Espada Lobera "Porqué este año no pondré la “X” de la Iglesia en mi declaración de la renta"



Cada año, desde hace muchos, al hacer la declaración, la opción estaba clara: Mi dinero, ese 0,7% que se destina a aquello que queremos apoyar, iba para la Iglesia. En los últimos años, también he marcado la “otros fines de interés social” al ser compatibles. Pero ya no.

Este año, ninguna de esas marcas estará en mi declaración, a cambio, apoyaré de manera individual y personal aquellos proyectos que yo crea dignos de tal apoyo. En el caso de las iniciativas eclesiásticas, a proyectos mediáticos como Religión en Libertad o Radio María, o a Manos Unidas o al Hogar de la Madre. Es más, puede que incluso apoye a Clamor en el Barrio que, a pesar de ser protestantes, hacen una más que excelente labor en el campo de la rehabilitación de drogadictos. También apoyaré a las comunidades contemplativas de mi entorno comprando sus productos más a menudo.

Pero ¿por qué? Soy creyente, practicante y orgulloso de serlo. ¿Por qué no apoyaría económicamente a la que es “Mater et Magister?

Ahí van razones.

1.- No quiero que con mi dinero se financien medios de comunicación con una línea editorial diametralmente opuesta a nuestra FE. Ni COPE ni 13TV merecen ni un solo euro de nuestros bolsillos. No soy su oyente ni su televidente precisamente porque estoy harto de que lleven años apoyando explícitamente a un partido, el Popular, que está en la vanguardia de la defensa del aborto, la ideología de género, la desmembración de España y de la corrupción sistémica del estado.

2.- No quiero que con mi dinero vivan rodeados de lujos ciertos jerarcas que ya han demostrado estar más contentos agradando a los hombres que a Dios. No quiero que ciertos obispos y pastorales se desmarquen cada poco con declaraciones que no solo están en contra de nuestra FE, sino que están en contra de la cosmovisión cristiana de la vida. No quiero que aquellos que han llevado a bastantes diócesis a la ruina, vaciando sus parroquias y seminarios, vivan como los aristócratas liberales del s. XIX.

3.- Quiero una Iglesia completamente libre. Libre de las ataduras que tiene con el mundo en el que le toca estar en estos momentos. Quiero una Iglesia que no tenga ningún tipo de compromiso con absolutamente nadie más que con Dios. Quiero una Iglesia que pueda predicar el evangelio y la sana doctrina en su plenitud, al margen de lo que diga el mundo. Quiero una Iglesia que sea capaz de volver a ser atractiva siendo dinámica y firme en su magisterio bimilenario. Una Iglesia, como dice el Evangelio, “pura y sin mancha”, que sepa dar respuesta desde su libertad a los problemas del mundo, proponiendo a Cristo con fuerza como solución a nuestros problemas. Quiero una Iglesia que vuelva a ser constructora de la civilización y no mera espectadora, cuando no directamente cómplice de la destrucción de la misma.

Por estas tres razones y conociendo las consecuencias que esto pueda traer (todas buenas aunque difíciles) es que este año no pondré la “X” en la casilla de la Iglesia en mi declaración.

José María Reguera González
A.C.T. Fernando III el Santo

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