Espada Lobera; "Seis cosas más que nos está enseñando la peste roja"



Me gusta esa denominación, “peste roja”. Porque sale de un país cuyo estado está gobernado por un partido comunista que en lo económico se ha sumado a lo más ortodoxo del sistema capitalista financiero liberal, pero que en lo social y político sigue ejerciendo el poder absoluto.

9.- La siguiente cosa que nos está enseñando, o más bien certificando, la crisis de la “peste roja”, es que China es el futuro de nuestros regímenes. Un modelo económico capitalista y un sistema político marxista que se conjugan a la perfección, otorgando al capitalismo la estabilidad necesaria para su crecimiento irracional a la vez que controla con mano de hierro a su población. Los estados avanzan hacia uno de estos dos modelos: O bien se convierten del todo en meros gestores de las directrices de entidades supranacionales que nadie ha elegido, o bien se convierten en totalitarismos y autoritarismos en los que casi todo esté controlado por él, dejando al omnipotente mercado la parte económica. Es la perfecta entente de los materialismos filosóficos y metapolíticos.

10.- Que el mundialismo (o globalización como les gusta decir a algunos) según el modelo anglo sajón, se ha demostrado inútil. Su imposición de costumbres ajenas a las culturas de cada pueblo o nación; el modelo de “democracia” partidaria, que tiene secuestrada la verdadera representación popular mediante sus elementos naturales de convivencia; la imposición de dicho modelo acudiendo al ejército yanqui allí donde se estima que es necesario, con la connivencia de los estados miembros de esa entidad supranacional llamada OTAN; la falsa defensa de los “derechos humanos” de la ONU, otra organización supranacional destinada a imponer aborto y neomaltusianismo en los países empobrecidos a cambio de limosnas del FMI o del BM…
Este modelo, de hondas raíces calvinistas y racistas, siendo minoritario, se ha conseguido imponer mediante intervención militar y mercantil, mediante la falsa premisa de que es mejor modelo que el resto, usando el cine, la televisión y ahora las plataformas digitales o la deuda externa como medio de extorsión y chantaje.
Urge, pues, una vuelta a las soberanías nacionales.

11.- Y en esa vuelta a las soberanías nacionales, es más que imperioso recuperar nuestra industria. Porque no podemos seguir dependiendo de potencias extranjeras para proveernos de productos esenciales para el buen funcionamiento de la sociedad. No podemos depender de China o de Alemania para tener mascarillas, EPI,s  o respiradores, como no podemos depender del boicot turco para recibirlos o de la saturación del mercado para acceder a ellos a precios razonables.
Alcanzar las mayores cotas de soberanías industrial y alimentaria posibles, evitando así nuestro empobrecimiento social, económico y político, así como las indeseables emisiones de gases contaminantes, es hoy una tarea que reclama urgencia, diligencia y buen hacer.

12.- La “peste roja” también nos está reenseñando que el hecho religioso es consustancial al Hombre. A pesar de todos los intentos por parte de las ideologías materialistas (liberal y marxista) por desarraigar nuestras vidas de nuestra parte espiritual, este tiempo de confinamiento está haciendo a muchos volverse a Dios. Esto se ve en la muerte de un familiar y la imposibilidad de despedirse de él adecuadamente, no pudiendo visitar el cementerio o asistir al funeral. En el aumento de telespectadores de los canales de televisión e internet a cargo de obispos, sacerdotes, pastores protestantes e incluso rabinos e imames. Este tiempo es propicio para que muchos se hagan las preguntas eternas que se ha hecho el ser humano desde las cavernas: “¿quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?”

13.- La “peste roja” nos enseña, también, que los medios de comunicación de masas mienten, y mucho. No es que no lo supiéramos ya. Es costumbre en ellos deformar la realidad de tal manera que la convierten en algo completamente distinto. Sin embargo, en estas semanas, hemos visto como la imparcialidad que se le debe suponer al oficio periodístico brilla por su ausencia en el ejercicio de esta noble profesión, cuando se hace al servicio de los grandes grupos mediáticos. Las llamadas “fake news” (Mejor digamos noticias falsas) suelen surgir de las redes sociales, de manos de personas que sin identificarse emiten y difunden audios o vídeos por medio de chats telefónicos o redes sociales. En esta circunstancia de confinamiento, vemos como también son los medios de comunicación, sobre todo los más afectos al poder político que “okupa” la Moncloa, los que emiten y difunden mentiras disfrazadas de verdad.
Así, hemos visto como se entrevista a un enfermero cualquiera en la puerta de un hospital, y resulta que es siempre el mismo y está afiliado o al menos simpatiza, con el partido “Podemos”. También hemos visto como se corta la comunicación con el presidente de la Asociación de Funerarias cuando se atreve (¿Cómo se atreve?) a cuestionar las cifras oficiales de fallecidos. Vemos también, cada día, como las ruedas de prensa son manipuladas por el Secretario de Estado de Comunicación, filtrando las preguntas de aquellos medios poco afines, silenciándolas. Por último, los 15 millones de euros de premio que el gobierno le ha dado a Mediaset y a Atresmedia. Esta generosa propina no sale gratis, ¿O eres de los que crees que sí?

14.- Y para terminar.
Que aquellos que realmente importan en el tejido social son continuamente despreciados, no solo por las instituciones, sino por nosotros mismos. ¿O es que no hemos visto o incluso protagonizado alguna vez, una mala maniobra contra el camión que nos trae la fruta a los mercados? ¿O no hemos visto, oído o incluso protagonizado agresiones físicas o verbales a los sanitarios?
Camioneros, sanitarios, tenderos, trabajadores de supermercado, personal de limpieza urbana, agricultores, hortelanos, ganaderos, pescadores, autónomos, guardias civiles, policías y militares honestos… Todos ellos en la base de la economía, y todos ellos ignorados o despreciados.
No me quiero olvidar de los buenos empresarios, aquellos, pocos o muchos (no lo sé) que con su riesgo y esfuerzo son capaces de generar buenas condiciones de vida a su alrededor, y que son cargados con responsabilidades que no son suyas, por parte de políticos que los ven como algo a lo que tumbar o castigar a base de trabas burocráticas, impuestos abusivos y leyes injustas para con ellos y los trabajadores de sus negocios.

Jose María Reguera González.
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.

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