Alabanza a España de San Isidoro


De todas las tierras existentes desde el Occidente hasta la India tú eres, España, piadosa y madre siempre feliz de príncipes y de pueblos, la más hermosa. Con razón tú eres ahora la reina de todas las provincias. De ti no solo el ocaso, sino también el Oriente reciben su fulgor. Tú eres el honor y el ornamento del orbe, la más célebre porción de la tierra, en la que se regocija ampliamente y profusamente florece la gloriosa fecundidad de la estirpe goda. Con razón la naturaleza te enriqueció y te fue más benigna con la fecundidad de todas las cosas creadas. 
Produces todo lo fecundo que dan los campos, todo lo precioso que dan las minas, todo lo hermoso y útil que dan los seres vivientes; y no eres menos por los ríos, que ennoblecen la esclarecida fama de tus vistosos rebaños. Y, además, eres rica en hijos, en gemas y en púrpura, a la par que fértil en gobernantes y genios de imperios, y eres tan opulenta en realzar príncipes como dichosa en engendrarlos. Con razón por tanto la dorada Roma, cabeza de pueblos, te ambicionó tiempo atrás, y aunque el mismo poder romúleo te poseyó primero como vencedor, luego, sin embargo, el linaje floreciente de los godos, tras numerosas victorias en todo el orbe, te arrebató con afán, y te amó, y goza de ti hasta entre regías ínfulas y enormes riquezas segura en la dicha del Imperio.

Historia de los godos
San Isidoro de Sevilla

Manifiesto "Una respuesta ante la crisis"

Frente a la actual situación de crisis epidemiológica, social y política que sufre actualmente España, y que amenaza con extenderse y agudizarse en el tiempo, nos hemos unido a otras asociaciones socio-culturales en la firma de un manifiesto de respuesta. El manifiesto, escrito por las asociaciones Somatemps, TAS-Raíces, El Criterio y Valentia Forum; pretende ser el comienzo de una relación en el terreno cultural y metapolítico entre asociaciones de diferentes lugares de España, con objetivos comunes, en forma de Coordinadora de entidades socioculturales.

«UNA RESPUESTA ANTE LA CRISIS»

La pandemia provocada por el coronavirus no es solamente una crisis sanitaria, sino que arrastra consigo una crisis política, económica y geopolítica, tanto a nivel nacional como mundial. La mayoría de las (supuestas) certezas que han servido de apoyo al actual “statu quo”, así en España como en el mundo global, están cayendo por los suelos ante la agresión de la realidad. Frente a todo ello las asociaciones abajo firmantes proponemos una serie de medidas para que esta crisis revierta en un proceso de regeneración nacional:

A nivel nacional

1.- La estructura autonómica del Estado español, consagrada por el Régimen de 1978, se ha revelado obsoleta e inútil para enfrentar la crisis. Hay 17 gobiernos autonómicos (algunos en manos de separatistas que quieren destruir España) y una administración central que no puede asumir la situación por estar vaciada de contenido. Proponemos el fin del Estado de las autonomías, mediante la recuperación de las competencias que atañen al bien común (o interés general) y una profunda descentralización hacia los municipios y aquellas instituciones naturales comarcales y/o regionales, como las Diputaciones, que cohesionan las necesidades de los territorios.
2.- La mayoría de los cargos públicos han demostrado una absoluta incompetencia pues han sido escogidos únicamente en función de criterios partidistas. Proponemos una profunda reforma de los cauces de participación política, donde, más que personas designadas por los partidos se tengan en cuenta los cuerpos intermedios de la sociedad y estamentos que dimanan de la misma (asociaciones, colegios profesionales, sindicatos, representación territorial) para desempeñar la representación política de manera que se puedan incorporar cargos públicos en función de su valía profesional y no de su adscripción partidista.
3.- La estructura económica de España, uno de cuyos pilares es el sector turístico, ha mostrado una profunda debilidad ante esta crisis. Proponemos la reindustrialización de España, potenciar sectores estratégicos como el sanitario, la defensa de nuestra agricultura y ganadería, la centralidad del mercado interior y la defensa de nuestros productos frente a la competencia de países con bajísimos costes laborales, aplicando aranceles si fuera necesario.
4.- La recuperación de la soberanía por parte de España es condición indispensable para cualquier proyecto regenerador. Proponemos la defensa de nuestras fronteras frente al libre comercio (libre flujo de capitales y de mercancías) y frente a la inmigración descontrolada.
5.- El vergonzoso trato dado a nuestros mayores por las autoridades sanitarias, relegados y condenados por criterios economicistas, demuestra hasta qué punto la “cultura de la muerte” (eutanasia, aborto) predomina en nuestra clase política. Proponemos la promoción de la cultura de la vida, derecho a la vida para todos sin distinción de edad, apoyo a la familia, y lucha contra el invierno demográfico.

A nivel internacional

6.- El fenómeno de la Globalización ha sufrido un duro golpe. Los estados nacionales se han revelado como los auténticos protagonistas en la lucha contra la crisis, se ha demostrado que las fronteras SÍ sirven para algo, y se ha visto que el incesante movimiento de personas y de mercancía ha sido el principal responsable de la extensión de la pandemia a nivel mundial. Proponemos un replanteamiento de la posición de España frente a este fenómeno.
7.- La supuesta solidaridad de los países de la UE frente a esta crisis ha quedado hecha añicos. La actitud de los países del norte hacia las naciones mediterráneas ha sido de un desprecio insultante. Proponemos un replanteamiento de las relaciones de España con la UE, un bloque de países mediterráneos en alianza con los del este de Europa (grupo de Visegrado) y una postura de dignidad frente a las imposiciones de Alemania, Países Bajos y otros países nórdicos.
8.- Junto con ello España debe afianzar sus alianzas con los países hermanos de Hispanoamérica, con el objetivo de crear un eje hispanista que se oponga tanto a la influencia norteamericana como a las corrientes indigenistas de corte marxistas. Proponemos una profunda revisión de nuestras alianzas internacionales, tomando conciencia de que EEUU e Inglaterra siempre han sido nuestros adversarios geopolíticos en Hispanoamérica. La salida de España de la OTAN debería ser una consecuencia lógica de este proceso.
9.- Las políticas neoliberales, basadas en el individualismo y el darvinismo social, se han revelado inoperantes frente a esta crisis. Grandes potencias como EEUU, sin sanidad pública, o como Inglaterra, que pretendía enfrentar la epidemia con medidas basadas en el “laisser-faire” y en el darvinismo social, se han mostrado muy por debajo en eficacia en comparación con otras sociedades, como Rusia, donde impera la disciplina colectiva y el patriotismo.
10.- Una nación no puede aspirar a ser respetada si no se respeta a sí misma. Mientras en España estamos dudando cada día entre seguir existiendo o balcanizarnos en un magma de microestados, vemos como Marruecos amplía sus aguas territoriales de forma unilateral sin que nuestros gobernantes den ninguna respuesta. La consecuencia de esta crisis debe ser nuestro resurgimiento como potencia política y la recuperación total de nuestra soberanía.

SE ADHIEREN A ESTE MANIFIESTO LAS SIGUIENTES ASOCIACIONES:



Espada Lobera; "Reconstrucción tras la peste roja"



“¡Cuánta falta os hace una guerra!” Eran palabras de mi señor padre, nacido en 1936, para contestar a nuestras quejas por no gustarnos la comida. Esta frase, en España, la habremos escuchado más de una vez los nacidos entre 1950 y 1980, de padres que o bien fueron niños durante el conflicto civil o bien fueron combatientes o bien fueron espectadores por estar fuera de la edad militar.

Pues bien, esta es nuestra guerra: La Peste Roja que nos asola dejará infinidad de víctimas. No sólo los fallecidos o contagiados, sino los que sufriremos las consecuencias de la paralización de la economía a nivel mundial: Desempleo, migraciones forzadas, desarraigo, empobrecimiento… Pero tranquilos, que para eso está el estado, para salvarnos ¿o no?

Pues no. Los estados, en la actualidad, son un instrumento al servicio de unas élites económicas que ostentan el poder, cuyos gobiernos son meros gestores de las directrices que estos les den.

En la actualidad, en España (y me consta que también se está discutiendo en otras partes de la Hispanosfera, como Colombia) una parte de su gobierno, la troskista, está planteando implantar una paga universal que se daría a un número no desdeñable de personas, con un “mínimo vital” a repartir. Y miren, no voy a dudar de que, de manera temporal, sea necesaria una medida así, para dar apoyo a todos los que se hayan visto arruinados o con la economía quebrada al suspenderse o suprimirse su modo de vida debido a la Peste Roja, pero ¿indefinidamente?

No nos engañemos, en España la deuda sube cada día, y ya alcanza casi el 100% del PIB y algunos aseguran que llegará hasta el 114%. Lo que se avecina no son prestaciones estatales para el que las necesite. Esa entelequia es tan impagable como la propia deuda, lo que se avecinan son visitas de señores de traje (terno), preferiblemente de color negro, encargados por la UE, el FMI o el BM, pidiendo recortes drásticos.
Ya nos podemos olvidar de inversiones o gasto social. Se acercan años de disminución de pensiones de jubilación, de bajada de salarios a los funcionarios, de subidas de impuestos y retenciones a las personas más humildes, de huida de empresas a paraísos fiscales, de cierre de PYMES…

Los estados han quebrado y la puntilla está siendo esta Peste Roja.

No es momento de esperar nada del estado. Antes al contrario, es momento de reactivar todas aquellas instituciones humanas que cosen el tejido social y de crear otras nuevas. Asociaciones de vecinos, culturales, deportivas, cofradías, gremios, cooperativas y, sobre todo, el fortalecimiento de la célula básica de la sociedad: La familia.
Necesitamos, porque es imperioso, empezar a acostumbrarnos a vivir con menos y a empezar a ayudarnos unos a otros como sociedad que somos. 
Sería un gran error caer en la tentación libertaria individualista de pensar que nosotros solos podemos salir adelante sin ayuda alguna, de la misma manera que es un error caer en la tentación marxista del “Estado Protector”, porque ambas ideas tienen como base errores de partida. La primera, que los individuos somos completamente autónomos y que no necesitamos de nadie. La segunda, que los estados sustituyen a aquello que las personas debemos hacer por nosotros mismos.
Es hora de tener como modelo a aquellas primitivas comunidades cristianas que, sin conocerse de nada, daban dinero en colectas para ayudar a aquellos otros cristianos que lo pasaban mal en otras partes del mundo, como se sigue haciendo hoy de una manera más institucionalizada.

Es hora de sacar de nuestro vocabulario ese “lavaconciencias” llamado solidaridad, para dar paso a la Caridad verdadera, aquella que da sin esperar nada a cambio. Esa que cuida y se deja cuidar.

Es hora de volver a ser Seres Humanos, de recuperar nuestra propia naturaleza de “animales políticos” que se organizan de manera orgánica y no requieren del estado más que para cubrir aquellas necesidades que no podemos por nosotros mismos y que reniegan de la mentira del “superhombre”.

Es hora de aprovechar este movimiento de empatía general, para volver a pensar en el concepto de nación política, muy anterior y muy superior al concepto de estado 

materialista (Sea este liberal o marxista)
Porque el estado no nos va a ayudar. Porque nuestra propia debilidad no es suficiente.

Jose María Reguera González
A.C.T. Fernando III el Santo

(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.



Espada Lobera; "El Chernóbil español"



Recuerdo haber oído una entrevista a José Luis Garci en la que se le preguntó por la mejor película que había visto en el último año. Respondió, con su inconfundible voz, que en estos momentos en los que no se sabe muy bien qué es el cine, la mejor película que había visto últimamente tenía una duración de 5 horas y se titulaba “Chernobyl”. Se refería, claro está, a la serie de HBO.
Tuve la suerte de verla el verano pasado. La serie narra los hechos que tuvieron lugar en la noche del 25 de Abril de 1986, cuando el reactor Nº 4 de Chernóbil colapsó, provocando su explosión al día siguiente, y el mayor desastre nuclear de la historia.

Me he propuesto en estas líneas, no tanto analizar la gestión soviética del desastre, sino poner de relieve los muchos paralelismos que se dan con la criminal gestión que nuestro Gobierno español está haciendo de la mayor crisis sanitaria, social y económica de los últimos 70 años en España. Y lo hago con tres comparativas, tres preguntas, una reflexión y una conclusión.


1ª COMPARATIVA
En un primer momento, en Chernóbil, las autoridades comunistas, fieles al hermetismo que caracteriza a todas las dictaduras de izquierdas, se limitaron a hablar de un pequeño incidente en la central nuclear. La cifra oficial de muertos fue de 2. Posteriormente, el Kremlin rectificó, y sumó 29 muertes más. No tardaron mucho en aumentarlas a 49, y más tarde, a 54. Cinco mentiras en pocos días.
La Organización Mundial de la Salud, en 2005, estableció la cifra de 9.000 víctimas como consecuencia de la radioactividad. Pero se han llegado a computar hasta 60.000 muertos, en función de la fuente que tomemos.
Nunca sabremos la cifra real de personas que, de una manera directa o indirecta, perdieron la vida como consecuencia de esta catástrofe.
Han pasado 34 años desde entonces, y en España ignoramos el número de personas que han fallecido como consecuencia del Covid-19. Mientras escribo estas líneas, el número oficial de muertos es de 16.972. Sin embargo, somos muchos los que tenemos serias dudas sobre la veracidad de esta cifra, y que creemos que la cifra real seguramente duplica a la oficial. Tampoco conocemos el número de personas que han muerto indirectamente, dado el apagón informativo que estamos sufriendo.
¿Por qué la izquierda en general y el comunismo en particular es tan dado a manipular y mentir con las cifras?

2ª COMPARATIVA
Sobre las medidas que adoptó el partido comunista de la URSS para proteger a su población: cabe pensar que evacuaron inmediatamente todas las poblaciones cercanas a la central nuclear para establecer un área de seguridad.
¿Lo hicieron? Evidentemente, no.
Aquel fatídico sábado de abril no se advirtió a la población sobre la necesidad de confinarse en sus casas. Tampoco se distribuyó entre la población un medicamento que les hubiese ayudado a luchar contra los efectos de la radioactividad, el Lugol, una solución de yodo. ¿Por qué? Porque no había suficiente Lugol para todos.
En España, un mes antes de ese terrible 8 de marzo, ya se tenía constancia de la necesidad de adquirir material para hacer frente a la pandemia: respiradores, mascarillas y equipos de protección individual, fundamentalmente. Sin embargo, el 13 de febrero, nuestro ministro de Sanidad Illa declaraba ante todos los países miembros de la Unión Europea que estábamos preparados para afrontar la emergencia sanitaria.
¿Por qué no se adquirió el material necesario para combatir al virus cuando estábamos a tiempo?


3ª COMPARATIVA
Una de las grandes fiestas “cívicas” tanto en la Unión Soviética como en todos los que fueron sus países satélite, fue la del 1º de Mayo, fiesta internacional del trabajo. Dado que 4 días antes había explotado un reactor nuclear en Chernóbil, es lógico pensar que los desfiles del 1º de Mayo fueron cancelados para salvaguardar las vidas de los ciudadanos soviéticos.
¿Se hizo así? Supongo que no os sorprenderá que la respuesta sea “no”.
Ese día, Moscú aseguraba que descendía la radioactividad en la central nuclear y en sus alrededores. Y oficialmente, sólo había 2 muertos y 197 heridos por el “accidente”.
Cito aquí al diario El País, en su edición de 2 de Mayo de 1986:
“Ciudadanos soviéticos que llevaban flores y globos desfilaban en la plaza Roja de Moscú en un ambiente festivo ante los miembros del Politburó, alineados sobre la tribuna del mausoleo de Lenin y encabezados por Mijail Gorbachov. El diario Pravda hablaba de especiaI animación y ambiente de alegría existente hoy en ciudades y pueblos”

Me conmueve especialmente la historia de Małgorzata Wołczyk, que siendo niña vivía en Polonia, en Krasnystaw, a 550 kms. del epicentro de la explosión. El corrupto Gobierno polaco, obediente a los comunistas de la URSS, decidió no cancelar el desfile del 1º de Mayo, celebración que aprovechaban para adorar al comunismo y al Partido Socialista Obrero… Polaco. Para persuadir a la población, el Gobierno decidió entregar Lugol a todos los niños que participasen en el desfile.
En España, otro Partido Socialista Obrero, Español en este caso, animó a todos sus ciudadanos a salir masivamente a la calle el 8 de marzo, pese a las múltiples advertencias de la OMS y de muchos expertos en la materia, que veían una irresponsabilidad y una letal imprudencia permitir, no sólo esa manifestación, sino el resto de concentraciones masivas, tales como partidos de fútbol, conciertos y mítines políticos.
Los comunistas polacos, al menos, dieron Lugol a los participantes en los desfiles. En España ni siquiera repartieron mascarillas.
¿Por qué no se cancelaron?

MI REFLEXIÓN
En el último mes, me he planteado estas 3 preguntas que expongo en el artículo en muchas ocasiones. Y siempre llego a las mismas conclusiones. Hay una pregunta que responde a las tres anteriores:
¿Por quién estamos gobernados?

Nuestros gobernantes son los hijos de una generación que no supo o no quiso transmitirles valores.

Nuestros gobernantes no creen en nada, salvo en lo material. Son cascarones vacíos.

Nuestros gobernantes no leyeron a Tintín en su infancia, ni conocen al Caballero Zifar.

Nuestros gobernantes no vieron “Marcelino pan y vino”, ni ven “¡Qué bello es vivir!” en Navidad.

Nuestros gobernantes no aprendieron a rezar con sus abuelos. Y si lo hicieron, lo olvidaron hace mucho tiempo.

Nuestros gobernantes no se emocionan viendo “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson, porque nunca la han visto. Ni la verán.

Nuestros gobernantes no han leído a Oriana Fallaci, aunque presumen de feministas. Ni siquiera han leído a Pérez Galdós, porque podría ser “facha”, según su estúpido criterio cultural. Todo lo que “huele” a España, es “facha” para ellos.

Nuestros gobernantes tienen gustos caros, pero para ellos nunca ha supuesto un problema, el Estado se los ha sufragado siempre.

A nuestros gobernantes no les gustan los niños, pero adoran a los animales. Y prueba de ello es que fomentan el aborto y encierran a los pobres niños en sus casas durante el confinamiento, ajenos a sus necesidades, mientras permiten que los perros salgan 3 veces al día.*

A nuestros gobernantes no les gustan sus mayores. Y prueba de ello es que fomentan la eutanasia (o axiatanasia, quizá más correcto). Y lo que es aún más miserable: todas las comodidades de las que hemos disfrutado hasta ahora se las debemos a los que nos han precedido, que gracias a su generosidad y esfuerzo, volvieron a hacer de España uno de los grandes países del mundo. Hoy, mueren por cientos porque esos gobernantes han sido negligentes, y se les niega un respirador que en muchos casos podrían salvarles la vida.

Nuestros malditos gobernantes nos obligan a dejar que nuestros padres y abuelos mueran en la más absoluta de las soledades, sin un hijo junto a su lecho, sin un sacerdote que les administre el sacramento de la extremaunción, sin un simple responso (no ya una Misa) en su funeral.

Así que, ¿por quién estamos gobernados?
Pues por un grupo de “pijos” de izquierdas sin valores, materialistas, descreídos, adoradores de la cultura de la muerte, que nunca han trabajado, que nunca han creado empleo y nunca se han visto obligados a despedir a un empleado. Nos gobiernan unos estúpidos niñatos malcriados por papás de izquierdas, que se han apropiado de la dignidad de sus abuelos, los cuales sí hicieron la guerra de la que tanto hablan (independientemente del bando en el que estuvieran), y que permiten que esos mismos abuelos que construyeron España, mueran como perros, solos y sin consuelo espiritual.

Y a esos gobernantes les hemos dado el poder casi absoluto, que están aprovechando, como no podía ser de otra manera, para censurar la información y legislar todo aquello que seria un escándalo en circunstancias normales.


MI CONCLUSIÓN

En la película “JFK”, de Oliver Stone, hay una escena en la que el fiscal Jim Garrison, encargado de investigar el asesinato de Kennedy, acosado por una nube de periodistas, se da la vuelta y grita: “¡Qué se haga justicia, aunque se abra el cielo!”.

Volviendo a Chernóbil, un año después de la tragedia, tres altos funcionarios de la central nuclear fueron sentados en el banquillo y acusados de haber provocando la catástrofe, tras autorizar una prueba. Eran Dyatlov, Fomin y Bryukhanov, y fueron condenados a 10 años de cárcel.
La URSS y el partido comunista quedaron exonerados de cualquier responsabilidad en la tragedia.

Espero que en esta ocasión no se dé el paralelismo con la Unión Soviética, y que los componentes de este gobierno social-comunista acaben en el banquillo. Espero que Sánchez, Illa, Simón y ese “comité de expertos” que tan nefastamente ha asesorado al gobierno no queden impunes, y respondan por las miles de muertes que su gestión está provocando.

¡QUE SE HAGA JUSTICIA, AUNQUE SE ABRA EL CIELO!

*Los niños son los auténticos héroes de esta crisis. Vaya desde aquí mi homenaje y admiración hacia ellos.

“Loyola”
Valladolid, 12 de Abril de 2020, Domingo de Resurrección.
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.



Espada Lobera; "No habrá paz para los traidores"


En este Viernes Santo de 2020 se han sustituido las procesiones y los pasos de Semana Santa de nuestras calles y plazas, por los coches fúnebres llevando ataúdes y las ambulancias trasladando enfermos.
Hace dos milenios Jesucristo realizó el sacrificio de la nueva Alianza, dando su vida para redimir de sus pecados a cada persona, y fue condenado por el pueblo judío que aclamaba a Barrabás mientras gritaban a Pilatos  ¡Crucifícalo!, a uno de los suyos, al inocente.
Hoy tenemos una situación parecida, en la que unos gobernantes que se quieren apoderar de las instituciones, de la sociedad y de la Justicia, intentan lavarse las manos como Pilatos y pretenden que la responsabilidad de los más de 20.000 inocentes que ya han muerto en España, recaiga sobre el pueblo que no evitaron que se contagiara.
Cuentan con todos los medios de comunicación, con el control del presupuesto, con la visibilidad internacional y con la ayuda de las empresas y corporaciones que siempre se arriman al poder independientemente del milenio o del imperio.
También el Sanedrín de entonces se parece mucho a los estómagos agradecidos que gobiernan la Iglesia de hoy. Dando la espalda a los perseguidos por la causa de Jesucristo mientras se muestran tiernos con los poderosos que los martirizan en tantos lugares del mundo.
En realidad es la misma lucha, del malvado contra el Bien, de los intereses bastardos contra la Verdad y de la corrupción contra la Justicia.

El exterminio sin testimonios ni imágenes que está sucediendo en España era previsible pese al relato del “nadie sabía que esto iba a pasar”. Tiene responsables que coinciden exactamente con los cargos públicos, que contratan asesores para estar informados de todo, aunque sean cargas públicas de enchufados y parientes.
Esperamos que los responsables sean llevados a los tribunales lo antes posible pese a la politización de la fiscalía y al intento de convertir a cada muerto en una casualidad estadística.
Después de la muerte el Viernes Santo sabemos que tendremos la Resurrección del domingo, el día que Jesucristo vence a la muerte y nos abre el camino de la Vida eterna.
Los miles de muertos que ha causado este gobierno miope, que sigue en su huida hacia el abismo sin decretar el luto nacional, invisibilizando a los difuntos y humillando a sus familiares, son en alto porcentaje mayores de 65 años y bautizados católicos que han dedicado su vida a sacar con su trabajo diario a la siguiente generación adelante. En muchos casos con 50 años de vida laboral y confianza en las mismas instituciones que les están dejando morir por la negligencia criminal de algún inepto de cuota con deseo de poder al que le había caído en suerte un ministerio tranquilo como el de Sanidad, o una Vicepresidencia como la de asuntos sociales, asociada a la responsabilidad sobre las residencias de ancianos.
Querían el mando único, pero solo ha servido para su interés sectario en vez de para evitar conflictos de intereses y ordenes cruzadas.
Cuando Pedro Sánchez asumió todo el poder, a muchos nos pareció lo lógico, ideal y oportuno. Ese mando se está utilizando para anteponer la instauración de un programa sectario y corrupto a la óptima gestión de la catástrofe, rompiendo la unidad de acción y la lealtad institucional para culpabilizar al adversario político de la tragedia. Actitud mezquina difícilmente superable.
El problema crece cuando se va comprobando que a ese mando único le faltan personas de valía y capaces de dotar de los recursos necesarios a los que están en la primera línea de la lucha contra la enfermedad 4 semanas después, porque el dinero se va en compras a intermediarios amigos para facilitar el cobro de comisiones.
Todo está pasando ante nuestros ojos. Esperemos que el sacrificio de nuestros muertos de hoy no quede impune y nos libre de estos Judas modernos que ocupan el gobierno, enviándolos la Justicia a prisión al menos como autores de los innumerables homicidios por imprudencia de los que deben responsabilizarse.

Juan Bermejo Herrero
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.

Espada Lobera; "Seis cosas más que nos está enseñando la peste roja"



Me gusta esa denominación, “peste roja”. Porque sale de un país cuyo estado está gobernado por un partido comunista que en lo económico se ha sumado a lo más ortodoxo del sistema capitalista financiero liberal, pero que en lo social y político sigue ejerciendo el poder absoluto.

9.- La siguiente cosa que nos está enseñando, o más bien certificando, la crisis de la “peste roja”, es que China es el futuro de nuestros regímenes. Un modelo económico capitalista y un sistema político marxista que se conjugan a la perfección, otorgando al capitalismo la estabilidad necesaria para su crecimiento irracional a la vez que controla con mano de hierro a su población. Los estados avanzan hacia uno de estos dos modelos: O bien se convierten del todo en meros gestores de las directrices de entidades supranacionales que nadie ha elegido, o bien se convierten en totalitarismos y autoritarismos en los que casi todo esté controlado por él, dejando al omnipotente mercado la parte económica. Es la perfecta entente de los materialismos filosóficos y metapolíticos.

10.- Que el mundialismo (o globalización como les gusta decir a algunos) según el modelo anglo sajón, se ha demostrado inútil. Su imposición de costumbres ajenas a las culturas de cada pueblo o nación; el modelo de “democracia” partidaria, que tiene secuestrada la verdadera representación popular mediante sus elementos naturales de convivencia; la imposición de dicho modelo acudiendo al ejército yanqui allí donde se estima que es necesario, con la connivencia de los estados miembros de esa entidad supranacional llamada OTAN; la falsa defensa de los “derechos humanos” de la ONU, otra organización supranacional destinada a imponer aborto y neomaltusianismo en los países empobrecidos a cambio de limosnas del FMI o del BM…
Este modelo, de hondas raíces calvinistas y racistas, siendo minoritario, se ha conseguido imponer mediante intervención militar y mercantil, mediante la falsa premisa de que es mejor modelo que el resto, usando el cine, la televisión y ahora las plataformas digitales o la deuda externa como medio de extorsión y chantaje.
Urge, pues, una vuelta a las soberanías nacionales.

11.- Y en esa vuelta a las soberanías nacionales, es más que imperioso recuperar nuestra industria. Porque no podemos seguir dependiendo de potencias extranjeras para proveernos de productos esenciales para el buen funcionamiento de la sociedad. No podemos depender de China o de Alemania para tener mascarillas, EPI,s  o respiradores, como no podemos depender del boicot turco para recibirlos o de la saturación del mercado para acceder a ellos a precios razonables.
Alcanzar las mayores cotas de soberanías industrial y alimentaria posibles, evitando así nuestro empobrecimiento social, económico y político, así como las indeseables emisiones de gases contaminantes, es hoy una tarea que reclama urgencia, diligencia y buen hacer.

12.- La “peste roja” también nos está reenseñando que el hecho religioso es consustancial al Hombre. A pesar de todos los intentos por parte de las ideologías materialistas (liberal y marxista) por desarraigar nuestras vidas de nuestra parte espiritual, este tiempo de confinamiento está haciendo a muchos volverse a Dios. Esto se ve en la muerte de un familiar y la imposibilidad de despedirse de él adecuadamente, no pudiendo visitar el cementerio o asistir al funeral. En el aumento de telespectadores de los canales de televisión e internet a cargo de obispos, sacerdotes, pastores protestantes e incluso rabinos e imames. Este tiempo es propicio para que muchos se hagan las preguntas eternas que se ha hecho el ser humano desde las cavernas: “¿quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?”

13.- La “peste roja” nos enseña, también, que los medios de comunicación de masas mienten, y mucho. No es que no lo supiéramos ya. Es costumbre en ellos deformar la realidad de tal manera que la convierten en algo completamente distinto. Sin embargo, en estas semanas, hemos visto como la imparcialidad que se le debe suponer al oficio periodístico brilla por su ausencia en el ejercicio de esta noble profesión, cuando se hace al servicio de los grandes grupos mediáticos. Las llamadas “fake news” (Mejor digamos noticias falsas) suelen surgir de las redes sociales, de manos de personas que sin identificarse emiten y difunden audios o vídeos por medio de chats telefónicos o redes sociales. En esta circunstancia de confinamiento, vemos como también son los medios de comunicación, sobre todo los más afectos al poder político que “okupa” la Moncloa, los que emiten y difunden mentiras disfrazadas de verdad.
Así, hemos visto como se entrevista a un enfermero cualquiera en la puerta de un hospital, y resulta que es siempre el mismo y está afiliado o al menos simpatiza, con el partido “Podemos”. También hemos visto como se corta la comunicación con el presidente de la Asociación de Funerarias cuando se atreve (¿Cómo se atreve?) a cuestionar las cifras oficiales de fallecidos. Vemos también, cada día, como las ruedas de prensa son manipuladas por el Secretario de Estado de Comunicación, filtrando las preguntas de aquellos medios poco afines, silenciándolas. Por último, los 15 millones de euros de premio que el gobierno le ha dado a Mediaset y a Atresmedia. Esta generosa propina no sale gratis, ¿O eres de los que crees que sí?

14.- Y para terminar.
Que aquellos que realmente importan en el tejido social son continuamente despreciados, no solo por las instituciones, sino por nosotros mismos. ¿O es que no hemos visto o incluso protagonizado alguna vez, una mala maniobra contra el camión que nos trae la fruta a los mercados? ¿O no hemos visto, oído o incluso protagonizado agresiones físicas o verbales a los sanitarios?
Camioneros, sanitarios, tenderos, trabajadores de supermercado, personal de limpieza urbana, agricultores, hortelanos, ganaderos, pescadores, autónomos, guardias civiles, policías y militares honestos… Todos ellos en la base de la economía, y todos ellos ignorados o despreciados.
No me quiero olvidar de los buenos empresarios, aquellos, pocos o muchos (no lo sé) que con su riesgo y esfuerzo son capaces de generar buenas condiciones de vida a su alrededor, y que son cargados con responsabilidades que no son suyas, por parte de políticos que los ven como algo a lo que tumbar o castigar a base de trabas burocráticas, impuestos abusivos y leyes injustas para con ellos y los trabajadores de sus negocios.

Jose María Reguera González.
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.

Espada Lobera; "Ocho cosas que nos está enseñando el Coronavirus"



1.- Que hay muy pocas cosas que sean realmente importantes.
Ante la amenaza del contagio y la posterior posibilidad de fallecer, sobre todo cuando es algo que está tan presente como en una pandemia, muchas cosas pasan a ser secundarias cuando no, directamente, a desaparecer de entre nuestras preferencias.

2.-Que la economía del lenguaje se impone ante el dogma progre del lenguaje “inclusivo”
Ya no nos hablan de “hombres y mujeres” de “todos y todas”… Ahora solo somos contagiados o fallecidos.  Y es que no hay cosa más excluyente que separarnos por géneros cuando hablamos en plural de nosotros mismos o de terceros.

3.- Que la sanidad española tampoco era tan buena como nos creíamos.
Y es que a pesar de tener a grandes profesionales partiéndose el cobre ante la saturación del sistema, como soldados que defienden firmemente una posición estratégica sin apenas armamento, comida y con los calcetines mojados ante el ataque de un ejército enemigo mucho mejor armado, ha quedado aun más demostrado que no es eficiente tener  17 sistemas sanitarios distintos y completamente descoordinados entre sí. También ha quedado aun más que demostrado que no se puede ahorrar dinero en un sector básico y estratégico como es la salud pública y que los recortes ejecutados por los dos grandes partidos nacionales sin distinción son, me atrevería a decir, actuaciones supuestamente delictivas.

4.- Que el verdadero refugio de la persona es su familia.
No es el estado, ni es el mercado, ni es la institución pública o privada. La familia vuelve a ser el gran salvavidas de la sociedad.

5.- Que los partidos del gobierno, los que le apoyan y buena parte de la oposición, son claramente antihumanistas.
Quiero explicarme bien: Están al servicio de la cultura de la muerte. Lo demostraron con su apoyo y promoción del aborto. Lo demuestran con la admisión a trámite de la resbaladiza pendiente que supone la ley de la “axiatanasia”(1) (Perdonen el neologismo, pero no acepto que matar a alguien sea procurar una muerte digna)
En esta crisis, ante la saturación de los hospitales, dejar morir a los ancianos por falta de medios e incluso dar instrucciones de que así se haga, es otra muestra más de que estos supuestos representantes populares, no están por la defensa de aquellos a los que dicen defender, sino por mantenerlos en la esclavitud del sometimiento a un estado voraz que, disfrazado de democracia, cercena nuestra libertad y nuestra dignidad, articulando leyes que responden al deseo de unas pocas élites mundialistas.

6.- Que la UE es un trasto roto e inservible.
Hubiera sido una gran oportunidad para todos los europeístas. La UE unida como un solo cuerpo en defensa de su territorio, su economía, sus valores y sobre todo, sus ciudadanos. Una UE decidida a tomar las riendas de la crisis y de hacerse cargo de manera solidaria y subsidiaria de su gestión y sus soluciones.
 Pero no. La UE no ha sabido ni ha querido, ni siquiera ha procurado un intento de hacerse cargo. Antes al contrario, cada país miembro está haciendo la guerra por su cuenta y aun más que eso, vemos como la Europa tradicionalmente racista y protestante, insulta a la verdadera Europa, la que gesta y pare a Europa entera, la de la cuenca del Mediterráneo.
Así, vemos al gobierno de un estado como el de Países Bajos, cuya sociedad es el gran ejemplo progresista de enfermedad colectiva, que creyéndose inmune y superior al virus, se atreve a cuestionar la gestión de España y de Italia, no por cuestionable que sin duda lo es, sino por creerse dueños de una verdad tan falsa como su propia existencia, una verdad que incluye la creencia de que su cosmovisión de la vida es mucho mejor que la del resto.
 No se preocupen, estimados amigos neerlandeses, que el virus también les ataca a ustedes y, por supuesto, también creará tantas molestias como en cualquier otro sitio. Una cura de humildad que a nadie le viene mal.

7.- Que es necesario hablar y tratar el tema de la muerte de una manera sana y responsable.
Durante décadas hemos visto como el tema de la muerte se ha dejado en segundo o tercer plano. En cierto sentido es razonable: La búsqueda de la vida eterna o de la inmortalidad es tan vieja como el propio mundo.
Sin embargo, el cientificismo en el que vivimos, es decir, la creencia en que solo la ciencia tiene la salvación, nos ha impuesto una línea de pensamiento en la que impera la idea de que la muerte es mala y debe ser evitada.
Así, vemos como los niños ya no van al velatorio de los abuelos o se les cuenta que en realidad se han dormido. Vemos miles de crueles muertes en televisión, cine o videojuegos, pero conscientes de que son falsas muertes hemos llegado a creer que toda la muerte es falsa, como si de una ficción se tratara.
Las aglomeraciones de ataúdes en el palacio de hielo de Madrid; las colas para los hornos crematorios en Italia; la saturación de las morgues en Ecuador… son todos ellos ejemplos de que la muerte es muy real. Una sociedad sana es aquella en la que la muerte está razonablemente presente en nuestras vidas, en la que el “memento mori” nos hace estar alertas y decididos a llevar una vida buena. Una sociedad sana es aquella que lucha por conservar la vida sin tachar de inútil a nadie, de manera directa o velada. Una sociedad sana es aquella que mantiene la esperanza en la alegría de saber que este no es el único capítulo de nuestra vida y que, una vez muerto el cuerpo, el alma tiene un nuevo paradero.
Es necesario hablar de la muerte de manera natural, a la vez que hablamos de la vida  como un don sagrado que nadie puede arrebatar merced a la necesidad de eliminar elementos supuestamente molestos (aborto) o inútiles (axiatanasia)

8.- (y último) Que la Iglesia de Dios está confusa.
Los católicos han perdido gran parte de sus referencias. La idea del Papa de la Iglesia en salida se ha comprobado fallida ante la amenaza del virus. Menos mal que nos quedan santos y buenos sacerdotes y laicos capaces de sacar oro de entre la greda sin apenas contar con el azogue necesario para ello.

(     (1)  En contra posición a la palabra compuesta griega EUTANASIA,  que significa “muerte digna”, he pensado en empezar a usar la también palabra compuesta griega AXIATANASIA, que significa literalmente “muerte indigna” y que creo hace mejor referencia al hecho de quitarle la vida a alguien solo por tener una enfermedad crónica  o padecer algún tipo de limitación física o intelectual.


Jose María Reguera González.
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.