El próximo
mes de junio, si nada ni nadie lo remedia, se cumplirán dos años de la llegada
a la presidencia del Gobierno de España de un narcisista compulsivo y mentiroso
patológico llamado Pedro Sánchez Castrejón. Dos años que bueno será recordar, -ahora
que toda la nación se ha visto sorprendida por una gravísima crisis vírica- ha
sido un compendio de equilibrismo político envuelto en insostenibles medidas
demagógicas, de las que los españoles ni han sabido, ni han querido y quizá
tampoco han podido librarse a tiempo.
Comencemos
este análisis por recordar que este narcisista irredento llegó al poder aupado por
buena parte de los medios de comunicación masivos (nefasta herencia audiovisual
que dejó el PP), y con el apoyo en ese primer momento nada más y nada menos que
de neo-marxistas y nacionalistas vascos. Y todo ello justo tras el desafío, aún
latente, que acababa de sufrir España por parte de las fuerzas separatistas
catalanas en forma de Golpe de Estado durante el otoño de 2017. Un Golpe de Estado apoyado por una parte
de la población catalana, totalmente alienada e idiotizada tras más de cuatro
décadas de agitación y propaganda centradas en el odio a lo propio, y pagada ni
más ni menos que con el dinero de todos los españoles. Pero para este trepa
llamado Sánchez, y para el PSOE, el problema no era ese, sino la corrupción del
PP; minimizando así de cara a la opinión pública, -y utilizándolo para sus
fines políticos que no eran otros entonces que alcanzar el poder- el mayor
desafío a la unidad de España desde la nefasta Segunda República. Por supuesto,
para alcanzar dichos fines, nada recordó Sánchez de la corrupción de su propio
partido, el más corrupto de la Historia de España, ni de las obscenas
corruptelas de los partidos separatistas que lo apoyaron.
Con el
doctor plagio ya reforzado en el poder, hemos visto con preocupación durante el
transcurrir del tiempo como tras diversas elecciones se ha ido imponiendo su
forma de hacer política: basada en el enfrentamiento entre españoles y en la
demagogia más simplona, hasta llegar a la grave situación actual. No olvidemos tampoco
que por el camino, este arribista sin moral se ha unido a todos los partidos y
grupos separatistas y marxistas de España, creando una surrealista división
entre los que él dice son buenos y los que él dice son malos; reforzando así como
su principal proyecto político la Ley de Memoria
Histórica del ínclito ZP. Nada en verdad que mejorase o aliviase la vida de
los españoles ha hecho este demagogo durante estos casi dos años excepto
moverse por España y el mundo con insultante boato, cual faraón egipcio,
mientras nuestra nación se empobrecía económica y moralmente a pasos
agigantados; todo ello para mayor gloria del doctor Cum Fraude y sus compinches.
Todo este
negro panorama que se iba fraguando quedó finalmente visto para sentencia tras
las Elecciones Generales de noviembre de 2019, tras las que se conformó un
Gobierno apoyado por todos y cada uno de los históricos enemigos de la unidad,
cultura y tradiciones de España; a excepción todo sea dicho de los restos de la
antigua derecha nacionalista catalana, pero eso sí, incluyendo a Bildu,
heredero político de la banda criminal ETA, con quien los socialistas ya habían
pactado meses antes para apoderarse de Navarra, a pesar de lo votado en las
urnas por los navarros. Este neo-socialismo sanchista, empeñado en alejarse de
toda centralidad para mutarse en una versión progre del viejo socialismo
revolucionario, ha demostrado carecer de toda dignidad y responsabilidad, pero
eso sí, nos ha mostrado una enorme capacidad para enfrentar a los españoles con
el único afán de sacar rédito político. Como no podía ser de otra manera, toda
esta locura irresponsable, ha terminado por explotarnos a todos en la cara en
forma de infección masiva. Y es que, tras la multitudinaria manifestación
feminista del pasado ocho de marzo; impulsada, alentada y subvencionada por
todos los resortes del Estado con el Gobierno socialista a la cabeza, y
proyectada como punto de inicio de las autodenominadas fuerzas progresistas de
las elecciones autonómicas que debían celebrarse en abril, la infección vírica se
ha propagado por España con una fuerza y mortandad superior a otras naciones.
Y hace dos
semanas llegó el COVID-19 a nuestras vidas: aunque de hecho ya se habían dado
los primeros casos en España en el mes de enero. Aunque todos ya habíamos visto
por los medios de comunicación su peligro en China, Irán o Italia; el Gobierno
sectario de España ocultó información y decidió seguir adelante con sus ideológicas
manifestaciones, en lugar de prohibirlas y defender con ello a los españoles de una pandemia
viral que ya para entonces había atravesado nuestras fronteras. En un ejercicio
de irresponsabilidad e incompetencia único, y que nunca olvidaremos; presuntos científicos
expertos, buena parte de la prensa y el Gobierno entero con Sánchez a la cabeza
se empeñaron en negar el peligro y asegurar que todo estaba controlado,
alentando así al pueblo a lanzarse a la calle entre risas, haciendo ver que el Coronavirus
no era más que una simple gripe de la que apenas había que preocuparse. Durante
estos últimos dos meses, de nuevo con la complicidad de la mayoría de los
medios de comunicación; se ha permitido sin el menor control la entrada y
salida de cualquier persona a territorio español, así como el movimiento de
personas infectadas a otros territorios nacionales, obviándose con ello todas y
cada una de las recomendaciones que a este respecto alertaron las autoridades
sanitarias internacionales. Y por supuesto, durante ese precioso tiempo, se continuó
derrochando dinero público en chiringuitos sectarios, así como en contentar a
separatistas a cambio de su apoyo, en lugar de hacer acopio del material médico
y humano necesario para enfrentarse a una pandemia que cualquiera minimamente informado
veía venir desde hacía tiempo.
Llegados al momento
actual, y siendo ya la propagación del virus un hecho; todos los españoles
hemos sido enclaustrados en nuestras casas bajo el decreto de Estado de Alarma.
Mientras la población observa entre aterrorizada e indignada como el número de
fallecidos aumenta sin remisión (1753 fallecidos al escribir estas líneas), el
Gobierno sigue utilizando todos los medios a su alcance para lavar -cual Pilatos-
sin rubor sus irresponsables manos, al mismo tiempo que utiliza los resortes del
Estado de Alarma para por ejemplo aupar a puestos clave del Estado a sus
aliados marxistas, o para decretar amnistías que a buen seguro afectaran a sus
aliados golpistas.
Tiempo habrá
más adelante para hablar de donde vino y para qué vino este sospechoso virus; que
además de la muerte y el miedo que lleva consigo, también traerá miseria para
muchos e inmensa fortuna para unos pocos. Pero por el momento lo que toca es
cuidarse, mantenerse templados de espíritu, informados y alerta, y no olvidar
lo nada de lo ocurrido.
Qué Dios nos
guarde a todos
Luis Carlón Sjovall (22/03/2020)
A.C.T. Fernando III el Santo
(*) La Espada Lobera es una columna de opinión que la A.C.T. Fernando III el Santo pone a disposición de socios y colaboradores. Las opiniones en ella expresadas son sólo atribuibles a quien las firma.
Ojalá seamos capaces de mandar a este hideputa a prisión.
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