Comunicado respecto a la Festividad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León (el día de la marmota del año 2018)



Otro 23 de abril nos llega, otra jornada reivindicativa del forzado sentimiento castellano-leonesista en la Campa de Villalar. Quien vea imágenes en los medios de comunicación, pues pocos serán los que hasta allí se acerquen, observarán el terrorífico esperpento -que en los últimos años financia alegremente la Junta de Castilla y León por medio de la controvertida Fundación Villalar – que plagado de banderas anarquistas, republicanas, izquierdistas radicales y aberrantes pendones nacionalistas se ofrece a la vista. Y entre medias, rodeados de efectivos policiales y periodistas, también verán paseando con forzado gesto satisfactorio, a los políticos castellano-leoneses más representativos del momento. 

Vaticinamos que estos, volverán a declarar -cual día de la marmota- lo injusto que fue el rey Carlos con Castilla tras la revuelta comunera; pero omitirán todos y cada uno de ellos una vez más -también cual día de la marmota- las responsabilidades en la desamortización cultural, económica y espiritual que padece Castilla desde hace ya demasiado tiempo. Eso sí, cada cual intentará vender su “bálsamo de fierabrás” con el que nos asegurarán, si votamos a sus siglas,  poder hacer frente a problemas apremiantes e innegables, como por ejemplo la gravísima despoblación y el alarmante envejecimiento que sufre nuestra tierra.
  
Entendemos que es más que discutible, que un territorio político como es la Comunidad Autónoma de Castilla y León, pueda utilizar como símbolo festivo-reivindicativo un hecho histórico que no representa en absoluto el espíritu de dicha realidad política. Por supuesto, este planteamiento es ampliable al resto de Comunidades Autónomas, que por mucho que se pretendan vender como históricas y diferenciadas, son igualmente hijas del Régimen del 78, y por tanto, tampoco tienen derecho a apropiarse de forma descontextualizada (cuando no manipulada) de hechos ocurridos en épocas diferentes y régimenes políticos basados en principios morales antónimos a los actuales. 

Dejando claro que políticamente nada tiene que ver la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León, ni con el Reino de Castilla, ni con la Corona de Castilla; entendemos que en justicia la fecha apropiada para la Festividad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León -si es que ha de tener una festividad, que también es discutible- ha de ser alguna que sea referencial para con la Historia de la propia Comunidad Autónoma. 

Por lo tanto, y con respecto a la Festividad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, desde la A.C.T. Fernando III el Santo queremos recordar algunos datos históricos y políticos que entendemos deben ser conocidos:

- La Guerra de las Comunidades de Castilla, fue un levantamiento armado alentado por parte de la nobleza, el clero y la burguesía frente al Rey -que lo era en nombre de su madre la reina Juana I- en el S.XVI; como reacción a los errores y desafueros cometidos por el propio Carlos I -mal aconsejado por sus ministros flamencos- durante su primera época como soberano de la Corona de Castilla. Es importante recordar que la Corona de Castilla conformaba un ámbito político que aglutinaba el territorio ocupado por once de las actuales Comunidades Autónomas; y que de hecho, buena parte del levantamiento comunero sucedió en provincias que no forman parte de la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León.

- Sin entrar por nuestra parte a valorar quien tenía razón en dicho levantamiento; sí queremos dejar claro que el actual relato mitificado corresponde a la manipulación histórica, que de los hechos sucedidos llevaron a cabo a partir del siglo XVIII las logias masónicas que en Castilla se fueron desarrollando. Estas mismas logias fueron las que pervirtieron el propio pendón castellano sustituyendo el tradicional rojo carmesí, por el color morado, que a la postre acabó figurando en la masónica bandera de la Segunda República Española.

- Recordamos que a partir de los años setenta del siglo pasado, grupos anarquistas, nacionalistas y de extrema izquierda comienzan a reunirse en Villalar de los Comuneros siguiendo los postulados anteriormente referidos. Esta circunstancia, añadida a la tradicional falta de ética histórica de nuestros regidores políticos contemporáneos, acabó siendo decisiva para que nos impusiesen finalmente a todos los castellanos y leoneses, una festividad manipulada y que fomenta la desunión.

- Concluimos aventurando que un año más, la mayoría de los "castellano-leoneses" volverán a manifestar su desinterés por esta jornada, a pesar del dinero y propaganda invertido por el gobierno regional. Y es que, como venimos diciendo hace tiempo; carece de sentido y legitimidad, el intento de otorgar identidad a un territorio político por medio de una festividad colocada con la finalidad de agradar a grupos minoritarios, y que a la postre ha subyugado las festividades tradicionales, como en el caso que nos ocupa son las de San Millán y Santiago.


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