratara, los cuales no tienen inconveniente moral en desahuciar y pervertir a sus compatriotas; o en el caso del coronado de turno reconocer que su legitimidad fue otorgada por las leyes del 78, o en todo caso, como bien recuerda mi buen amigo Javier Barraycoa, por las leyes de sucesión del Régimen surgido del 18 de julio del 36. Así, este nuevo invento modernista, sirve de dique y distracción de todas las frustraciones del pueblo, mientras los sátrapas del “NOM” continúan ejerciendo los designios de entes extraños a nuestro Reino, desmantelando nuestra cultura y libertades a cambio de la falsa promesa de que un día llegará una nueva “república”, por y para los “ciudadanos”.  No cabe duda que es una maquiavélica y genial manera de inculcar al pueblo un rechazo hacia la verdadera Monarquía,  único garante, de las libertades y derechos de los hombres. De las de los hijos de España en este caso concreto.

  No seamos ilusos; de “Repúblicas” está lleno el mundo, desde las actuales Corea del Norte y China, pasando por Francia, Grecia, Italia o las repúblicas americanas, hasta las amortizadas republicas del este de Europa, norte de África o la anteriormente recordada II República Española, que ni siquiera escondió el color morado, símbolo inequívoco del poder masónico, y que intentaron colocárnoslo en la bandera como si fuera el histórico color del Reino de Castilla. Todas ellas tienen el mismo patrón, con sus miserables mentiras e ideales post-revolucionarios. De verdad creemos que la idílica y tan anhelada “República” es solución de algo en el mundo actual, y más con los mimbres que contamos? Claramente No, y es que si España fue grande, lo fue por ser monárquica; si garantizó como ningún otro pueblo las libertades y derechos de sus hijos, lo fue por ser monárquica; si fue la nueva Roma e inigualable impulsora de las artes y la cultura, lo fue por ser monárquica; si conseguimos despojarnos del yugo islámico, fue por ser monárquicos..  Y si pensamos en todo lo que perdimos, tenemos que pensar en la infección "guiri" sufrida desde el S. XVI, que desembocó finalmente en la falsa monarquía liberal del S. XIX, precursora de todas estas “modernas repúblicas”, “repúblicas socialistas” y “repúblicas-coronadas”, que tanta “igualdad”, “fraternidad” y “libertades” nos conceden tan generosamente.

España, o es monárquica, o no será...

14/04/2015
Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo

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