El pasado sábado 25 de marzo, la A.C.T. Fernando III el Santo
organizó por segundo año consecutivo la Festividad de los Mártires de la
Tradición en Mata de los Carlistas, Palencia (Reino de Castilla).
Ya desde primera hora de la mañana, fueron acercándose hasta
la localidad palentina de Ayuela de Valdavia, desafiando al mal tiempo, algo
más de una veintena de carlistas llegados desde distintos y distantes lugares
de nuestra Patria. Desde nuestra Asociación, no podemos más que agradecer la
presencia de todos ellos, entre los cuales además figuraban significativos representantes
de las principales organizaciones carlistas; y muy
especialmente agradecer la presencia del Rvdo. Padre Don José Ramón García
Gallardo, quien una vez más mostró un afectuoso y generoso compromiso con los tradicionalistas
palentinos.
La jornada, que comenzó con el cielo amenazante, pronto se tornó
en copiosa nevada primaveral, lo cual obligó a sustituir la programada misa de
campaña, por otra a cubierto en un local que generosamente nos cedió el
Ayuntamiento de Ayuela de Valdavia. Tras la ceremonia religiosa en honor de la
Anunciación de la Virgen, se recorrieron a pie los algo más de dos kilómetros que
separan la localidad valdaviesa de la Mata de los Carlistas, bajo una nevada cada
vez más intensa; que concluyó con la celebración del previsto responso por los
carlistas allí sepultados, así como con la lectura de un recordatorio de todos
los mártires caídos en defensa de Dios, de la Patria y del Rey; finalizando el
acto con los tradicionales y obligados cánticos. La jornada concluyó con el tradicional almuerzo de hermandad en el restaurante Casa Carmelo (excepcional
comida y trato) de la cercana e histórica villa de Saldaña.
Una gran jornada sin duda, que ya una vez pasada, se convierte en responsabilidad
para estar a la altura, en la que ha de venir el año próximo; pues cada vez es
más evidente que los españoles no pueden tener otro camino que el de reconocer e intentar emular a quienes entregaron su vida por sus libertades y tradiciones, si es que verdaderamente aspiran –como ha de ser si en verdad se es de noble estirpe
hispánica– a reconquistarlas.
Finalizaba el verano de 1837, cuarto ya de combate fraticida entre españoles en la que fue la primera de las llamadas “guerras carlistas”, cuando en este preciso lugar, conocido desde entonces como Mata de los Carlistas, una partida leal al rey legítimo Don Carlos fue interceptada por tropas cristinas. No conocemos a ciencia cierta, aunque podemos suponerlo, si hubo combate o por el contrario fueron capturados por sorpresa, pero lo que sí nos ha transmitido la tradición popular, es que exceptuando a un joven soldado que logró escapar con la ayuda de un pastor de la cercana localidad de Ayuela, el resto de los hombres que formaban la partida carlista, fueron aquí mismo ejecutados, siendo posteriormente enterrados por las gentes de la Valdavia. No quedó ahí la cosa, ya que también se marcó el túmulo con una cruz de piedras (similar a la que hemos repuesto), la cual durante décadas, hasta ya bien entrado el pasado siglo, mantuvo la memoria de los carlistas aquí enterrados.
Lo demandó el Honor y obedecieron;
Lo requirió el Deber, y lo acataron;
Con su sangre, la empresa rubricaron;
Con su esfuerzo, la empresa redimieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
Fieles al juramento que empeñaron.
Por eso, como púgiles lucharon,
Por eso, como mártires murieron.
Inmolarse por Dios fue su destino;
Salvar a España, su pasión entera;
Servir al Rey, su vocación y sino.
¡No supieron querer otra bandera!,
¡No supieron andar otro camino!,
¡No supieron morir de otra manera!.
Martín Garrido Hernando
Cruz de la Mata de los Carlistas |
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